Claves para entender las fobias específicas

Seguro que conoces personas con miedo a los perros o a quedarse encerradas en un ascensor. Estas situaciones son muy improbables y aún así perturban a muchas personas. Hablamos sobre las fobias específicas.
Claves para entender las fobias específicas
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 13 septiembre, 2023

Las fobias específicas están asociadas a un miedo extremo e irracional hacia un objeto o situación en particular. Hay casi innumerables fobias específicas, desde las más extrañas como la coulrofobia hasta las mundanas como la claustrofobia.

Tradicionalmente, las fobias específicas se dividen en cuatro categorías: fobias a los animales, fobias a lesiones por inyección, fobias al entorno natural y fobias situacionales. Para efectuar el diagnóstico de fobia simple o específica, los especialistas se basan en los criterios diagnósticos del DSM-V o del CIE-10.

Las fobias específicas se encuentran entre los trastornos de ansiedad más frecuentes. Respecto al impacto que tienen en la vida de la persona, encontramos grandes diferencias individuales; hay personas que son muy limitantes y para otras no pasan de ser un pequeño incordio.

¿Qué características necesitamos para que se dé una fobia específica?

Una de las dificultades para el diagnóstico de las fobias específicas tiene que ver con el límite entre el miedo adaptativo y el miedo fóbico. Existe un acuerdo más o menos generalizado a la hora de señalar una serie de características indicativas de una reacción de miedo fóbico:

  • Es desproporcionado con respecto a las exigencias de la situación.
  • No puede ser explicado o razonado por parte del individuo.
  • Está más allá del control voluntario.
  • Incentiva la evitación de la situación temida.
  • Persiste a lo largo del tiempo.
  • Es desadaptativo.
  • No es específico de una fase o edad determinada.

De las características señaladas, las más importantes para diferenciar el miedo fóbico y adaptativo son la persistencia, la magnitud y el carácter desadaptativo del miedo fóbico respecto al miedo adaptativo.

Chica joven con ansiedad

Edad de aparición, prevalencia y distribución por género

La prevalencia de fobias específicas importantes varía aproximadamente del 3 % al 12 % en la población general. La edad de aparición puede variar ampliamente. La mayor prevalencia de fobias específicas en niños ocurre entre las edades de 10 y 13 años.

Las fobias específicas ocurren en 2-4 % de los niños; sin embargo, solo un pequeño número de niños acuden a consulta. Además, las fobias específicas son más comunes en las niñas que en los niños y los síntomas tienden a ocurrir a edades más tempranas en las niñas que en los niños.

Características clínicas

En las fobias específicas, los pacientes no acuden a buscar ayuda con tanta frecuencia como con otro tipo de fobias. Por tanto, el nivel de deterioro puede llegar a ser mínimo, especialmente si las probabilidades de confrontación con el objeto fóbico son escasas.

La mayoría de las personas que busca ayuda para superar su fobia lo hace por estos tres determinantes:

  • Ha cambiado algo en la vida del paciente que hace que el estímulo fóbico adquiera mayor presencia o relevancia.
  • Un acontecimiento brusco ha provocado que aparezcan determinados miedos que antes no existían y le condicionan su vida actual.
  • La persona está cansada de vivir con un determinado miedo y decide solucionar su problema.

El rango de estímulos que desencadena la reacción de miedo en un individuo con fobia específica es limitado, pero la naturaleza de los estímulos que potencialmente pueden llegar a desencadenar una reacción fóbica es enorme.

Claves para entender algunas fobias específicas

Aunque los estudios familiares sugieren un mayor riesgo en los familiares de primer grado, las fobias específicas también pueden adquirirse ambientalmente a través de una experiencia directa y aversiva con la situación u objeto.

Se cree que tal experiencia sobreactiva potencialmente la amígdala, la estructura clave involucrada en el desarrollo y coordinación de la expresión fisiológica del miedo.

