Diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva

¿Qué diferencias existen entre delirio idea sobrevalorada e idea obsesiva? Se trata de tres alteraciones del pensamiento que ocasionan malestar a la persona que las padece. ¡Conoce más sobre ellas!
Diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 16 noviembre, 2020

Dentro de la psicopatología, existen numerosos fenómenos relacionados con el pensamiento. Algunos ejemplos de los mismos son los delirios, las ideas sobrevaloradas y las ideas obsesivas. Seguramente te suenan estos conceptos, pero ¿sabes realmente en qué consiste cada uno de ellos? Aunque puedan parecer conceptos similares, no lo son. Así, hoy hablaremos de las diferencia sentre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva.

Estas tienen que ver con su naturaleza, temática o implicación emocional por parte del sujeto, entre otras, y conocerlas nos permitirá realizar un buen diagnóstico diferencial. Además, antes de conocer dichas diferencias, explicaremos brevemente en qué consiste cada uno de estos conceptos.

Delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva: ¿Qué son?

Antes de conocer las diferencias entre delirio idea sobrevalorada e idea obsesiva vamos a definir brevemente cada uno de estos conceptos. Como característica fundamental a conocer diremos que los delirios son trastornos del contenido del pensamiento, propio de trastornos psicóticos como, por ejemplo, la esquizofrenia o el trastorno delirante. Es decir, no aparecen en población general (no clínica).

En cambio, las ideas obsesivas pueden aparecer en personas sin ninguna patología mental o en personas con un trastorno de la personalidad obsesivo o paranoide.

Finalmente, las ideas sobrevaloradas también son frecuentes en la población general (aunque también pueden aparecer en determinados trastornos) y se caracterizan por la gran carga emocional que les otorga la persona.

Mujer con delirios

Delirios

La Asociación de Psicología Americana (APA, 1988, 2013) define el delirio como una creencia personal errónea que se basa en inferencias incorrectas a partir de la realidad externa, sostenida con firmeza a pesar de lo que los demás creen y en abierta oposición a pruebas obvias o evidencias controvertidas’. 

Además, dichas creencias no son aceptadas por otras personas del mismo grupo cultural (es decir, no se trata por ejemplo de un artículo de fe religiosa). Las principales características de los delirios son las siguientes:

  • Inmodificabilidad, incorregibilidad o fijeza: mantenimiento del delirio a lo largo del tiempo.
  • Intensidad o convicción: grado de convicción que muestra la persona (suele ser absoluto).
  • Ausencia de apoyos culturales.
  • Preocupación: el delirio o la creencia es importante para la persona (tiene carga emocional).
  • Implausibilidad: se refiere a la cualidad extravagante del delirio, y al grado en el que se aparta de la realidad.

Ideas sobrevaloradas

Por su parte, el término de idea sobrevalorada fue acuñado por Wernicke, psiquiatra, en 1892. Se trata de proposiciones que se producen en la persona bajo la influencia de los acontecimientos del mundo exterior; en estos casos, el juicio tiene un fuerte influencia emocional que prevalece al pensamiento y que subyuga el comportamiento humano.

Así, las ideas sobrevaloradas tienen una importante carga afectiva (e implicación emocional) por parte del sujeto, lo que hace que predominen sobre el resto de ideas. En su formación influyen ideas políticas y religiosas que mantiene el sujeto, así como ciertos acontecimientos vividos.

Ideas obsesivas

Finalmente, las ideas obsesivas (también llamadas pensamientos obsesivos) son pensamientos o imágenes cuya característica central es su persistencia e intrusión descontrolada en la mente del sujeto. Suelen ser ideas absurdas y disparatadas y a su vez causan malestar, sufrimiento o interferencia en la persona que las experimenta.

Otra característica es que quien las tiene lucha contra ellas (para “quitárselas” de la cabeza), por el grado de angustia que estas le generan. Encontramos tres tipos: las ideas obsesivas compulsivas (inducen a la persona a realizar actos peculiares; las denominadas compulsiones propias del TOC), las ideas obsesivas fóbicas (miedo intenso ante algo, carente de fundamento) y las ideas obsesivas puras (están en el plano del pensamiento generando ansiedad, pero no impulsan a la persona a realizar compulsiones).

Diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva

Es importante realizar un buen diagnóstico diferencial de los delirios, las ideas sobrevaloradas y las ideas obsesivas. Hemos visto en qué consiste cada uno de estos conceptos. Pero, ¿qué diferencias y similitudes hay entre cada uno de ellos? Vamos a clasificarlas según una serie de parámetros:

Implicación emocional/preocupación

Tanto los delirios como las ideas sobrevaloradas y las ideas obsesivas presentan la siguiente característica común: tienen un fuerte impacto en la esfera emocional del sujeto. Es decir, es algo que preocupa al sujeto, el cual se implica emocionalmente y de forma intensa a su delirio o idea. Por otro lado, los delirios tienen un sentido para el sujeto, en cambio las ideas obsesivas no.

Comprensibilidad

Una de las diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva es que solo las dos últimas son comprensibles desde el punto de vista psicológico, cosa que no ocurre en el caso de los delirios.

Validación consensual

Tanto las ideas sobrevaloradas como las ideas obsesivas se pueden validar de forma consensual con otros personas; es decir, pueden afirmar que es cierta. En cambio, esto no ocurre con los delirios, ya que la validación consensual no se produce (se trata de ideas sólo seguidas o “creídas” por el propio sujeto, es decir, el resto de la sociedad no comparte esas ideas).

Tema social

Este parámetro hace referencia al contenido de las ideas; en el caso de las ideas sobrevaloradas y obsesivas, estas suelen ser de temática social. En cambio, en los delirios no ocurre con tanta frecuencia; es decir, el contenido del delirio varía muchísimo más.

Tema personal

Otra de las diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva es la que hace referencia al contenido personal; este criterio solo lo siguen los delirios (que suelen ser de temática personal para el individuo que los padece, por ejemplo un delirio persecutorio). En el caso de las ideas sobrevaloradas, el contenido no suele ser personal, pero en las ideas obsesivas sí.

Remisión con tratamiento

Tanto los delirios como las ideas obsesivas, generalmente, remiten o se debilitan con una intervención adecuada. En cambio, en las ideas sobrevaloradas esto no suele suceder (no remiten con un tratamiento).

Monotemático

En el caso de los delirios, estos a veces son monotemáticos (se centran en un único tema), aunque no siempre, y lo mismo ocurre con las ideas obsesivas. En cambio, en las ideas sobrevaloradas esto suele ser siempre así (casi siempre son monotemáticas).

Lucha contra ella

De los tres conceptos, en el único en el que se produce una lucha por parte del sujeto es en las ideas obsesivas (la persona lucha contra estas ideas porque le generan ansiedad o sufrimiento). En cambio, tanto en los delirios como en las ideas sobrevaloradas, esto no ocurre; es decir, el sujeto no lucha contra estas ideas.

Hombre con crisis de ansiedad

Grado de certeza

Finalmente, otra de las diferencias entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva tiene que ver con el grado de certeza que le otorga la persona. Así, en el caso de los delirios, la persona les concede la naturaleza de certezas absolutas, los trata como si de realidades se tratasen.

Es lo que se conoce como intensidad o convicción del delirio (una característica de los mismos), y hace referencia al grado de convicción que muestra la persona hacia ellos. En cambio, en las ideas sobrevaloradas y obsesivas, este grado de certeza o convicción es variable (y por lo tanto, suele ser menor). Es decir, en estos dos últimos casos el sujeto no “se cree” tanto estas ideas y por lo tanto en terapia suelen ser más fáciles de trabajar.

Como vemos, estos tres conceptos propios de la psicopatología difieren entre sí en diferentes parámetros. Cuando una persona acude a consulta no siempre es fácil determinar la naturaleza de sus síntomas, por lo que una buena entrevista clínica, junto a otras técnicas de recogida de datos, resultarán esenciales para conocer bien dichos síntomas.

De igual forma, realizar un buen diagnóstico diferencial entre delirio, idea sobrevalorada e idea obsesiva nos permitirá entender mejor al paciente y ofrecerle un tratamiento personalizado y adaptado a su problema.

 


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  • American Psychiatric Association -APA- (2000). DSM-IV-TR. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4thEdition Reviewed). Washington, DC: Author.
  • Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill.

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