La disculpa narcisista: cuando pedir perdón no implica reparación

Las personalidades narcisistas difícilmente se arrepienten de lo dicho o hecho. En cambio, lo que sí suelen hacer es poner en marcha estrategias que lejos de reparar el daño, nos hacen sentir peor. Ahora, ¿qué podemos hacer en estas ocasiones para no resultar dañados?
La disculpa narcisista: cuando pedir perdón no implica reparación
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 agosto, 2022

La disculpa narcisista es una treta, una añagaza sofisticada para lograr que le perdonemos y todo “vuelva a la calma”. Y no nos equivoquemos, porque por término medio estas personas son muy hábiles tocándonos la fibra sensible y lograr que cedamos, que les otorguemos el perdón por milésima vez. Sin embargo, al hacerlo, siempre queda una astilla en nuestro interior…

Esa sensación incómoda no es más que una herida más en la autoestima. Es el tejido del autoconcepto desgastándonos por el uso de esa figura nociva hábil en la manipulación. En realidad, este tipo de perfiles no se arrepienten de nada, ni de sus palabras ni de sus conductas o actitudes.

Si buscan nuestro perdón es para que no nos alejemos demasiado. No pueden dejar escaparnos, porque siempre necesitarán a alguien a su alrededor para inflar su ego, para reforzar su poder y validarse.

La personalidad narcisista es el mejor guionista de las disculpas falsas, esas que no buscan reparación alguna. Por eso es necesario que conozcamos esas estrategias de las que se valen.

Desconfía del narcisista que te pide perdón. Solo te está pidiendo una nueva oportunidad para seguir manipulándote.

Mujer hablando con su amigo sobre la disculpa narcisista

¿Cómo es la disculpa narcisista? El perdón envuelto en engaño

Hay algo tan cierto como que cada día sale el sol: todos nos equivocamos y solo unos pocos son capaces de admitirlo. Asumir el error revela un rasgo de madurez, humildad e inteligencia emocional. Asimismo, el acto de pedir perdón es el único mecanismo que nos sirve para reparar la herida, el malentendido y la mala acción.

Pedir disculpas sinceras con la idea de resolver esa situación tiene además un gran impacto para el cerebro y el bienestar. De hecho, un estudio de la Universidad Virginia Commonwealth incide en este hecho. Expresar arrepentimiento y demandar el perdón es un ejercicio de empatía que eleva las emociones positivas y reduce el estrés.

Ahora bien, el narcisista no busca reparar, su única prioridad es salvaguardar su ego y su autoimagen. Asumir el error implica aceptar que uno es falible, lo que será muy difícil en este tipo de perfil psicológico. Por ello, debe aguzar el ingenio para recuperar la confianza perdida del otro, y para lograrlo pone en marcha una sofisticada maquinaria del engaño.

Un narcisista jamás admitirá su error porque hacerlo pone en jaque su precisada imagen. Además, su falta de empatía les impide comprender el daño que hacen y si se esfuerzan en recuperar nuestra confianza es para seguir manteniéndonos a su lado.

Las disculpas son otra pieza en su caja de herramientas de la manipulación

La disculpa que ofrece el narcisista parece sincera porque domina el arte de la teatralidad y la dramatización. Sabe jugar muy bien con nuestras emociones y por ello no le cuesta demasiado poner en su boca un “perdóname” las veces que sean necesarias. Al fin y al cabo, es una herramienta más en su caja de manipulación, un elemento más de trabajo en su día a día.

Asimismo, no nos olvidemos de que la empatía en los narcisistas funciona de manera diferente. Trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Medicina de Harvard revelan algo interesante. No es que este perfil de personalidad carezca de empatía, sino que es disfuncional. En ocasiones, conectan y comprenden muy bien nuestras emociones, pero se sirven de ellas para manipularnos.

Tipos de disculpa narcisista

El perdón narcisista es la llave que necesitan para salir de la cárcel de la soledad. No quieren que les dejemos. Nos necesitan de marionetas para mantener su estatus, para barnizar su ego dorado y fortalecer su autoimagen. Tampoco podemos olvidar que en su interior habita una autoestima muy menguada y que si hay algo que temen es quedarse aislados.

Por ello, no dudarán en pedirnos perdón de infinitas maneras, pero cuidado… Algunas formas pueden ser claramente dañinas. Las analizamos.

  • La disculpa minimizadora: “si yo solo quería, si yo solo estaba, esto al fin y al cabo no es nada“.
  • La disculpa blanqueante. Es una estrategia ingeniosa en la que el narcisista intenta “blanquear” su culpabilidad. “Lo más probable es que hiciera esto porque tuve un mal día, lo siento”.
  • Apelar al afecto para lograr el perdón.Con lo que yo te quiero, no sé cómo he podido hacer esto, porque tú ya sabes que lo que siento por ti nunca lo he sentido por nadie“.
  • La disculpa victimista. “Ya sabes que últimamente no estoy muy bien, que llevo muchas cosas en mente; yo no quería hacerte daño, pero es que estoy hecho polvo con lo del trabajo“. Hacerse la víctima es una costumbre recurrente en el narcisista.
  • El perdón que te echa la culpa. Este es un claro ejemplo de esa estrategia que busca pedir perdón y que, en su lugar, ejerce un daño. A menudo, cuando el narcisista nos pide disculpas incide en que lo hecho es responsabilidad nuestra. “Esto no habría pasado si tú me hicieras más caso“.
  • La disculpa que pide algo a cambio.Te pediré perdón si tú me pides perdón también por aquello que me hiciste la semana pasada“.

Cuando un narcisista nos pide perdón, solemos experimentar confusión y malestar. Se da la paradoja de que al restaurar el daño causado consiguen que nos quedamos mucho peor.

Hija adulta discutiendo con su madre pidiendo una disculpa narcisista

No caigas en la trampa, las falsas disculpas solo hacen la herida más grande

No caigamos más en su juego. Evitemos ser ese felpudo que se desgasta con el uso, con el maltrato psicológico y el chantaje.

Podemos perdonar una, dos o tres veces y equivocarnos las tres. Pero no lo hagamos una cuarta, porque las disculpas narcisistas no buscan reparar la mala acción, solo pretenden limpiar su imagen y recuperar nuestra confianza.

Ceder es perdernos, es caer en una trampa para osos. Por ello, siempre es adecuado recordar cuáles son los componentes de las disculpas auténticas:

  • No se minimiza ni se busca justificar la mala conducta provocada.
  • Se expresa lo hecho y la persona se sincera expresándonos lo que siente.
  • Escuchan lo que tengamos que decir.
  • Hay empatía y remordimiento.
  • Hay un compromiso activo para reparar la situación. Se expresa, y lo más importante: se cumple.

Para concluir, hay una ley no escrita que nos recuerda que, en algún momento de nuestra vida, lidiaremos con un narcisista. Por tanto, aprendamos algunas técnicas de supervivencia.


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