El dilema de las redes: el documental que te hará «despertar»

¿Cómo despertar de Matrix si no sabes que ya estás en Matrix?... El documental de Netflix, «El dilema de las redes», nos invita a una necesaria reflexión sobre cómo la tecnología ha tomado el control de los aspectos más insospechados de nuestra vida.
El dilema de las redes: el documental que te hará «despertar»
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 20 septiembre, 2020

Eres mercancía. Tú, yo y cualquiera de nosotros somos meros esclavos de unos algoritmos que nos manipulan a diario para monetizar, para obtener dinero. ¿Suena apocalíptico? Es cierto, parece algo sacado de una novela de Arthur C. Clarke y, por tanto, nos resistimos a creerlo. Sin embargo, el documental El dilema de las redes ha llegado para despertar conciencias, abrir mentes y alentarnos a tomar decisiones.

Esta producción de Netflix está acaparando toda la atención del gran público. Se habla del tema en las redes sociales y fuera de ellas, es objeto de debate, motivo de alarma para muchas personas y de reflexión para otras. Sea como sea, el necesario mensaje que nos brinda está empezando a resonar… No sabemos hasta cuándo, pero es sin duda un buen punto de partida.

Lo es, quizá, porque nos llega en un momento necesario. Hemos llegado a un punto en el que no dejan de asaltarnos dudas sobre ¿por qué el mundo se ha vuelto tan polarizado? ¿por qué la mentira ahora tiene más poder que la verdad? ¿qué explica el hecho de que las teorías de la conspiración más infundadas tengan tanta relevancia y arrastren detrás a millones de personas?

El caos global en el que nos hallamos instaurados tiene detrás unos hilos que lo mueven. La dinámicas de las redes sociales e Internet son la mecánica que orquesta este complejo escenario actual.

Hemos creado un mundo en el que es vital que las personas estén conectadas, especialmente entre los jóvenes, sin embargo, en ese mundo, cada vez que dos personas se conectan, la única manera de financiarlo es a través de un tercero infiltrado que paga para manipular a esas personas”.

-Jaron Lanier (uno de los fundadores de la realidad virtual)-

Cartel del docugrama el dilema de las redes

El dilema de las redes: somos mercancía para ganar dinero

El dilema de las redes es un docudrama de 2020 dirigido por Jeff Orlowski para Netflix. La producción se basa en una serie de entrevistas a ex ejecutivos de redes sociales y grandes mentes de Silicon Valley. Conocemos, por ejemplo, a Tristan Harris, quien trabajó para Google, también el co-inventor del botón “Me gusta” de Facebook, Justin Rosenstein o al expresidente de Pinterest y ex director de monetización en Facebook, Tim Kendall, entre otros.

¿Qué unía a todas estas destacadas figuras? La decepción, la conciencia de una alarmante realidad para la cual habían estado trabajando y la necesidad de cambio. Les movía la obligación moral de dejar un mensaje: somos simple mercancía para las grandes industrias tecnológicas.

La esencia del problema para ellos y por lo que dejaron sus trabajos en dichas empresas fue la siguiente: los modelos comerciales basados ​​en anuncios que hay detrás de las redes sociales buscan solo una cosa: aumentar el tiempo del usuario ante la pantalla. Esto se traduce en más ingresos.

Por lo tanto, hay que desarrollar técnicas más sofisticadas (e intrusivas) para elevar la cantidad de horas que pasamos en esos universos.

¿Por qué ha causado tanto impacto el documental El dilema de las redes?

De algún modo, gran parte de la población sabía ya del afán manipulador de las redes sociales. Sin embargo, millones de personas siguen adheridas a ellas. No podemos dejarlas. Nos es imposible realizar un detox digital, apagar el móvil y dejarlo en un cajón durante unos días.

Lo más probable es que al cabo de media hora volvamos hasta él ansiosos por ver si tenemos alguna notificación…

  • El dilema de las redes ha generado impacto porque quienes nos hablan de la realidad de este mundo, son las propias personas que lo crearon en su día.
  • Internet y gran parte de las aplicaciones que usamos a diario han dejado de ser herramientas. Las grandes tecnológicas no buscan hacernos la vida más fácil dándonos cosas útiles: buscan modelos de negocio con los que obtener dinero.
  • Estos modelos comerciales atentan contra la salud y el equilibrio social. Un usuario adicto a las redes sociales se convierte en mercancía que genera beneficios. Las fake news y la polarización tiene mayor impacto en las redes y, con ello, se obtienen ganancias.
  • La verdad es aburrida, no genera movimiento, ni interacción en redes ni monetización.
  • Somos objeto de experimentos y vigilancia continuada para averiguar de qué manera encajar mejor la publicidad y obtener dinero.
Fotograma del docugrama el dilema de las redes

¿Por qué es importante ver el documental de Jeff Orlowski?

