¿Es posible recuperar las horas de sueño?

¿Qué pasa cuando no dormimos? ¿Qué sucede con esas horas? ¿Las podemos recuperar? En este artículo vamos a tratar de responder a estas y otras interesantes preguntas.
¿Es posible recuperar las horas de sueño?
Leticia Aguilar Iborra

Escrito y verificado por la psicóloga Leticia Aguilar Iborra.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Las horas de sueño que empleamos para el descanso constituyen un factor importante para la prevención de problemas físicos y psicológicos. Sin embargo, en muchas ocasiones, este descanso se interrumpe por factores ambientales que son difícilmente de controlar.

Normalmente, las personas con pocas horas de sueño intentan recuperar su descanso reservando horas del día para dormir. Sin embargo, ¿es posible recuperar las horas de sueño?

¿Qué es el sueño?

En términos básicos, el sueño es una conducta, igual que lo es andar, comer y hablar. Lo que diferencia al sueño de las conductas enumeradas es que dentro de ella no se dan acciones voluntarias. Sin embargo, el sueño es una actividad sumamente necesaria para un correcto funcionamiento del organismo.

Mujer dormida profundamente

Fases del sueño

Los estudios del sueño suelen realizarse en laboratorios en los que están habilitados pequeños dormitorios adyacentes a una habitación de observación. Durante toda la noche, tanto la persona objeto de estudio como el profesional estarán presentes.

Normalmente suelen utilizarse en este tipo de estudios los registros de electroencefalograma (EEG) , electromiograma (EMG) y electroculograma (EOG). Además pueden utilizarse otros electrodos y dispositivos para el registro de otras variables. Con estas medidas se registran las siguientes fases:

Fase 1

Esta fase es una transición entre el sueño y la vigilia. Los párpados pueden abrirse y cerrarse de manera muy lenta, moviéndose los ojos arriba y abajo. Esta primera fase del sueño suele asemejarse en los estudios de EEG a los periodos de vigilia o cuando se está despierto. Aunque es algo más lento.

Fase 2, 3 y 4

La fase 2 produce, más o menos, a los 10 minutos de pasar por la fase 1. La persona puede estar profundamente dormida. Sin embargo, si la despertamos, la persona puede manifestar que no estaba durmiendo.

Unos 15 minutos más tarde suele aparecer la fase 3. No suele estar muy diferenciada de la fase 4. Estas dos se conocen como sueño de ondas lentas por los resultados de las medidas de registro. No obstante, la fase 4 se le conoce como la fase más profunda del sueño.

Sueño REM

Aparece unos 90 minutos después de entrar en la fase 4. En el sueño REM suele haber un cambio en la actividad de las medidas de registro, observándose ciertos cambios funcionales.

Por ejemplo, se observa un aumento en los movimientos oculares a través del EOG, hay más pérdida de tono muscular, registrado por las medidas de EMG. A diferencia de la fase 4 que la persona puede despertarse aturdida ante un ruido fuerte, en la fase REM del sueño, la persona suele estar alerta y atenta.

Actividad mental durante el sueño

Suele etiquetarse al sueño como un estado de inconsciencia, cuando no es del todo cierto. En realidad, en el sueño hay una disminución a la respuesta hacia estímulos ambientales. Sin duda, la consciencia durante el sueño es diferente que en la vigilia, pero en el sueño la conciencia aún está presente.

Los movimientos oculares característicos del sueño REM pueden indicar la presencia de imágenes visuales que ocurren durante el sueño. Determinados mecanismos cerebrales también pueden activarse durante el sueño, como los mecanismos corticales y subcorticales que implican el movimiento. Asimismo, el sueño implica también hablar y escuchar, por lo que pueden activarse determinadas regiones cerebrales implicadas en el habla y la escucha.

Durante el sueño REM tienen lugar frecuentemente los sueños narrativos. La fase 4 suele ser algo distinta, ya que en esta fase suelen suceder los sueños algo más terroríficos, dándose en esta fase los terrores nocturnos.

¿Es posible recuperar horas de sueño?

En muchos casos, la sobreestimulación y los niveles de tensión (por ejemplo, las obligaciones laborales, financieras, sociales, etc.) reducen de manera significativa nuestras horas de sueño. A cambio, mantenemos la esperanza de recuperarlas cuando llegue la calma.

En resumidas cuentas, no se pueden recuperar las horas de sueño. Un ejemplo es el caso de un muchacho de 17 años que se privó de 264 horas de sueño, “ganándose” un lugar en el libro Guiness de los récords mundiales. Después de esta proeza, durmió algo menos de 15 horas, a la noche siguiente 10, a la tercera un poco menos de 9 horas. Unas 67 horas quedaron sin recuperarse.

Mujer pensando en recuperar horas de sueño

Consecuencias de la privación de horas de sueño a largo plazo

La continuación de este tipo de conductas, donde se extiende el periodo de vigilia, puede ser contraproducente. Las consecuencias de sacrificar el periodo de sueño durante un periodo de tiempo prolongado son las siguientes:

  • Disfunción de las funciones cognitivas: esto se traduce en dificultades de atención y concentración. En los casos más graves, donde existe una privación del sueño muy extendida en el tiempo, pueden darse distorsiones perceptivas y alucinaciones.
  • Dificultades de aprendizaje: el sueño facilita la consolidación de aprendizaje en la memoria a largo plazo, siendo importantes el sueño de ondas lentas (fase 3 y 4) y el sueño REM.
  • Aumento del apetito: dormir menos de lo necesario se asocia a una menor segregación de leptina, responsable del control de la saciedad y a una mayor producción de grelina, esta última relacionada con las sensaciones de hambre.

En definitiva, el sueño es una actividad esencial para el organismo, no solo implica el descanso, sino que equilibra al organismo para el desarrollo de otras funciones importantes.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.