Fobia a los animales

La fobia a animales consiste en miedos aislados a determinados animales que no suelen ser peligrosos, tales como pájaros, perros, gatos, etc. Supone miedo y evitación a los animales en sí mismos y no tanto asco o miedo a la contaminación. En este tipo de fobias, el miedo suele dispararse cuando los animales se encuentran en movimiento.

Por norma, las personas temen un tipo de animal y no a otras especies diferentes y solo una minoría muestra miedo por el daño que le pueda causar el animal.

Por curioso que pueda parecer, después de las primeras exposiciones, en las que la persona suele emplear la estrategia de evitación que refuerza ese miedo, esta suele temer más el intenso malestar, anticipado a una posible exposición, que la posibilidad de que el animal pueda atacar.

Fobia a la sangre

La fobia a la sangre y las heridas presenta varios rasgos distintivos únicos. El más importante es la reacción fisiológica cardiovascular bifásica. Puede llegar a una breve asístole. Va acompañada de náuseas, sudor, palidez y a veces desmayos.

De forma parecida a la fobia a los animales, la ansiedad se relaciona más con la anticipación de un posible desvanecimiento que con el estímulo fóbico.

Fobias situacionales

Las llamadas fobias situaciones abarcan un conjunto variado de situaciones, aunque las más representativas son las fobias a los aviones, a conducir, a lugares muy concurridos, a las alturas y los puentes.

El aspecto más distintivo es que suele presentarse tanto en solitario como formando parte del trastorno por pánico con agorafobia. Algunos autores han llegado a considerar que es una forma moderada de agorafobia.

Prevalencia, epidemiología y curso de las fobias específicas

La prevalencia de fobias específicas importantes oscila entre el 3 % al 12 % de la población general. Se pueden presentar en cualquier momento vital, pero parece que la edad promedio se sitúa entre los 7 y los 16 años con un rango que va desde los 3 hasta los 67.

El miedo a los animales y a la sangre son las más tempranas (entre 7 y 9 años) y el miedo a las alturas y claustrofobia, junto con la fobia a conducir, las más tardías (entre 20 y 25 años).

La mayor prevalencia de fobias específicas en niños ocurre entre las edades de 10 y 13 años.

Las personas con una fobia simple superan en número a los agorafóbicos y a los fóbicos sociales. Casi la mitad de los fóbicos sociales y los fóbicos simples son también agorafóbicos. A pesar de ser muy prevalentes, pocos buscan ayuda.

En la fobia específica el grado de perturbación puede llegar a ser tolerable. La fobia específica predomina en mujeres frente a hombres con una proporción 1:1,7. Sobre todo esto se confirma en la fobia a los animales.

Cuantos más miedos específicos muestre una persona, más riesgo de que las fobias convivan con algún otro trastorno de ansiedad.

Hombre con fobia a volar

Intervención en el contexto de las fobias específicas

La intervención preferida para este tipo de fobias conjuga la exposición y la desensibilización sistemática. Los datos recogidos en diferentes estudios nos dicen que sus efectos permanecen a los 6 a 12 meses después del tratamiento.

En esta terapia, el paciente se expone al estímulo temido, pero de forma progresiva y gradual. Este proceso intenta que la persona se habitúe al estímulo forzando que la disminución de la ansiedad, que se produce de manera natural, se dé en presencia del estímulo.

La persona puede entender, en un procesamiento cognitivo superior, que el estímulo no es realmente una amenaza, por lo que el objetivo de la intervención intenta que a niveles reactivos de bajo nivel también lo entienda.

Debido a que las fobias específicas a menudo ocurren en condiciones predecibles y circunscritas, el uso de una benzodiazepina, según sea necesario, puede parecer clínicamente apropiado para los casos más leves. Sin embargo, los estudios de las benzodiazepinas no han mostrado que los resultados de la intervención con ellas se mantengan en el tiempo.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
  • Capafons Bonet, J. I. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para las fobias específicas. Psicothema, 13(Número 3), 447-452. Recuperado a partir de https://reunido.uniovi.es/index.php/PST/article/view/7898

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.