Efecto de recencia

El efecto de recencia tiene que ver con la información que recordamos mejor... Pero, ¿cuál es? ¿Cómo se relaciona este fenómeno con la memoria? ¡Descubre esto y más, aquí!
Efecto de recencia
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 05 octubre, 2020

¿Alguna vez te han recitado una lista y después solo has sido capaz de recordar los últimos elementos? Por ejemplo, con listas de la compra, números de teléfono… Si te ha ocurrido, es que has experimentado el efecto de recencia.

La memoria es un fenómeno tan complejo como interesante y alberga grandes misterios que las neurociencias aún están tratando de resolver. Según el investigador José Luis Díaz (2009), la palabra memoria indica ‘cualquier material o instrumento que permita almacenar y recuperar información‘. La memoria juega un papel esencial en nuestras vidas: nos permite aprender, reconocer, interactuar, dar sentido a lo vivido y, sobre todo, configura nuestra identidad.

¿En qué consiste el efecto de recencia, concretamente? ¿Cómo se relaciona este fenómeno con la memoria? ¿Existen otros efectos similares? Responderemos a todas estas cuestiones (¡y más!) aquí.

Mujer intentando recordar algo

Efecto de recencia: ¿qué es?

El efecto de recencia es un fenómeno que aparece cuando recibimos algún tipo de información y solo almacenamos en la memoria la proporcionada al final del mensaje. Es decir, memorizamos solo aquello que hemos escuchado al final (las últimas palabras, números, frases…), lo cual queda en la memoria a corto plazo. Este fenómeno puede variar de una persona a otra.

Este efecto hace que recordemos con más precisión los últimos datos de una lista de información. Por ello, cuando nos dictan un número de teléfono, por ejemplo, se nos quedan “grabados” en la memoria los últimos números y a veces no conseguimos recordar los demás.

“La memoria es el centinela del cerebro”.

Según Alan David Baddeley (1934 – Leeds, Reino Unido), psicólogo británico y gran investigador de la memoria, el efecto de recencia “es un término empleado para describir el recuerdo potenciado de los últimos ítems presentados (Baddeley, 2003). Así, dado que la información presentada de forma más reciente ocupa la “última posición” en la memoria a corto plazo, el oyente la recuerda más fácilmente.

“La recencia es el resultado de lo que fue referido a la memoria primaria en forma de reserva de la memoria a corto plazo”.

¿A qué se debe el efecto de recencia?

Como decíamos, el efecto de recencia tiene mucho que ver con la memoria a corto plazo. Según Ignacio Morgado (2005), “la memoria a corto plazo es un sistema para almacenar una cantidad limitada de información (generalmente menos de una docena de dígitos) durante un corto período de tiempo“.

Es decir, se trata de una memoria inmediata para aquellos estímulos que acaban de ser percibidos. Según Morgado, hablamos de una memoria frágil (resulta vulnerable a cualquier tipo de interferencia) y efímera, que se desvanece muy rápidamente.

Memoria a corto plazo y memoria de trabajo

A su vez, la memoria a corto plazo (MCP) tiene que ver con la memoria de trabajo (MT); esta última evolucionó a partir de la primera (aunque a veces se utilizan de forma intercambiable). En la memoria de trabajo existe una combinación de almacenamiento y manipulación de la información (Baddeley, 2012).

Es decir, la MT permite manipular la información que tenemos en mente durante unos segundos y utilizarla cuando la tarea lo requiera. En cambio, la MCP implica solo una retención de la información (aunque algunos autores sugieren que MCP y MT son lo mismo). De esta manera, el efecto de recencia se relaciona con la MCP y con la MT, las cuales permiten recordar los últimos dígitos, palabras o ítems memorizados o escuchados.

Aplicaciones del efecto de recencia

El efecto de recencia se tiene en cuenta, sobre todo, en las exposiciones en público (durante clases, conferencias…); si los oradores conocen este fenómeno, sabrán que deben cuidar al máximo el mensaje final de la ponencia (o las últimas frases de cada apartado). Esto será útil, ya que el público suele interiorizar más fácilmente los mensajes escuchados en último lugar, gracias al efecto de recencia.

Por otro lado, conocer este efecto también puede resultar de gran utilidad para los políticos o las personas que deben emitir discursos ante un gran público. De esta manera, los oradores harán más énfasis en los mensajes situados al final del discurso; además, aprovecharán esos momentos para decir aquello que pretenden que cale más entre el público (o aquello más importante).

Orador dando un discurso

Diferencias con el efecto de primacía

Hemos conocido el efecto de recencia, pero… ¿Y el efecto de primacía? ¿En qué consiste y en qué se diferencia del efecto de recencia? Pues bien, en el efecto de primacía ocurre justamente lo contrario; las personas recuerdan mejor la información proporcionada al inicio del mensaje.

Una de sus diferencias es que el efecto de primacía tiene que ver con la memoria a largo plazo, mientras que el efecto de recencia, con la memoria a corto plazo. Sin embargo, ¡ambas nos pueden resultar útiles!

“El efecto de recencia (los últimos ítems de una lista se recuerdan antes y mejor) sería un exponente claro de memoria inmediata, a corto plazo, mientras que el efecto de primacía reflejaría la consolidación, la transferencia de la información de la memoria”.

La memoria humana: ¿Un gran desconocido?

La memoria sigue siendo misteriosa en muchos aspectos, aunque la ciencia ha avanzado mucho en este campo de conocimiento. Conocer la naturaleza de los distintos tipo de memoria, así como sus características y efectos, puede ayudarnos a manejarla de manera más eficaz. Además, invertir en este cuidado nos permite aprovechar algunas de sus particularidades, como sería el efecto de recencia.

Sin memoria no hay identidad, y aunque no es un proceso ni una habilidad perfecta, ésta nos permite crear una autobiografía y movernos por el mundo con un sentido y un fin. ¡Cuídala!


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  • Baddeley, Alan (2012). «Working Memory: Theories, Models, and Controversies». Annual Review of Psychology (en inglés) 63 (1): 1-29.
  • Baddeley, A. (2003). Memoria humana. Teoría y práctica. Madrid: McGrawHill.
  • Delclaux, I. y Seoane, J. (1982). Psicología cognitiva y procesamiento de la información. Madrid: Pirámide.
  • Díaz, J.L. (2009). Persona, mente y memoria. Salud Mental, 32(6).
  • Morgado-Bernal, I. (2005). Psicobiología del aprendizaje y la memoria. Revista de neurología, 40(05). 

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