
Los amigos pasivo-agresivos son malos compañeros en el viaje. Sin embargo, a veces cuesta bastante dejarlos en el andén, decirles adiós, explicarles que con ellos nada es fácil, que la amistad duele y que nos sentimos claramente dañados por su…
Aunque a menudo los confundamos, hay varias diferencias entre personas introvertidas y altamente sensibles. Un primer aspecto que debemos entender es que también hay extrovertidos que presentan una alta sensibilidad.
Las diferencias entre personas introvertidas y altamente sensibles son a menudo muy significativas. Para empezar, tal y como nos señalan los estudios de Elaine Aron, también hay extrovertidos con alta sensibilidad. Así, y aunque ambos perfiles compartan rasgos similares, presentan ciertas sutilezas, matices y singularidades que los hacen únicos y les dotan, a su vez, de un potencial particular.
Ha pasado mucho tiempo desde que Carl Jung introdujera los términos introversión y extraversión en su obra Los tipos psicológicos. Sin embargo, cabe señalar que se siguen cometiendo errores a la hora de interpretar este enfoque relacionado con la personalidad. Un aspecto que debemos tener en cuenta es que estas dos dimensiones no son excluyentes. Es decir, nadie es completamente extrovertido ni introvertido en todos los ámbitos de su vida.
Por otro lado, expertos en el campo de la personalidad, como Jonathan Cheek, de la Universidad de Texas, realizó un estudio en el 2011 para concluir que dentro de la introversión pueden identificarse hasta cuatro tipologías diferentes. Es decir, con ello queremos dejar claro un sencillo aspecto: a menudo, nos dejamos llevar por términos, etiquetas y definiciones que no siempre son precisas.
La personalidad humana y su comprensión es un ámbito tan complejo como apasionante. La ciencia psicológica lleva desde los años 30 intentando asentar sus bases. Así, y desde que Gordon Allport publicara su libro Personality (1936), hemos avanzado bastante en su comprensión. Por ello, es importante comprender alguno de sus matices, como esos aspectos que marcan distancias entre la introversión y la alta sensibilidad.
«Deseo como todos los demás, ser feliz. No obstante, debo serlo a mi manera».
-Jane Austen-
Es común vincular casi en exclusiva la introversión con la alta sensibilidad. Igual que es habitual pensar a su vez que todos los introvertidos son tímidos y que los extrovertidos necesitan casi a cada instante, la estimulación de los contextos sociales. Asumir estas ideas puede hacer que muchas personas sientan sobre sí mismas el peso de la contradicción.
Tenemos por ejemplo a los extrovertidos sensibles. Este tipo de perfil caracteriza a menudo a muchos activistas, abogados, trabajadores sociales… Son profesionales entregados a los demás que sufren en muchos casos lo que se conoce como desgaste por empatía. Es decir, sienten la necesidad de estar en contacto con las personas, pero no son capaces de poner filtros ante el dolor emocional ajeno.
Entender las diferencias entre personas introvertidas y altamente sensibles nos puede ayudar a comprendernos mejor o a identificar estos perfiles con mayor exactitud.
Libros, como El poder de los introvertidos de Susan Cain, nos permiten profundizar de manera detallada en esta personalidad. Así, de muchos datos que nos ofrece en su trabajo, se parecen bastante a las teorías que asentó Hans Jürgen Eysenck en su día. Este psicólogo pionero también en el estudio de la personalidad señaló que la introversión tiene un origen genético.
Es decir, hay un factor biológico. Por ejemplo, se sabe que el cerebro de un introvertido no siempre recibe dopamina cuando interactúa socialmente. Hay un umbral, un límite donde una conversación puede terminar agotando. Un límite donde una fiesta deja de ser divertida para ser asfixiante y sentir el deseo de estar solo.
A su vez, también debemos saber que no todos los introvertidos empatizan de forma intensa con aquellos que les rodean. Hay quien no conecta emocionalmente con quien tiene delante ni tiene interés alguno por hacerlo.
Un aspecto que ya hemos señalado sobre al alta sensibilidad es que también aparece en personas extrovertidas. Por tanto, no estamos ante un rasgo «exclusivo» de la introversión. Se trataría más bien de una característica presente en un 20 % de la población, que presentaría a su vez los siguientes factores:
Estudios como los llevados a cabo por la doctora Bianca P. Acevedo, del departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro, de la Universidad de California, nos señala lo siguiente:
Llegados a este punto, sabemos ya que hay diferencias entre personas introvertidas y altamente sensibles. Hay matices que sin duda, pueden ayudar a los perfiles extrovertidos e incluso muchos niños con hiperactividad a entender, por ejemplo, por qué se contagian tanto de las emociones ajenas o por qué les cuesta tanto manejar las propias.
En estos casos, el matiz de la alta sensibilidad puede hacer que la vida sea más intensa y hasta complicada. Por otro lado, hay diversos aspectos a considerar.
Como vemos, hay detalles que conviene tener presentes en ambos perfiles (así como en cualquier otro). Trabajemos por tanto en mantener el equilibrio, en conocer nuestro potencial y esas posibles aristas o puntos débiles de nuestra personalidad para garantizar el propio bienestar y la felicidad.