Estrategias para organizar el tiempo para estudiar

¿Necesitas estudiar pero no sabes por dónde empezar? Una adecuada organización es un paso importante en este proceso. Te ofrecemos varias técnicas para gestionarla en este artículo.
Estrategias para organizar el tiempo para estudiar
Isabel Ortega

Escrito y verificado por la psicóloga Isabel Ortega.

Última actualización: 25 septiembre, 2023

En un mundo lleno de distracciones y demandas constantes, es crucial, si eres estudiante, adquirir habilidades que te ayuden a enfrentar el estrés, el agobio y la procrastinación. Por tanto, organizar el tiempo para estudiar es una herramienta que te permite distribuir tus tareas de manera equitativa y asignarles un momento idóneo a cada una de ellas.

Esto lleva, en principio, a establecer prioridades, lo que facilita la identificación de las tareas más importantes. Asimismo, es recomendable desarrollar habilidades de planificación y gestionar tus recursos, con la intención de optimizar tus labores académicas, reducir el estrés y alcanzar un equilibrio saludable en tu vida estudiantil.

Ante este panorama, en este artículo hemos recopilado varias técnicas para que le saques el mayor provecho a tu tiempo de estudio y así obtengas los mejores resultados académicos. ¡Toma nota!

¿Por qué es importante organizar el tiempo para estudiar? 

Al llevar a cabo esta acción maximizas tu eficiencia y productividad. ¿Y esto qué permite? Te ayuda a aprovechar al máximo cada sesión de estudio y completar tus tareas de manera más efectiva.

Pero, ¿y qué puede generar la mala gestión del tiempo? Puede causar estrés y ansiedad. Al planificar y organizar tu tiempo para estudiar, reduces la presión de última hora y te sientes más tranquilo, con un mayor control sobre tus responsabilidades académicas.

Además, consigues una mejor calidad de aprendizaje. ¿Cómo? Al dedicar a cada tarea y materia un espacio apropiado, tienes la oportunidad de profundizar en el contenido, comprenderlo mejor y asimilarlo de manera más efectiva.

Esto contribuye a un aprendizaje más sólido y duradero. Asimismo, la administración eficaz del tiempo te permite encontrar un equilibrio saludable entre tus quehaceres académicos y otras actividades importantes en tu vida, como los espacios para el descanso, el ocio y las relaciones sociales.



Estrategias para organizar el tiempo para estudiar

Un uso efectivo del tiempo dedicado a nuestra educación es fundamental para maximizar la productividad y obtener buenos resultados académicos. Pero, ¿cómo lograrlo? Veamos cuáles son las principales estrategias:

  1. Establece metas claras: define tus objetivos a corto y largo plazo.
  2. Crea un horario: diseña un horario semanal que incluya bloques específicos para estudiar.
  3. Prioriza las tareas: identifica las tareas más importantes y urgentes y dales prioridad en tu horario. Enfócate en lo más relevante y evita la dispersión.
  4. Utiliza técnicas de gestión del tiempo: prueba herramientas como la técnica Pomodoro, donde trabajas durante un período de tiempo (por ejemplo, 35 minutos) y luego tomas un breve descanso (5 minutos).
  5. Elimina distracciones: sé consciente de tus distracciones durante tus sesiones de estudio y redúcelas. Apaga el teléfono, cierra las redes sociales o encuentra un lugar tranquilo y aislado de interrupciones.
  6. Divide el material en partes más pequeñas: al clasificarlo en secciones más pequeñas, sabrás cuánto tiempo destinarás a cada tarea.
  7. Descansa adecuadamente: el descanso es crucial para mantener la concentración y la energía. ¿No te ha pasado que has estado bastantes horas intentando estudiar, pero no has sido capaz de rendir lo mismo que en otras ocasiones en menos tiempo? Por ello, es imperativo descansar y dormir lo suficiente.
  8. Sé flexible: a veces, los imprevistos surgen y tus planes pueden cambiar. Trata de mantener un equilibrio entre la flexibilidad y la disciplina, sin sentirte culpable por ello.
  9. Evalúa y ajusta: con regularidad evalúa tu horario y tu progreso. Identifica qué funciona y qué no, y realiza ajustes en consecuencia.

Recuerda, cada persona tiene diferentes preferencias y ritmos de estudio. Experimenta con diferentes enfoques y encuentra el que mejor se adapte a tus necesidades y estilo de aprendizaje.

