El tono hedónico y su relación con la salud mental

El tono hedónico puede ser la clave en trastornos tan diferentes como la depresión, el TDAH y el abuso de sustancias. Te contamos por qué.
El tono hedónico y su relación con la salud mental
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 01 abril, 2023

Los trastornos psicológicos son multifactoriales. Es decir, en su génesis y mantenimiento intervienen variables tanto de índole biológica como mental y comportamental. Sin embargo, hay algunos elementos que subyacen a varios de ellos y nos ayudan a entender mejor lo que ocurre en quien los sufre. Es lo que pasa con el tono hedónico, el cual parece vincular desórdenes tan aparentemente dispares como la depresión, el TDAH y las adicciones.

Este es un concepto que puede interpelar especialmente a quienes sienten que nada les interesa, les genera motivación o les hace sentir recompensa. Incluso, si se involucran en situaciones cada vez más riesgosas, parece que todo alrededor perdió la capacidad de entusiasmarles. Aunque no siempre fue así, o no al mismo grado; pero, progresivamente, todo aquello que antes se disfrutaba dejó de generar ese efecto.

Si sientes que esto es algo que te ocurre, continúa leyendo para identificar sus posibles causas.

¿Qué es el tono hedónico?

Generalmente, el término tono hedónico se emplea como sinónimo de valencia para definir el grado en que un estímulo nos agrada o nos desagrada. Así, un tono hedónico positivo se asocia con aquello que genera placer y recompensa; mientras que el negativo está ligado a lo que causa desagrado y malestar.

Por ejemplo, emociones como la alegría, la satisfacción o el alivio pertenecerían al primer grupo; otras como la ira, la tristeza o el miedo, se clasificarían en el segundo.

Ahora bien, en este contexto nos interesa el concepto de tono hedónico relacionado con el arousal o el grado en que una persona se siente excitada, interesada o activada por un estímulo. En este caso, lo positivo y lo negativo no son definitorios en sí mismos, ya que dependen del estado de la persona.

Según la Teoría de la Inversión de Apter, existen dos estados en los que nos encontraríamos con respecto a la motivación. El estado télico, vinculado con metas que son impuestas y se correlaciona con una preferencia por la baja excitación. Así, en este caso, el arousal elevado produce ansiedad.

Por otro lado, el estado paratélico se relaciona con metas escogidas y con una preferencia por la alta intensidad. De esta manera, en este punto, es un arousal bajo el que causa malestar, pues conduce al aburrimiento, en tanto el alto es percibido como placentero.

Desde este prisma, situaciones que a priori evitaríamos (por generar miedo, angustia o ser arriesgadas) se tornan apetecibles, ya que proporcionan esa activación con la que buscamos evitar el aburrimiento y el desinterés. Todos podemos recurrir a esto, por ejemplo, cuando disfrutamos de una película de terror o subimos a una montaña rusa. El problema surge si cada vez necesitamos más.

Chicas en montaña rusa disfrutan de la atracción
Algunas actividades de las que podríamos pasar por causar temor, terminan convirtiéndose en una inyección de placer.

El tono hedónico y la salud mental

La situación anterior sucede cuando la persona tiene un tono hedónico bajo; es decir, presenta una sensibilidad disminuida a la recompensa. Por decirlo de algún modo, su umbral para alcanzar la excitación deseada y placentera es más alto, y por tanto requiere de una mayor cantidad de estímulos positivos para sentirse bien, interesada y motivada.

Esto es algo muy propio del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, lo cual lleva a estas personas a involucrarse en actividades más extremas e intensas o aparentemente peligrosas o irresponsables. También está muy presente en la depresión. En este caso, uno de los síntomas principales es la anhedonia o la dificultad para sentir placer. Lo que ocurre entonces es que en la persona disminuye el interés por involucrarse en esfuerzos, y la apatía y pasividad se incrementan.

Algunos estudios han explorado la relación entre estos dos trastornos, encontrando que es el tono hedónico el elemento que subyace a ambas condiciones. De hecho, según parece, gran parte de los pacientes con depresión que no responden al tratamiento, tienen un TDAH no detectado y no diagnosticado.

Asimismo, ambos desórdenes están enlazados con un riesgo aumentado de consumir sustancias. Y es que esta es una vía para obtener esa estimulación intensa que falta, que no se logra por otros medios y cuya ausencia tanto malestar produce. Paradójicamente, el cerebro se va habituando a la sustancia y esta pierde su capacidad estimulante y de recompensa, con lo que cada vez se necesita más.

Hombre rubio de camisa gris camina entre varias personas y evidencia preocupación en el rostro
El tono hedónico puede ser negativo y positivo, asociados al desagrado y el agrado, respectivamente.

Recomendaciones finales

Ciertas investigaciones observan que el tono hedónico bajo está relacionado con la disfunción de algunos circuitos cerebrales involucrados en el procesamiento de recompensas. Y esta alteración está presente tanto en el TDAH como en la depresión y el abuso de sustancias, lo que explica que estas tres condiciones aparezcan juntas con tanta frecuencia.

No obstante, esto no implica que no se pueda hacer nada al respecto. Considerar el tono hedónico bajo en el tratamiento de estas condiciones constituye un buen punto de partida; pues, si se pasa por alto, la intervención no será completa ni efectiva. Además, en el caso de la depresión deben tratarse no solo los problemas afectivos sino también el posible TDAH no detectado.

Por último, es importante que la persona deje de involucrarse en conductas cada vez de mayor riesgo o en un consumo cada vez mayor de sustancias, para frenar la escalada que impide sentir placer y satisfacción con normalidad. En cualquier caso, es crucial acudir a un especialista que pueda realizar una evaluación oportuna y proponer las pautas adecuadas a seguir.


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  • Apter, M. J. (1982). The experience of motivation: The theory of psychological reversals. Academic Press.
  • Sternat, T., Fotinos, K., Fine, A., Epstein, I., & Katzman, M. A. (2018). Low hedonic tone and attention-deficit hyperactivity disorder: risk factors for treatment resistance in depressed adults. Neuropsychiatric disease and treatment14, 2379–2387. https://doi.org/10.2147/NDT.S170645
  • Sternat, T., & Katzman, M. A. (2016). Neurobiology of hedonic tone: the relationship between treatment-resistant depression, attention-deficit hyperactivity disorder, and substance abuse. Neuropsychiatric disease and treatment, 2149-2164.

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