El experimento del pequeño Albert

El experimento del pequeño Abert es uno de los más conocidos en el mundo de la psicología, pero también de los más controvertidos. Aquí te contamos en que consistión.
El experimento del pequeño Albert
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 07 octubre, 2022

A John B. Watson se le conoce como uno de los padres del conductismo. Su principal referente intelectual fue Pavlov, el fisiólogo ruso que hizo los primeros descubrimientos acerca del condicionamiento instrumental. Watson, por su parte, realizó un famoso estudio, conocido como el experimento del pequeño Albert.

Vayamos por partes. Iván Pavlov realizó un famosísimo experimento con perros. Se podría decir que fue una de los párrafos más importantes del capítulo introductorio de lo que después sería la psicología como ciencia. Descubrió los aspectos básicos del funcionamiento del estímulo -respuesta y estableció los principios de lo que se llamó “el condicionamiento clásico”.

Lo que Pavlov hizo con los perros, Watson intentó replicarlo en el experimento del pequeño Albert. En otras palabras, experimentó con seres humanos. En este caso, con un bebé al que manipuló para probar sus tesis.

La ciencia nunca resuelve un problema sin crear otros 10 más”.

-George Bernard Shaw-

Los experimentos de Pavlov

Iván Pavlov fue un gran investigador de la naturaleza. Después de estudiar varias disciplinas, se interesó  por la fisiología. Y fue precisamente un elemento fisiológico el que le permitió descubrir el condicionamiento a partir del esquema estímulo-respuesta.

Pavlov y los precedentes del experimento del pequeño Albert

Pavlov notó que los perros salivaban antes de que se les diera el alimento. En otras palabras, descubrió que estos animales se “preparaban” para comer cuando llegaba el momento. Reaccionaban al estímulo. Esa observación le dio pie para comenzar a experimentar. Fue así como introdujo diferentes estímulos antes de servirles el alimento, en forma de anuncio.

El gran descubrimiento de Pavlov fue la capacidad  de que una campana pudiera predecir la presencia de comida. A pesar de que parezca simple, nadie había tomado nota de este hecho. Pero, ¿cuál es la explicación científica? La campana de por sí no tiene valor de predicción, por lo que en términos psicológicos, en este caso, se le considera un estímulo neutro. La comida provoca una respuesta innata de salivación en el perro. La comida se considera estímulo incondicionado (provoca una respuesta natural) y la salivación es una respuesta incondicionada.

Cuando se presenta la comida (estímulo incondicionado) junto con el sonido de la campana (estímulo neutro), el perro asocia el sonido de la campana con la presencia de comida. Así pues, cuando el perro saliva ante el sonido de la campana se considera que este sonido ha pasado a ser un estímulo condicionado, es decir, se ha producido un condicionamiento. La respuesta de salivación del perro a la campana se trata de una respuesta condicionada.

Los antecedentes del experimento del pequeño Albert

John B. Watson era un positivista radical. Pensaba que la conducta humana debía estudiarse exclusivamente con base en los comportamientos aprendidos. Para él no tenía sentido alguno hablar de elementos genéticos, inconsciente o instintos. Lo suyo era estudiar únicamente el comportamiento observable.

Pequeño Albert

Watson era un investigador de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore (Estados Unidos). Partió de la idea de que en el ser humano todo, o la mayor parte de nuestro comportamiento, se puede explicar por nuestra historia de aprendizaje basada en el condicionamiento. Así, le pareció que era una buena idea intentar demostrar que las conclusiones a las que había llegado Pavlov también se podían aplicar al ser humano.

Watson tenía una visión de la emocionalidad de los bebés muy limitada, considerando que los recién nacidos solo podían presentar miedo, amor y cólera.

Fue así como junto con su ayudante, Rosalie Rayner, fue a un orfanato y eligió a un bebé de tan solo 8 meses. Él era hijo de una de las nodrizas del orfanato. Vivía básicamente ignorado, en un entorno donde primaba la frialdad. Se mostraba excesivamente tranquilo. Se decía que apenas si había llorado en su corta vida. Así nació el experimento del pequeño Albert.

Un experimento polémico

En la primera fase del experimento del pequeño Albert se le presentaron diferentes estímulos. El objetivo era observar cuáles de ellos le generaban miedo. Se comprobó que solo manifestaba temor cuando escuchaba ruidos fuertes. Era algo común a todos los pequeños. Por lo demás, no mostró ningún signo de miedo frente a los animales o el fuego.

La prueba continuó induciendo un temor por condicionamiento. Al bebé se le presentó una rata blanca y él quiso jugar con ella. Sin embargo, al tratar de hacerlo, se hacía sonar un ruido muy fuerte que lo asustaba. Después de repetir varias veces el mismo ciclo, el bebé terminó sintiendo miedo por la rata. Después se introdujeron otros animales como conejos, perros e incluso abrigos de piel. En todos los casos, el pequeño terminó condicionado. Sentía miedo al ver esos elementos.

El bebé estuvo mucho tiempo sometido a las pruebas. El experimento del pequeño Albert duró casi un año. Al final, el bebé había pasado de ser muy tranquilo a estar prácticamente en un estado de continua ansiedad. Llegó a sentir temor por una máscara de Santa Clauss. Le obligaron a tocarla y el niño presentó un llanto incontenible. Finalmente, la universidad expulsó a Watson por lo polémico de su experimento. También por haber iniciado un romance con su asistente.

La segunda parte del experimento consistía en revertir el condicionamiento; es decir, en “descondicionar” los miedos previamente condicionados. Sin embargo, esto nunca se realizó. No se sabe qué pasó con el bebé después del famoso experimento del pequeño Albert. Sin embargo, una publicación aseguró que el niño, cuyo verdadero nombre era Douglas Merrite, murió a los 6 años de una hidrocefalia congénita, aunque otras fuentes afirman que era a consecuencia de una meningitis.

De ser así, los resultados de tal macabro experimento podrían cuestionarse. En cualquier caso, el experimento del pequeño Albert es uno de los más famosos de la historia de la psicología. Por lo alto de sus pretensiones, por sus conclusiones y violar muchas de las normas que hoy tiene que respetar cualquier investigador que quiera llevar a cabo un experimento.


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