Trucos psicológicos para estudiar mejor

Existen varias claves psicológicas que puedes implementar para mejorar tu administración del tiempo de estudio. Te enlistamos algunas:

  1. Establece objetivos y recompensas: define logros realistas para cada sesión y recompénsate después de alcanzarlos. Esto activa el sistema de recompensa en tu cerebro y te motiva a cumplir con tus propósitos.
  2. Usa la técnica de la visualización: antes de comenzar a estudiar, visualízate a ti mismo estudiando de manera efectiva y alcanzando tus metas. Esto genera una actitud positiva y aumenta la confianza en tus habilidades.
  3. Practica la autodisciplina: esta acción es fundamental para sacarle mayor provecho a tus espacios de estudio. Implementa técnicas como la «regla de los 2 minutos» (realizar una tarea rápidamente se toma menos de 2 minutos) y evita la procrastinación.
  4. Emplea recordatorios visuales: coloca recordatorios visuales en el lugar donde estudias para mantener tu enfoque y motivación. Por ejemplo, notas adhesivas con mensajes o imágenes con familiares o amigos.
  5. Utiliza la música: la música puede tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la concentración. Experimenta con diferentes tipos de música, tales como la clásica o instrumental, y encuentra la que te ayude a mantenerte concentrado y motivado.

¿Cómo influye la planificación en la gestión del tiempo para estudiar?

La planificación te permite identificar y priorizar las tareas más importantes. Puedes evaluar las asignaturas, proyectos o exámenes que requieren más tiempo o esfuerzo, y asignarles un espacio adecuado.

Asimismo, evitas la procrastinación y garantizas que dediques suficiente tiempo a las tareas prioritarias. Por otro lado, cuando planificas, puedes identificar los momentos del día en los que te sientes más alerta y concentrado.

Por ejemplo, puedes asignar las tareas más difíciles o que requieren mayor concentración durante esos momentos de mayor rendimiento. De esta manera, aprovechas al máximo tu energía y productividad.

Una planificación adecuada te ayuda a evitar el agotamiento. Al incluir descansos regulares, permites que tu mente y cuerpo se relajen y se recuperen. Así mantienes la concentración y el rendimiento a lo largo del día. Además, evitas la fatiga y el desgaste mental.

¿La planificación me puede brindar flexibilidad y capacidad de adaptación? Sí, si surgen imprevistos o cambios, puedes ajustar tus horarios de manera adecuada, sin que eso implique un desequilibrio significativo. Esto te permite mantener la continuidad en tus objetivos académicos y hacer frente a las circunstancias cambiantes.

No olvides que, tal y como lo señala un artículo publicado por la revista Journal of graduate medical education, gran parte de las personas exitosas planifican sus labores para alcanzar sus objetivos, así como se ha comprobado que realizar dicho plan de acción por escrito aumenta la productividad.

¿Es importante establecer prioridades al hacer la planificación?

Al establecer prioridades, te enfocas en las tareas y actividades más importantes y urgentes. Así. utilizas tu tiempo y energía de manera más eficiente. También dedicas recursos a las áreas que requieren mayor atención y esfuerzo. De igual forma, evitas desperdiciar tiempo en actividades menos relevantes o que no contribuyen a tus metas académicas.

Además, te comprometes con las tareas más importantes y las abordas con un mayor enfoque y concentración. Al tener claro qué debes hacer y cuál es la actividad más relevante en un momento dado, evitas la dispersión y mantienes tu atención en lo que importa. Te aseguras de que tus acciones estén alineadas con tus propósitos, para mantener el rumbo y progresar de manera constante.

Establecer prioridades también contribuye a reducir el estrés y la ansiedad relacionadas con la gestión del tiempo. Al saber qué es lo más importante en cada momento, te sientes más organizado. Puedes abordar las tareas de manera más tranquila y evitar la sensación de estar corriendo contra el tiempo.

¿Cómo evitar la procrastinación?

En una investigación publicada en la revista Temática Psicológica se encontró que los estudiantes de educación superior procrastinan de manera regular en sus labores académicas, lo que lleva a que desaprueben varias materias o cursos durante su formación.

Por ende, la procrastinación es un desafío común para muchos estudiantes. Sin embargo, existen estrategias efectivas para evitarla. Aquí te presentamos algunas recomendaciones:

  1. Comprender la causa de la procrastinación: reflexiona sobre las razones detrás de tu tendencia a procrastinar. Puede ser el miedo al fracaso, la falta de motivación, la dificultad para comenzar una tarea, entre otros factores.
  2. Practicar la autorregulación: desarrolla habilidades de autorregulación para resistir la tentación de procrastinar. Establece recompensas en caso de completar una tarea o utilizar recordatorios visuales que te motiven a mantener el enfoque.
  3. Cultivar la motivación: encuentra formas de mantenerte motivado. Esto puede incluir establecer metas a corto plazo, recordar los beneficios a largo plazo de completar tus tareas o buscar el apoyo de compañeros.
  4. Buscar apoyo: comparte tus objetivos y compromisos de estudio con amigos, familiares o compañeros de clase. El apoyo mutuo puede ayudarte a mantener el compromiso y superar la procrastinación.
  5. Aprender a manejar el perfeccionismo: el perfeccionismo puede ser una causa común de procrastinación. Aprende a aceptar que el trabajo no siempre será perfecto. Lo importante es avanzar y completar las tareas.

