Ejercicio físico y estrés: ¿cómo se relacionan?

La realización periódica de ejercicio físico trae multiples beneficios tanto a la salud física, como a la mental. Uno de ellos es la reducción del estrés, descubre los demás a continuación.
Ejercicio físico y estrés: ¿cómo se relacionan?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Francisco Pérez

Última actualización: 04 febrero, 2018

¿Qué actividad realizas para sentirte mejor contigo mismo que, además, sea saludable? Si has respondido ejercicio físico estás de enhorabuena. Las personas que no realizan ejercicio físico tienden a dar poca importancia a los beneficios del mismo.

Ejercicio físico y estrés guardan una relación inversamente proporcional. A grandes rasgos, el ejercicio físico es un método efectivo y saludable para combatir el estrés. Realizando ejercicio físico de forma frecuente, podremos sentirnos menos estresados.

Y es que el cuerpo que no se mueve es un cuerpo muerto. Un niño apático y sin energía se considera que es un niño enfermizo, que no está sano. La falta de ejercicio da por resultado un empeoramiento de la salud. Además, la falta de ejercicio físico incapacita para enfrentarse a situaciones extremas y propicia un metabolismo lento, poca energía, tendencia a comer excesivamente y a abusar de los medicamentos.

Ejercicio físico y estrés guardan una relación inversamente proporcional. El ejercicio físico ayuda a combatir el estrés.

Mujer comiendo una hamburguesa

Los problemas del estrés

El estrés excesivo da por resultado un empeoramiento de la salud. Cuando permanecemos en estados de estrés durante períodos de tiempo prolongados se producen unas reacciones negativas en nuestro organismo debido a la secreción de algunas hormonas, como el cortisol.

El estrés también reduce nuestros niveles de energía. Nos cansamos más fácilmente. Esto propicia el absentismo laboral y la dejadez en la realización de tareas y actividades. El coste personal de esto es inconmensurable. Se ha relacionado al estrés con una gran cantidad de trastornos. El estrés puede conducirnos a padecer trastornos coronarios, gastrointestinales, psicológicos, respiratorios, inmunológicos, etc.

Por ejemplo, las consecuencia del estrés crónico en el sistema cardiovascular se producen a varios niveles. El fino revestimiento interno de los vasos sanguíneos puede llegar a desgarrarse y agujerearse.

Si el estrés se cronifica puede crear trastornos como hipertensión arterial, enfermedades coronarias, taquicardias, arritmias cardíacas episódicas, aneurismas, embolias... Y esto solamente a nivel cardiovascular.

Es por ello que necesitamos implementar estrategias para hacer frente al estrés. Pues bien, el ejercicio físico es una excelente estrategia para combatir los efectos negativos del estrés.

Mujer con dolor en el corazón

Practicar ejercicio físico aeróbico mejora nuestra salud

El ejercicio es una actividad más o menos vigorosa que exige grandes cantidades de oxígeno. Para que el ejercicio beneficie a tu sistema cardiovascular (corazón y vasos sanguíneos) debes realizar un ejercicio aeróbico sostenido durante al menos 20 minutos.

El ejercicio aeróbico es un ejercicio relativamente vigoroso que no sobrepasa la capacidad del corazón para llevar la cantidad adecuada de sangre y oxígeno a tus músculos. Aeróbico significa aire.

Cuanto más duro es el ejercicio, más sube el ritmo cardíaco. Si haces que tus músculos trabajen demasiado, tu corazón no podrá suministrar oxígeno suficiente. En este punto tendrás un déficit de oxígeno y no podrás mantener el nivel de actividad.

Ejercicio físico como método de relajación activa

Existen dos tipos de relajación: la relajación activa y la relajación pasiva. La relajación pasiva se practica a través de ejercicios como la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva, la meditación, etc.

Por su parte, la relajación activa puede realizarse de muchas maneras. Podemos realizar relajación activa corriendo, trotando, andando, montando en bicicleta, nadando, bailando, etc. Es decir, podemos realizar relajación activa mediante el ejercicio físico.

La relajación activa es mejor cuando no involucra una competición enérgica. En este caso podría convertirse en una fuente de angustia. Existe una gran diferencia entre correr de forma tranquila y hacerlo frente a competidores en una carrera de cien metros.

Hombre haciendo deporte al aire libre

Ejercicio físico y estrés

Como decíamos, ejercicio físico y estrés están íntimamente relacionados. Si practicamos ejercicio físico de intensidad moderada frecuentemente podremos mantener a raya nuestros niveles de estrés.

La práctica regular del ejercicio nos ayudará tanto física como mentalmente. Quemaremos calorías y eso, además, fomentará que se reduzcan los efectos del envejecimiento. Según la literatura de investigación médica, la clase de mejorías que podemos experimentar realizando ejercicio físico son las siguientes:

Mejora del sueño

Con una cantidad moderada de ejercicio físico reduciremos los niveles de adrenalina y noradrenalina, lo cual nos ayudará a coger antes el sueño. Además, éste será más reparador.

Los bajos niveles de cortisol también se han asociado a una mejor calidad del sueño. Cuando realizamos ejercicio físico moderado reducimos los niveles de esta hormona.

Menor riesgo de ataques al corazón

La gente que quema menos de 2000 calorías a la semana, al no hacer ejercicio, tiene el 64% más probabilidad de sufrir un ataque al corazón que la gente que quema más de 2000. No olvidemos que el estrés es un factor de riesgo cardiovascular.

Si realizamos ejercicio físico moderado de forma frecuente, quemaremos más calorías. Por lo tanto, reduciremos la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco.

Pareja saltando en el campo

Una mejor forma física nos proporciona una mayor capacidad para consumir oxígeno durante el ejercicio. Esto se traduce en una menor frecuencia cardíaca en reposo, menor producción de ácido láctico y un incremento máximo de la capacidad de rendimiento.

Cuanto más ejercicio realicemos más reduciremos los triglicéridos. También mejoraremos la relación de lipoproteínas de alta densidad con las de baja densidad en la sangre. Las lipoproteínas de baja densidad llevan el colesterol a los tejidos, donde pueden formarse placas arteroescleróticas.

Mayor capacidad para enfrentarnos a los creadores de estrés

La investigación sugiere que un mayor flujo de oxígeno al cerebro incrementa la disponibilidad de glucosa. La glucosa mejora el funcionamiento cerebral. Si mejoramos nuestro cerebro nos sentiremos menos estresados. Los niveles de catecolaminas cerebrales se reducen como resultado del ejercicio y estabilizan los cambios de humor. Esto es útil para disminuir las sensaciones de angustia y de tristeza.

Como vemos, ejercicio físico y estrés están estrechamente relacionados. Una mejor forma física ayuda a hacer frente al estrés. El ejercicio nos hace más fuertes física y mentalmente, creando una sensación de mayor capacidad para controlar aquello que nos estresa.


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  • Asztalos et al. (2012) ‘Sport participation and stress among women and men’, Psychology of Sport & Exercise. Elsevier Ltd, 13(4), pp. 466–483. doi: 10.1016/j.psychsport.2012.01.003.
  • Weinberg, R. S., Gould, Daniel and Open University E233/Textbook (2015) Foundations of sport and exercise psychology. 6th ed.

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