El amor en las personas con autismo

Sí, los autistas se enamoran y empatizan con los demás. Sin embargo, esto no está exento de dificultades en un mundo normativo.
El amor en las personas con autismo
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 15 mayo, 2023

Puede que el dato sorprenda, pero una de las preguntas más comunes en Google sobre el trastorno de espectro autista es si son capaces de tener pareja o casarse. El amor en las personas con autismo sigue alimentando muchos mitos, ideas sesgadas y tremendos desconocimientos. Aun a día de hoy, son muchos los que siguen pensando que estas personas no entienden ni hablan el lenguaje del cariño.

Es un error. Algo que saben bien las familias de las personas con un trastorno del espectro autista (TEA) es que agradecen y necesitan el afecto cotidiano. También estos adolescentes y adultos se emocionan, se enamoran y experimentan pasiones y deseos.

Es más, algo que señala a menudo quien está dentro del espectro es que, a veces, llegan a «sentir en exceso». Las emociones les desbordan y no saben muy bien qué hacer en medio de ese universo tan caótico. Vamos a profundizar en este asunto tan complejo.

Concepciones erróneas sobre el amor en las personas con autismo

El amor en las personas con autismo responde a una necesidad, que es la misma que la de cualquier ser humano: la de pertenencia. Puede ser a un grupo, a una pareja, a una familia, a un tipo de vida en general. ¿Por qué no habría de poder experimentar una persona con trastorno autista algo así?

Si una parte de la población lo cree de este modo se debe, en esencia, a la desinformación o a seguir dando veracidad a información obsoleta. Un ejemplo: uno de los autores más conocidos en el estudio del autismo y trastornos del neurodesarrollo es, sin duda, Simon Baron-Cohen. Este psicólogo es conocido por trabajos relacionados con la teoría de la mente o el cerebro masculino autista.

Fue a lo largo de los años 90 cuando se popularizaron muchos de sus trabajos, como Autismo: un trastorno cognitivo específico de ceguera de la mente (1990) . A raíz de esta obra, gran parte de la población asumió que todas las personas con TEA eran incapaces de empatizar, de conectar con el entorno, de captar y entender las señales sociales.

A ello también se unen el mundo del cine y la televisión, para los cuales, el término «autista» se adhiere al arquetipo de personas con estereotipias y genios en alguna disciplina. En realidad, tras esta palabra se halla una gran variedad de formas de procesar la realidad.

El amor en las personas con autismo, ¿cómo es?

Como se ha dicho, el autismo es un neurotipo, un espectro donde cada persona se relaciona de una manera única con su entorno, pero de manera diferente al grueso de la población neurotípica. De estas características se derivan, a su vez, ciertas necesidades que hay que comprender y respetar.

Hay casos más graves donde se manifiestan serias limitaciones en el habla y el lenguaje. En otros estamos ante un autismo altamente funcional. Aun con ello, y más allá de sus limitaciones dentro de un mundo neurotípico, todos y cada uno de ellos sienten la necesidad de ser amados, de ser atendidos.



La empatía en las relaciones interpersonales de los autistas

En las relaciones de pareja (y en las de cualquier otro tipo), la empatía es un pilar fundamental. Sin embargo, u na de las ideas más extendidas es que las personas con autismo carecen de empatía.

No obstante, esta afirmación está lejos de la realidad, pues la empatía es una capacidad extremadamente compleja. Es interesante como un estudio publicado en el 2019 por la Universidad de Osaka hace una revisión de la literatura sobre este tema.

De entre las diferentes dimensiones de la empatía, los autores recabaron que muchos artículos señalaban que «la empatía cognitiva de estado y la preocupación empática de estado están deterioradas», es decir, que los autistas suelen tener carencias a la hora de entender por qué alguien sufre, se enfada o se decepciona.

Sin embargo, y aquí llega el matiz, su precisión a la hora de empatizar es mayor que la de los neurotípicos en la mayoría de los casos. Es decir, que con aquello con lo que sí empaticen con facilidad tendrán una respuesta más estable, precisa e intensa. Esto tiene una gran relevancia a la hora de mantener una relación de pareja.



Otras características del amor en las personas con autismo

Es importante tener en cuenta que el autismo puede presentarse de formas muy diversas y, por lo tanto, la forma de vivir el amor también puede ser muy distinta entre las personas con TEA. Dentro de las características más habituales encontramos estas:

  • Alexitimia: algunos autistas tienen dificultades para interpretar los estados emocionales propios y reconocerlos en los demás. Por esto, su expresión emocional puede ser poco precisa o confusa para alguien neurotípico.
  • Suelen tener dificultades con los cambios: la necesidad de que el entorno sea previsible es fuerte en el espectro autista. Por ello, los cambios en la rutina son dificultosos para estas personas y se deben llevar con paciencia y compresión.
  • Su razonamiento moral intuitivo es diferente: en dilemas éticos, donde la valencia emocional, la excitación, la aceptabilidad moral y la permisibilidad son los factores a tener en cuenta para tomar una decisión, los autistas difieren en sus respuestas de los neurotípicos, como encontró un trabajo divulgado en Journal of Autism and Developmental Disorders. Por tanto, en este asunto son necesarias las conversaciones profundas y la comprensión mutua.
  • Deseo sexual y satisfacción sexual: en cuanto a sexualidad, los autistas presentan la misma variabilidad que los neurotípicos. No obstante, dado el componente emocional del sexo, es necesaria una buena comunicación previa para que esta actividad sea placentera para todos.
  • El estilo de apego evitativo es frecuente: al vivir en una sociedad configurada para las personas neurotípicas, es normal que muchos autistas sean evitativos en sus relaciones y tengan dificultades para tener una relación sana.

Compréndeme y te comprenderé

Aun con toda la amplitud de miras que se ha adquirido respecto al autismo, el amor no es fácil para las personas dentro del espectro. Desde la perspectiva de ser la pareja neurotípica de una persona autista, es necesario comprender una serie de procesos:

  • La persona con autismo no entenderá muchos de los códigos relacionales que surgen cada día. Es posible que la otra persona necesite un abrazo tras pasar un mal día o que aguarde un te quiero antes de salir de casa para trabajar, por ejemplo. Muchos de estos aspectos se le pueden escapar a alguien con TEA.
  • De ahí que sea esencial la comunicación: es necesario encontrar un lugar común para ambos, donde todos los códigos se comprendan por ambas partes y que las necesidades de los dos queden cubiertas. No se trata de que el autista se adapte (y que acabe haciendo masking) o de que el neurotípico haga de traductor.
  • La paciencia es necesaria por ambas partes: al fin y al cabo, se trata de dos cerebros distintos tratando de hablar un lenguaje conjunto. Esto, por supuesto, lleva tiempo y supone superar dificultades por el camino.

Para concluir, el amor en las personas autistas es real y tangible, aun con sus dificultades, sus matices y sus enormes retos. También esta es un área donde los profesionales pueden intervenir para ofrecer estrategias, apoyos y acompañar a la pareja en ese crecimiento donde, sin duda, muchos alcanzan la felicidad.


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