Muchos dirán que todo eso ya se sabía, que no hay nada nuevo. Tal vez sea cierto, pero… ¿si lo sabemos por qué no actuamos? ¿Por qué seguimos dejando que las redes sociales sigan orquestando los trasfondos de las elecciones? Aún más, ¿vamos a dejar que el índice de suicidios de los jóvenes sigan aumentando cada año a raíz del impacto de todas estas tecnologías?

Saber la verdad implica una responsabilidad, la responsabilidad de tomar conciencia de generar cambios. Los ex ejecutivos que participan en el documental de El dilema de las redes no han hecho más que dejarnos el guante y abrirnos los ojos respecto a estas realidades.

Skynet ya está aquí

A menudo, hablamos sobre cómo la inteligencia artificial terminará dominando el mundo como ocurrió en Terminator y la activación de Skynet. Bien, en realidad, esto mismo ya está funcionando cada día. Todos nosotros somos observados y analizados por algoritmos capaces de saber incluso cuál es nuestro estado de ánimo. 

En cada interacción que hacemos en las redes, en cada foto vista, en cada like realizado o tiempo de exposición a una imagen, esos algoritmos y esa inteligencia artificial van recopilando datos sobre nosotros. Gracias a ello, activarán funciones para aumentar nuestro tiempo de exposición y elegirán qué tipo de publicidad será la más adecuada para nosotros.

Refuerzo intermitente positivo

Toda nuestra tecnología y redes sociales está basada en el refuerzo intermitente positivo. Esta técnica de condicionamiento clásico hace que nuestras conductas reciban un premio, un refuerzo.

Tenemos likes, corazones, notificaciones de colores atractivos. Es más, incluso el movimiento que hacemos para hacer scroll (de arriba a bajo, igual que las clásicas tragaperras) actúa como refuerzo porque nos hace creer que tenemos el control.

«Chutes» constantes de dopamina que terminan con sensación de vacío

Nos hemos acostumbrado a los símbolos de las notificaciones, al clásico tintineo o a la vibración del móvil cuando llega el mensaje, al like a nuestra foto, ese correo entrante… Las redes sociales son chupetes digitales que nos hacen sentir bien.

Son dosis de dopamina para el cerebro que terminan en adicción, en necesitar más para sentirnos bien y si esto no sucede, aparece la ansiedad, la angustia…

El dilema de las redes: no les importa tu salud, les importa monetizar

Los adolescentes y preadolescentes conciben el mundo a través de las redes sociales. Tik Tok e Instagram son esos universos desde los que procesar la realidad a través de un bonito filtro. Estamos moldeando una generación con serios problemas de autoestima, que tiene serias limitaciones para socializar en el mundo real.

Tanto es así que el índice de suicidios entre los jóvenes ha aumentado de manera exponencial en los últimos años. No obstante, nada de eso importa mientras esas aplicaciones sigan monetizando.

fotograma del docugrama el dilema de las redes

Las empresas tecnológicas son ya gobiernos de facto que están terraformando el mundo

Puede que pensemos que el mundo está gobernado por las grandes superpotencias de siempre: Estados Unidos, Rusia, China… Es cierto, puede ser así, pero darlo por sentado sería caer ya en el abismo de la ingenuidad. Porque hay otro gobierno en la sombra que tiene forma de algoritmos, que almacena grandes ordenadores con todos nuestros datos. Es un mundo paralelo que nos observa, que sabe lo que nos gusta y hasta dónde estamos en cada momento.

Es un gran hermano con ojos de Skynet capaz de manipular incluso nuestra intención de voto. Puede manipularnos al permitir que nos llegue información falsa, esa que compartimos a nuestros conocidos y estos a otros más. La falsedad se impone y nuestras ideas se alteran, cambian y hacen que elijamos a un candidato y no a otro en las próximas elecciones.

Tengámoslo claro, lo que nos obligan a entender en El dilema de las redes es que estas empresas tecnológicas están terraformando el mundo. Nadie les pone límites éticos, nadie regula el modo en que declaran sus impuestos… Así, en un mundo donde nadie alza barreras, continuarán tratándonos como mercancía socavando las bases de la democracia, la libertad y la salud.

¿Vamos a permitirlo? 

“Vivimos en un mundo que un árbol vale más muerto que vivo, el que una ballena vale más muerta que viva. Mientras la economía funcione así y las corporaciones no estén reguladas seguirán destruyendo árboles, matando ballenas. Lo aterrador y ojalá sea la gota que rebalsa el vaso, es ver que ahora somos el árbol, ahora somos la ballena. Somos más rentables si miramos mucho una pantalla que si pasamos ese tiempo viviendo una vida plena”.

-Justin Rosenstein-


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