Recuerda, superar la procrastinación requiere práctica y esfuerzo continuo. Adopta estas estrategias y encuentra las que funcionen mejor para ti.

Herramientas y aplicaciones tecnológicas para la administración del tiempo

Estos recursos son de gran utilidad al momento de organizar el tiempo para estudiar. A continuación, te ofrecemos algunos ejemplos de aplicaciones que te pueden ayudar en determinadas acciones:

  1. Planificación y organización: existen numerosas aplicaciones de calendario y planificación que te permiten crear horarios, establecer recordatorios, gestionar tus tareas y mantener un seguimiento de tus actividades académicas. Algunas de ellas son Google Calendar, Todoist, Trello o Asana.
  2. Gestión de tareas y listas de pendientes: las aplicaciones de gestión de tareas te ayudan a crear listas de actividades, establecer prioridades, hacer un seguimiento de tu progreso y asegurarte de no olvidar nada importante. Algunos ejemplos son Any.do, Wunderlist o Microsoft To-Do.
  3. Temporizador y técnicas de enfoque: las aplicaciones de temporizador y técnicas de enfoque, como la técnica Pomodoro, te ayudan a establecer intervalos de trabajo y descanso. Además, te brindan recordatorios para mantener el enfoque. Algunas de ellas son Forest, Focus@Will o ClearFocus.
  4. Bloqueo de distracciones: si te resulta difícil enfocarte en tus tareas académicas, puedes utilizar aplicaciones como Freedom, StayFocusd o RescueTime para bloquear de manera temporal el acceso a sitios de la red o aplicaciones que te distraen durante tus períodos de estudio.
  5. Almacenamiento y organización de materiales: las aplicaciones de almacenamiento en la nube, como Google Drive, Dropbox o OneDrive, te permiten guardar y acceder a tus materiales de estudio desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar. Esto facilita la organización y evita la pérdida de documentos importantes.
  6. Aplicaciones de toma de notas: recursos como Evernote, OneNote o Notion te ayudan a registrar y organizar tus apuntes, ideas y elementos académicos en un solo lugar. Puedes agregar imágenes, grabaciones de voz, enlaces y etiquetas para facilitar la búsqueda y revisión posterior.
  7. Recursos de aprendizaje en línea: estas herramientas, como Coursera, Khan Academy o Duolingo, ofrecen acceso a cursos, lecciones y actividades interactivas que complementan tus aprendizajes. Son útiles para ampliar tus conocimientos, practicar habilidades específicas y recibir retroalimentación adicional.


Organizar tu tiempo siempre trae mejores resultados

Aprender a hacer un buen uso del tiempo es un propósito que nunca debemos pasar por alto, dado que esto nos permite ser más eficientes y productivos en diferentes áreas. Recuerda que la planificación es clave para el éxito académico y el bienestar general de los estudiantes, y que a través de ella clarificas tus metas y la forma de alcanzarlas.

Para ello, cuentas con las herramientas y estrategias que te acabamos de exponer, las cuales son complementarias. Encuentra las que mejor se adapten a tus necesidades y preferencias, y úsalas como apoyo para organizar el tiempo para estudiar y mejorar tu productividad. De seguro, obtendrás resultados que te dejarán sorprendido de tus capacidades. ¡Empieza hoy!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Ballenato, G. (2007). Gestión del tiempo. En busca de la eficacia. Madrid: Pirámide
  • Chan Bazalar, L. A. (2011). Procrastinación académica como predictor del rendimiento académico en jóvenes de educación superior. Temática Psicológica7(7), 53–62. https://doi.org/10.33539/tematpsicol.2011.n7.807
  • Davidson, J. (2000). La gestión del tiempo. Pearson Educación.
  • Hochheiser, R.M. (2000). Administre su tiempo eficazmente. Ediciones Gestión 2000.
  • Miró, E., Cano Lozano, M. D. C. y Buela Casal, G. (2005). Sueño y calidad de vida. Revista Colombiana de Psicología, (14),11-27. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80401401
  • Schrager, S. y Sadowski, E. (2016). Getting More Done: Strategies to Increase Scholarly Productivity. Journal of graduate medical education8(1), 10–13. https://doi.org/10.4300/JGME-D-15-00165.1

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.