Diferencias entre eustrés, distrés y estrés

El estrés nos ha traído hasta aquí, avisándonos de potenciales peligros, pero no todo el estrés es negativo. Por ello, es importante conocer sus diferentes tipos.
Diferencias entre eustrés, distrés y estrés
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 13 diciembre, 2021

Las diferencias entre eustrés, distrés y estrés tienen mucho que ver con el correlato fisiológico. Y es que el estrés no siempre es malo.

En la vida diaria, a menudo usamos el término “estrés” para describir situaciones negativas. Esto lleva a muchas personas a creer que todo el estrés es malo, lo que no es cierto. El estrés es simplemente la respuesta del cuerpo a los cambios que crean demandas exigentes.

Por otro lado, el Dr. Lazarus, basándose en el trabajo del Dr. Selye, sugirió que existe una diferencia entre eustrés, que es un término para el estrés positivo y el distrés o angustia, que se refiere al estrés negativo.

Todo el mundo experimentará algún tipo de estrés durante su vida. Sin embargo, hay que diferenciar estas dos categorías separadas de estrés: eustrés y distrés o angustia. Vamos a explicar en qué consiste cada una y su impacto en la salud.

¿Qué es el estrés?

El estrés es la respuesta fisiológica del cuerpo a los factores estresantes que crean demandas exigentes y nos desequilibran. Un factor estresante puede ser un cambio, una amenaza o una presión que percibimos.

Es importante destacar que el estrés es necesario para una mejor supervivencia. Hace muchos miles de años, las personas necesitaban la respuesta de estrés para mantenerse con vida y luchar contra las amenazas. Y aunque actualmente el contexto sea diferente, también tiene su función.

La respuesta de lucha o huida acelera los latidos del corazón, la frecuencia de la presión arterial y la respiración, inhibe la digestión y aumenta los niveles de azúcar en sangre para proporcionar energía a los músculos y concentrar nuestra mente. Esta secuencia de cambios nos permite luchar o huir del peligro en situaciones estresantes.

Ahora bien, la mayoría de los tipos de estrés que experimentamos provienen de nosotros mismos en la actualidad. Se trata de tensiones psicológicas y rumiaciones. Así, cuando percibimos una amenaza, como un examen próximo o demandas laborales excesivas, comenzamos a sentirnos estresados.

Hombre estresado en la oficina

Eustrés: ¿en qué consiste?

Eustrés es un concepto relativamente nuevo que describe un tipo de estrés positivo, útil y motivador. A diferencia del distrés, el eustrés motiva a las personas a trabajar, mejorar su desempeño y alcanzar sus metas, incluso frente a los desafíos.

Tanto el estrés como el distrés activan en el cuerpo y en el cerebro la respuesta de lucha o huida. La diferencia es que en el eustrés, la energía generada es proporcional a la que se demanda la situación; mientras que en el distrés, la liberación de energía se produce de manera poco ajustada.

El hecho de que una persona experimente angustia o eustrés en una situación depende principalmente de la percepción de sí misma y del factor estresante.

Cuando una persona se siente segura de su capacidad para superar el factor estresante es más probable que experimente un estrés positivo. Esta evaluación positiva del factor estresante les ayuda a canalizar la energía proporcionada por la respuesta de lucha o huida en formas que les ayuden a trabajar en una solución.

Algunas formas de crear eustrés

  • Probar algo nuevo, como un pasatiempo o una actividad con gente nueva.
  • Participar en actividades de rendimiento físico.
  • Preparase para un aprendizaje nuevo, como un idioma o un curso relacionado con el trabajo.
  • Establecer metas desafiantes, pero realistas.
  • Asumir una nueva responsabilidad en el trabajo.
  • Organizar uno mismo una actividad social.

Si bien el eustrés es beneficioso, puede convertirse en distrés cuando una situación se vuelve demasiado abrumadora o cuando ocurren otros factores estresantes al mismo tiempo. Si esto ocurre, es recomendable utilizar técnicas de manejo del estrés.

¿Qué es el distrés?

El distrés describe el tipo de estrés negativo que la mayoría de la gente asocia con sentirse “estresado”. Este tipo de respuesta tiende a hacer que las personas se sientan abrumadas, ansiosas y que experimenten síntomas físicos y psicológicos, como dolores de cabeza, tensión, insomnio, falta de atención o irritabilidad.

El estrés frecuente, intenso o crónico es tóxico para el cuerpo y el cerebro. Por esta razón, se relaciona con una serie de enfermedades físicas y trastornos psicológicos, además de afectar a la capacidad funcional.

La diferencia entre el estrés y el distrés tiene que ver con los factores estresantes que desencadenan la respuesta y con cómo los evalúa la persona. La angustia se produce cuando una persona asume que los factores estresantes no están bajo su control o su capacidad para solucionarlo o cambiarlo.

Las personas que experimentan angustia tienden a sentirse abrumadas e indefensas y como no han encontrado una solución viable, tienden a volver a preocuparse y manifestar otras respuestas improductivas. Algunas de las fuentes de distrés más comunes son las siguientes:

  • Falta de dinero.
  • Insatisfacción laboral.
  • Clima político.
  • Futuro de la economía.
  • Violencia o crimen.
  • Sobrecarga de medios tecnológicos.
  • Enfermedad o salud física.
  • Conflictos en las relaciones sociales o soledad.
  • Problemas de sueño.
  • Nutrición pobre o insatisfactoria.
  • Mudanzas continuas.
Mujer estresada

Impacto del distrés

El distrés suele impactar de forma negativa en el estado de ánimo, la salud y el funcionamiento de una persona. Cuando la angustia es crónica y de naturaleza recurrente, el aumento de los niveles de cortisol puede provocar una serie de enfermedades y problemas físicos y psicológicos:

  • Dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
  • Dolor o malestar físico (como dolores de cabeza, problemas de estómago).
  • Cambios en el apetito.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial.
  • Dificultad para concentrarse o recordar cosas.
  • Sentirse nervioso o inquieto.
  • Frecuentemente, estar exhausto o agotado.
  • Tener pensamientos intrusivos acelerados o repetitivos.
  • No sentirse presente o involucrado en actividades y tareas.
  • Irritabilidad o menor tolerancia a la frustración.
  • Mayor ansiedad.

Cuanto más se prolonga la angustia, más graves se vuelven los impactos y las deficiencias. La exposición prolongada al estrés negativo está relacionada con los siguientes aspectos:

  • Funcionamiento deteriorado en una o más áreas de la vida.
  • Mayor riesgo de enfermedades mentales como ansiedad y depresión.
  • Consumo de calmantes y ansiolíticos de forma crónica.
  • Mayor riesgo de trastornos por uso de sustancias ilegales.
  • Mayor riesgo de enfermedades crónicas, cardiopatías y cáncer.
  • Aumento de la mortalidad.

La mayoría hemos sentido angustia en respuesta a situaciones que son molestas o abrumadoras, lo que hace que la prevención total sea un objetivo poco realista. Aun así, es posible protegernos contra los efectos negativos de la angustia cuando es inevitable y utilizar estrategias que puedan transformar esta en eustrés.


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