Dolor de estómago por ansiedad: cuando las mariposas duelen

A veces, esas mariposas en el estómago duelen, se revuelven y nos hacen pasar un mal día. La ansiedad se manifiesta muy a menudo de este modo, transformándose en ese ovillo nervioso en el abdomen tan molesto. Ahora bien, ¿qué podemos hacer en estos casos?
Dolor de estómago por ansiedad: cuando las mariposas duelen
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 21 julio, 2020

Los trastornos gastrointestinales asociados al estado de ánimo no son muy conocidos por la población en general. Ejemplo de ello es el dolor de estómago por ansiedad. Uno puede acudir al médico buscando un remedio para la molestia orgánica, pero no siempre se nos pasa por la cabeza que tal vez esa alteración tenga como origen desencadenantes que van más allá de lo físico.

Protectores estomacales, antiácidos, infusiones naturales… A nuestro alcance tenemos un sin fin de remedios para tratar una de las condiciones más comunes como es la molestia en el estómago, la quemazón, la sensación de estar llenos o hinchados. Las industrias farmacéuticas lo saben bien y no nos faltan productos en las farmacias y en los dispensarios de nuestros hogares.

Sin embargo, muchos se sorprenderían al saber que tras una buena parte de esos dolores cotidianos lo que hay es un «dolor de la vida». Los nervios nos comen por dentro cuando la mente va muy deprisa, cuando anticipa problemas, cuando se focaliza en lo negativo y nos atenaza con un torbellino de emociones contrapuestas.

Un ejemplo, estudios como los realizados en la facultad de medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville nos indican que entre el 8 y el 25 % de los niños y los adolescentes padecen dolor de estómago crónico. Los pediatras saben muy bien que detrás de estas situaciones tan comunes hay un trastorno de ansiedad.

Este es, como podemos intuir, un tema de gran relevancia en el que vale la pena profundizar.

Niño preocupado

Dolor de estómago por ansiedad: síntomas, origen y tratamiento

Las molestias de estómago tienen múltiples orígenes: infecciones, cólicos, úlceras, gases… Ahora bien, el dolor gastrointestinal presenta a menudo una relación directa con los aspectos emocionales. Es, de hecho, el síntoma somático por excelencia. Es decir, es ese mecanismo por el cual la mente deja una impronta en el cuerpo para avisarnos de que «ocurre algo».

El estrés, la ansiedad generalizada que llevamos años arrastrando… Todos ellos son factores de gran impacto que alteran la neuroquímica, así como esos procesos hormonales que acaban afectando al funcionamiento normal del organismo. Tanto es así que el dolor de estómago por ansiedad puede convertirse en algo capaz de afectar a la calidad de vida.

La Universidad de Gothemburg (Suecia) ya informó en un trabajo de investigación que estas alteraciones gastrointestinales ocasionadas por la ansiedad no solo son dolorosas y limitantes en nuestro día a día. Esta alteración de origen psicológico puede agravarse mucho más en caso de que las personas sufran el síndrome del intestino irritable.

¿Qué síntomas presenta el dolor de estómago por ansiedad?

La primera pregunta que podemos hacernos al respecto de este tema es ¿cómo puedo diferenciar el dolor de estómago por ansiedad de aquel que tenga un origen orgánico y no emocional? Por término medio, el primero viene acompañado de una sintomatología más amplia, en la cual, se integran factores psicológicos.

Veamos los síntomas que definen esta condición.

  • Dolor, retorcijones e incluso episodios ocasionales de diarrea.
  • El dolor puede experimentarse como pinchazos o como un quemazón que viene y va.
  • Boca seca.
  • Digestiones pesadas.
  • Hay momentos en los que experimentamos una clara inapetencia e instantes en los que sentimos ansia por determinados alimentos muy calóricos (hambre emocional)
  • Nervios, inquietud, presión en el pecho al respirar…
  • Insomnio o dificultades para conciliar el sueño.

Como podemos ver, a los síntomas orgánicos se alternan también con los emocionales, los que hacen, por ejemplo, que sintamos ganas por comer de manera compulsiva.

¿Cuál es el origen de estos trastornos gastrointestinales ocasionados por la ansiedad?

La imagen puede llamarnos la atención, pero vale la pena visualizarla: el aparato digestivo está «tapizado» por una complejísima red de células nerviosas. Como bien suele decirse, el estómago tiene su propio cerebro y es, por tanto, muy sensible a las alteraciones del estado de ánimo.

En esas épocas las que el estrés y la ansiedad son nuestras compañeras de vida, se eleva la producción de una hormona péptica muy concreta: la adrenocorticotropa, la cual, actúa también como neurotransmisor.

  • Esta hormona produce hipersensibilidad visceral, dolor y la clásica motilidad intestinal.
  • Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Shenyang (China) nos indican que cerca del 60 % de pacientes con un trastorno del estado de ánimo sufren dolor de estómago por ansiedad.
  • El origen de esta realidad clínica estaría en el sistema entérico. Más concretamente, en ese eje entre el intestino y el cerebro.
  • El sistema entérico, al que llamamos comúnmente como «segundo cerebro», está conformado por más de 100 millones de células nerviosas que van desde el esófago hasta el ano.
  • Estas células son muy sensibles a cualquier alteración emocional. El miedo, la ansiedad, el estrés y la preocupación alteran su estructura y pueden reaccionar de múltiples maneras; la más común es la inflamación.
Hombre con dolor de estómago por ansiedad

¿Cómo podemos tratar el dolor de estómago por ansiedad?

Llegados a este punto, la mayoría lo tendremos claro que, para tratar el dolor de estómago por ansiedad, lo último que debemos hacer es tomar antiácidos. Los fármacos no resuelven el origen del problema, que no es otro que el emocional. Por tanto, en estas situaciones es recomendable tener en cuenta los siguientes factores.

  • Más de la mitad de las personas con ansiedad sufren alteraciones gastrointestinales. Es adecuado consultar con un psicólogo para trabajar esa realidad psicológica.
  • Detectar el origen de ese estado de ánimo e integrar estrategias de afrontamiento es siempre la mejor respuesta.
  • Por otro lado, es adecuado introducir en nuestra rutina diaria ejercicios de respiración y relajación.
  • Asimismo, no podemos olvidar que tanto el estrés como la ansiedad alteran nuestra flora intestinal. Un modo de fortalecer la microbiota es aumentando el consumo de probióticos.

Para concluir, tengamos siempre presente aquello de que cuando el cuerpo habla es la mente quien está intentando decirnos algo. Aprendamos escuchar, seamos conscientes de que nada es tan peligroso como dejar para mañana la emoción que duele hoy.


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  • P Jerndal, G Ringström (2010) Gastrointestinal-specific anxiety: an important factor for severity of GI symptoms and quality of life in IBS. Neurogastroenterology  2019 Jun; 31 Supl 2 (Supl 2): ​​e13604. DOI: 10.1111/j.1365-2982.2010.01493.x
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