El mito de Apolo, el dios de las profecías

El mito de Apolo fue uno de los más importantes de la antigüedad. Habla acerca de un dios artista y, al mismo tiempo, guerrero implacable.
El mito de Apolo, el dios de las profecías
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 21 enero, 2022

El mito de Apolo habla acerca del dios más venerado en la antigüedad griega, después de Zeus. Tan importante fue que su culto sobrevivió de forma encubierta hasta la Edad Media. De hecho, hoy en día se sabe que tiene seguidores que aún lo invocan.

La importancia del mito de Apolo deriva de los grandes poderes que se le adjudicaban a esta deidad. Se le consideraba el dios de las artes, de la profecía, portador de la luz de la verdad, regente de las plagas, las epidemias y la muerte súbita, pero también de la sanación y la protección contra fuerzas malignas.

Así mismo, en el mito de Apolo se le adjudica a este dios la regencia sobre la belleza, la armonía, el equilibrio, la perfección. Era el iniciador de madurez en los jóvenes, protector de pastores, marineros y arqueros, así como señor máximo del arco y la flecha. También dios de la música y la poesía, jefe de las musas  y patrón del Oráculo de Delfos.

 “Cuanto más uno se niegue a sí mismo, tanto más recibirá de los dioses

-Horacio-

Grecia

El origen del mito de Apolo

El mito de Apolo señala que este dios era hijo de Zeus , máxima autoridad del Olimpo, y de Leto, una titánide. En principio, Zeus se interesó por la hermana de Leto, llamada Asteria, e intentó tomarla por la fuerza. Ella, espantada, se convirtió en codorniz para escapar de su asedio. Como siguió acosándola, se arrojó al mar y se convirtió en la isla de Ortigia.

Después, el máximo dios del Olimpo fijó sus ojos en Leto, quien le correspondió. Ella quedó encinta, pero Hera, esposa legítima de Zeus , se enteró de la aventura e inició una feroz persecución contra Leto. La traicionada le pidió a su hija Llitía, diosa de los partos, que impidiera el nacimiento. Por tanto, Leto estuvo nueve días con dolores horribles.

Los dioses se compadecieron de la titánide. Leto esperaba mellizos y los dioses permitieron que naciera la niña, Artemisa, y que esta se hiciera adulta rápidamente para que ayudara a la madre con el parto de su hermano, Apolo. Así sucedió. Artemisa quedó tan impresionada por el sufrimiento de su madre que decidió permanecer virgen para siempre.

Un Apolo fantástico

El calvario de Leto no terminó con el nacimiento de Apolo. Hera, todavía furiosa por la traición, envió a la serpiente Pitón para que matara a la pequeña familia. Nuevamente los dioses, compadecidos por la suerte de Leto, hicieron que Apolo creciera en solo cuatro días y le diera muerte al monstruo.

Apolo destruyó a Pitón, serpiente sagrada, con mil flechas. Como era un animal divino, tuvo que hacer penitencia por matarla y donde cayó abatido el monstruo se edificó el Oráculo de Delfos. Apolo se convirtió en el patrón de este lugar, para más adelante susurrar los vaticinios al oído a las pitias o adivinas.

El mito de Apolo cuenta que tanto él como su hermana siguieron siendo los protectores de su madre para siempre, ya que Hera nunca dejó de perseguirla. Los mellizos mataron al gigante Ticio, que intentaba violarla. También dieron muerte a los 14 hijos de Níobe, que se burló de la desdichada titánide.

Templo de Apolo

Un dios humano

El mito de Apolo cuenta que este dios tuvo una descendencia numerosa, pero fue desafortunado en el amor. Se interesó en Casandra, a quien le había regalado un don profético, pero esta lo rechazó. Luego se enamoró de Dafne, por una flecha de Cupido, pero esta no le correspondió y la convirtió en árbol.

El mito de Apolo narra varios episodios en los que este dios tuvo participación. Muchos de ellos fueron actos de violencia. Uno de los más destacados tuvo lugar cuando Zeus le ordenó a los cíclopes que mataran a Asclepio, hijo de Apolo. Invadido de dolor, el dios de las artes mató a los cíclopes y por eso fue castigado. Zeus lo envió al mundo de los mortales y tuvo que vivir como ellos y experimentar su sufrimiento.

Apolo fue también un gran intérprete de la lira y participó activamente en la Guerra de Troya. Allí peleó al lado de los troyanos y ayudó a Paris a darle muerte a Aquiles, pues este había matado a sus hijos Héctor y Troilo. El mito de Apolo pasó casi intacto a la mitología romana, en donde fue una de las deidades más respetadas y admiradas.


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  • Vozmediano, M. M., & Pelaez, A. M. (2018). Análisis cuantitativo y perspectiva de género como nuevo significado en el mito de Apolo y Dafne. Arquetipo, (17), 81-102.

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