El síndrome del explorador, la necesidad de explorar y cambiar rutinas

¿Qué es el síndrome del explorador y cómo se relaciona con la personalidad? ¿Cómo son estas personas, y cómo podemos detectarlas? ¡Descúbrelo, aquí!
El síndrome del explorador, la necesidad de explorar y cambiar rutinas
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 01 febrero, 2022

¿Alguna vez has escuchado a hablar del síndrome del explorador? Se trata de personas que necesitan, como su propio nombre indica, explorar continuamente entornos nuevos, conocer a gente nueva, vivir experiencias diferentes, buscar retos…

Es decir, son personas a las que no les gusta estar estáticas, que necesitan movimiento y acción. ¿Cómo se relaciona este síndrome con la psicología de la personalidad? Existe alguna dimensión de la misma que podamos vincular a este concepto? Como veremos, ¡sí! Descubre qué dimensión es y cómo se puede evaluar.

“Vivir es cambiar, ver cosas nuevas, experimentar otras sensaciones”.

-Amando de Miguel-

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¿Qué es el síndrome del explorador?

El síndrome del explorador se utiliza para designar a aquellas personas que se cansan de hacer siempre lo mismo, que se agobian por las rutinas, que necesitan estimulación y aventuras constantes, aprender cosas nuevas, vivir nuevas experiencias…

En definitiva, son personas curiosas y despiertas que no incluyen la palabra aburrimiento en su vocabulario, y que se mueren por asumir nuevos retos de manera constante.

Un patrón de conducta

Cuando hablamos del síndrome del explorador, hacemos alusión, en realidad, a un patrón de conducta en el que las personas manifiestan una gran curiosidad por vivir nuevas experiencias, por visitar lugares nuevos, espacios desconocidos y, en definitiva, por vivir nuevas aventuras.

Las personas con este síndrome, a diferencia de lo que ocurre con las personas que buscan rutina y seguridad, sienten un bloqueo si se ven inmersas en esas rutinas que a tantos otros les gustan. Es decir, necesitan salir de ella, ir más allá y explorar en nuevos entornos.

Búsqueda de sensaciones

Pero el síndrome del explorador no es un concepto nuevo. Ya Marvin Zuckerman (1928-2018), Doctor en Psicología Clínica en la Universidad de Nueva York, habló de la dimensión de personalidad de la “búsqueda de sensaciones”. Así, incluyó esta dimensión en su teoría de la personalidad, que tuvo una gran influencia en la Psicología de la Personalidad.

La teoría supuso una alternativa al famoso modelo Big Five de la personalidad (la teoría predominante), y se basaba en los factores biológicos de la personalidad descritos por el psicólogo inglés Hans Eysenck (1916-1997).

Según el modelo de Zuckerman, la búsqueda de sensaciones implicaría la necesidad de recibir sensaciones nuevas, variadas y complejas provenientes de experiencias y voluntad por sentir riesgos físicos y sociales por tomar parte de ellas. En realidad, a través de esta dimensión, estamos hablando también del síndrome del explorador.

Subdimnesiones

La búsqueda de sensaciones de Zuckerman incluye 4 subdimensiones. Estas configuran la totalidad de la dimensión, y son rasgos o características que encontramos en las personas con el Síndrome del explorador:

  • Búsqueda de aventura y riesgo.
  • Búsqueda de experiencias.
  • Desinhibición.
  • Susceptibilidad al aburrimiento.

¿Cómo detectar el síndrome del explorador?

Enlazando la pregunta con la teoría de Zuckerman, encontramos que éste desarrolló un cuestionario para evaluar la dimensión de la búsqueda de sensaciones. Se trata del Cuestionario de intereses y preferencias de Zuckerman (SSS). Otra alternativa para evaluar dicha dimensión es el Test de personalidad (ZKPQ), también del mismo autor.

Más allá de pruebas psicológicas y test, y en “la vida real”, no nos resultará difícil detectar a personas con el síndrome del explorador. ¿Por qué? Porque son personas que, generalmente, no pueden estar quietas; necesitan cambiar a menudo de entorno, de vida, de trabajo

Son personas que se adentran continuamente en aventuras, que buscan retos y sobre todo, a las que les suele gustar mucho viajar. Así que si te encuentras a una persona con estas características, seguramente no te pase inadvertida: ¡Estás ante alguien con el Síndrome del explorador!

¿Qué dicen los estudios?

El síndrome del explorador, así como la dimensión de búsqueda de sensaciones: ¿son características innatas? ¿O vamos desarrollando estas características influenciados por el entorno? ¿Qué conductas se asocian a este patrón de comportamiento?

En este sentido, un estudio de Ball, Farnill y Wangemen (1984), citado en Chico (2000), proporcionó apoyo a la influencia no genética en la búsqueda de sensaciones. Otro estudio, llevado a cabo por Serrano et al. (1996) y también citado en Chico (2000), señaló que hay conductas que están relacionadas con esta manera de ser: concretamente, el consumo de drogas y conductas de riesgo social, más frecuentes en hombres que en mujeres.

Chico con capucha

¿Algo bueno o malo?

Y tú, ¿conoces a alguien con el síndrome del explorador? ¿O puede que tú mismo seas uno de ellos? Como hemos visto, las personas con este síndrome buscan experimentar emociones y vivir de manera intensa. Por lo tanto, la rutina les cuesta un montón.

Suelen salir con frecuencia de su zona de confort (por no decir que no pasan mucho tiempo allí); no se trata de algo, para nada, patológico, aunque haya estudios que relacionen esta dimensión de la personalidad (búsqueda de sensaciones) con el consumo de drogas o la adopción de conductas de riesgo.

Puedes perfectamente tener el síndrome del explorador y no adentrarte en situaciones problemáticas (al contrario, vivir al máximo y de forma satisfactoria). Sea como sea, si conoces a alguien con dicho síndrome, ¡seguro que a su lado no te aburres!

“La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento en el que se presenta”.

-Alejandro Dumas-


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  • Ball, I.L.; Farnill, D. y Wangemen, J.F. (1984). Sex and age differences in sensation seeking: Some national comparisons. British Journal of Personality, 75, 257-265.
  • Chico, E. (2000). Búsqueda de sensaciones, Psicothema, 22(2): 229-235.
  • Serrano, G., Godás, A., Rodríguez, D. y Mirón, L. (1996). Perfil psicosocial de los adolescentes españoles. Psicothema, 8, 1, 25-44.

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