Enantiodromia: la función reguladora de tu lado opuesto
¿Fuiste educado con severidad, dureza y fría autoridad? Es muy posible que cuando puedas liberarte de la sombra de esa familia aniquilante, aprecies más que nunca tu libertad, la espontaneidad y la vida desenfadada. De hecho, puede darse el caso de que, tras esa experiencia, no desees construir compromisos sólidos durante un tiempo porque lo que más valoras es tu independencia.
Esta realidad -que es más común de lo que pensamos- sirve de sencillo ejemplo para definir un concepto que acuñó el padre de la psicología analítica, Carl Jung. La enantiodromia define la manifestación de nuestro opuesto inconsciente en un momento dado. Es decir, muchos de nosotros evidenciaremos una conducta contraria a la que era nuestra forma de ser.
Ahora bien, no será un comportamiento extremo que se aleje por completo de las esencias de uno mismo. En realidad, esta reacción es como un ejercicio regulador. Hay veces en que el ser humano está atrapado en situaciones dañinas de las que solo puede salir comportándose de manera totalmente distinta. Dar un giro de 180º facilita en ocasiones que hallemos el punto perfecto de equilibrio en nuestra existencia.
«De acuerdo con el principio de compensación que recorre toda la naturaleza, todo desarrollo psíquico, sea individual o colectivo, posee un óptimo que, superado, produce una enantiodromía, es decir, se convierte en su contrario».
-Carl Jung-
Enantiodromia: ¿en qué consiste?
Aunque Carl Jung introdujo en la psicología moderna el término enantiodromia a través de su obra Los tipos psicológicos, en realidad, el concepto lo tomó de Heráclito. Fue este último quien vislumbró esa función reguladora que en muchos casos tienen las dimensiones que en apariencia son opuestas. No tenemos más que recordar lo que en una ocasión observó el filósofo griego presocrático:
«A veces, las cosas frías calientan y las calientes enfrían. Lo que está mojado se seca y lo reseco se moja».
Algo que explica el propio Jung en sus notas es que tras leer a ese gran sabio que siempre admiró, se dio cuenta de algo. Hay épocas en nuestra vida en las que cuanto más nos esforzamos en lograr algo, lo que conseguimos es justo lo opuesto. Él mismo sentía que, cuanto más trabajaba en alcanzar la paz y la felicidad, más frustrado se sentía. ¿Qué sentido tiene esta experiencia?
En lo opuesto también reside la armonía
Heráclito (535-475 a. C.) observó que en la naturaleza la mayoría de las cosas son reemplazadas en algún instante por su opuesto. Esta idea también está muy arraigada en la filosofía china a través del concepto del taijitu, el clásico símbolo que representa el yin y el yang.
Este concepto viene a demostrarnos que en todo lo que conocemos existen unas fuerzas que, aunque son opuestas, se complementan. Por ejemplo, la luz no puede existir sin la oscuridad, la muerte no tiene sentido sin la vida y la noche siempre dará paso al día. Ese conjunto de elementos contrarios configura también el equilibrio de todo lo que conocemos.
Más adelante, también el filósofo Friedrich Nietzsche exploró esta idea. Lo hizo en su obra Humano, demasiado humano (1878). La enantiodromia se ha entendido desde siempre como el principio de Le Chatelier, una idea que, tomada de la química moderna, intenta vislumbrar como a menudo un sistema se opone a su opuesto por un objetivo muy simple: restablecer el equilibrio.
Del conflicto emerge la motivación
La enantiodromia es una experiencia que como humanidad no es muy conocida. Hay países que están durante siglos dominados por una autocracia hasta que, en un momento dado, surge una rebelión que deriva temporalmente en anarquía. Poco a poco, ese pequeño estado puede ir articulando su sistema democrático. Del conflicto surge a menudo el equilibrio.
Enantiodromía también es ser leal a alguien hasta que, a raíz de alguna decepción profunda, nos revelamos llevados por la frustración y el desprecio. Esa transición en la que vamos de la admiración al rechazo y de la devoción a la repulsión también nos facilita con el tiempo lograr la armonía tras aceptar lo sucedido.
Pensemos también en muchos de los procesos que dominan la naturaleza. Todos hemos sido testigos de esas bucólicas tardes de verano en las que el calor se vuelve asfixiante hasta que, de pronto, estalla una tormenta. La atmósfera recupera el equilibrio con la frescura de la lluvia y nosotros quedamos admirados de ese maravilloso juego de fuerzas adversas.
«La suposición es que lo opuesto a la actitud de la persona probablemente también sea parte de ella; aunque sea un lado menos desarrollado de su personalidad».
-Claudio Naranjo-
La sombra reprimida que busca poder expresarse
Carl Jung nos ofreció otro concepto que tiene una íntima vinculación con la idea de la enantiodromia. Como bien sabemos, el arquetipo de la sombra simboliza el «lado oscuro» de nuestra personalidad, esas características reprimidas del propio ser que no reconocemos.
Hay veces que nos pasamos épocas escondiendo necesidades, deseos y anhelos que van en contra de aquello que aparentamos. Uno puede ser muy comedido, disciplinado y autoexigente porque es así como lo han educado. También porque es la imagen que los demás esperan que se ofrezca en cada momento y circunstancia. Sin embargo, en ocasiones, uno estalla.
En ciertos instantes de nuestra existencia, la sombra reprimida sale a la luz y se vienen abajo todas las resistencias. Es entonces cuando emergen partes de nosotros mismos que pueden ser opuestas a lo que siempre habíamos mostrado.
¿Hemos cambiado de pronto? ¿Hemos sufrido un inusitado revés en nuestra personalidad? En absoluto, esos rasgos siempre han estado presentes, pero los hemos contenido por factores sociales y educativos.
Un camino a la liberación…
Carl Jung explicó que el fenómeno de la enantiodromia está presente en nuestra esencia, pero nos cuesta entenderlo. Esto explica por qué nos cuesta encontrar el sentido en ocasiones a nuestros propios comportamientos extremos o distorsionados.
Tal y como él mismo matizó, estas situaciones son comunes cuando estamos dominados por una tendencia experiencial muy inflexible. Con el tiempo surge una contraposición que busca servirnos de catarsis. Esto explica por qué después de una época de estrés, necesitamos desinhibirnos o por qué quien, tras una relación de pareja basada en la dominación, solo anhela su independencia.
La enantiodromia es un camino a la liberación después del conflicto.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Jung, C.G. (1970), “Psychiatric Studies,” Collected Works, 1. Princeton: Princeton University Press.
- Jung, Carl (1960), ”The Structure and Dynamics of the Psyche,” CW 8. Princeton: Princeton University Press.
- Jung, Carl (1959), ”The Archetypes and the Collective Unconscious,” CW 9i. Princeton: Princeton University Press.
- Jung, CG (2014). Dos ensayos sobre psicología analítica . Routledge. pág.. 72
- Naranjo, C. (1993). Gestalt Therapy: The attitude and practice of an atheoretical experientialism. Nevada City,