Estrés agudo episódico: la angustia recurrente

Dolores de cabeza, hipertensión, problemas cardiovasculares... El estrés agudo episódico afecta por término medio a un tipo muy concreto de personalidad. Y puede ser peligroso... Lo analizamos.
Estrés agudo episódico: la angustia recurrente
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 05 octubre, 2020

El estrés agudo episódico suele tener serios efectos sobre la salud. Define un estado psicológico de elevado desgaste que viene y va, que llega con intensidad una temporada, para después desaparecer durante un breve tiempo. Asimismo, también es importante destacar que suele asociarse con un perfil de personalidad muy concreto.

Hablamos de ese perfil que los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman definieron en los años 50 como “personalidad tipo A“. Se trata de personas competitivas, muy exigentes consigo mismas y que viven con una sensación de urgencia permanente.

Son patrones de comportamiento y de procesamiento emocional algo problemáticos. Les define la impaciencia, la impulsividad, la mala gestión de sus emociones y, en ocasiones, hasta la hostilidad. No obstante, lo más peligroso es que este perfil de personalidad sufre un índice mayor de problemas cardiovasculares.

Lo analizamos a continuación.

Hombre que sufre estrés agudo persistente

Estrés agudo episódico: tipología, síntomas, desencadenantes y tratamiento

El estrés agudo episódico conforma una de las tres tipologías más comunes de esta condición psicológica. Así, algo esencial desde un punto de vista terapéutico, es conocer el desencadenante que está mediando en el desgaste físico y mental de la persona. Por ello, siempre es importante recordar estas tres distinciones:

  • El trastorno de estrés crónico: factores como el trabajo o situaciones familiares y personales complicadas pueden mediar en esta realidad. El estrés es un continuo en la vida del paciente.
  • Trastorno de estrés agudo: define un estado de estrés que aparece, generalmente, tras un evento o un trauma repentino e inesperado. La situación de sufrimiento, hiperactivación y desgaste puede durar un mes.
  • El trastorno de estrés agudo episódico. Este tipo de trastorno aparece, como hemos señalado, en personalidades “tipo A”. Su obsesión por el perfeccionismo y el mal control de las emociones son factores de riesgo. Es, además, un estado que aparece y desaparece según temporadas, pero que tiene un serio impacto sobre la salud.

Asimismo, hay otro elemento que debemos considerar. Muchas de las personas que sufren este tipo de estrés no solicitan ayuda profesional. Se da por sentado que el estar siempre estresadas forma parte de su personalidad. Sin embargo, es necesario ofrecer adecuadas medidas psicológicas para mediar hacia un cambio más saludable en el que su salud física y psicológica no esté en riesgo.

¿Cuáles son los síntomas del estrés agudo episódico?

Como ya hemos señalado, hay un aspecto problemático en el trastorno de estrés agudo episódico: quien lo padece no percibe que necesite ayuda. No ve que su forma de reaccionar sea desproporcionada o que sea un mal gestor de sus emociones. Entienden que la vida es compleja de por sí y que, por tanto, hay que adaptarse a ella como sea.

Los síntomas mas característicos de esta condición son los siguientes:

  • Estados de irritabilidad y mal humor constantes.
  • Hacer de los pequeños problemas cotidianos grandes montañas. Sobredimensionar cualquier cosa, lo que conlleva una sensación en la persona de que todo la supera y una intensificación de su mal humor.
  • Rigidez muscular, tensión, sensación de pesadez en todo el cuerpo.
  • Problemas digestivos, mareos y taquicardias constantes.
  • Por lo general, son personas que acaban sufriendo hipertensión y problemas cardiovasculares.

Asimismo, es importante destacar que junto al estrés agudo episódico es común que aparezcan también los ataques de pánico.

¿Qué origina el estrés agudo episódico?

El estrés agudo episódico es el claro resultado de un estilo de personalidad hipersensible, exigente, que vive orientada en la inmediatez, en la sensación de alarma constante, de no estar cumpliendo sus objetivos…

La llamada personalidad tipo A, definida por los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman, es por encima de todo un mal gestor de su frustración, de sus enfados y de su ira. Tiende a la competividad, a la necesidad de demostrarse a sí mismo que puede lograr aquello que se proponga, pero cuando esto no sucede asoma la desolación y el pánico.

Así, estudios como los realizados por el doctor Mark P. Petticrew señalan que el patrón comportamental asociado a la personalidad A es poco más que “la joya de la corona” para las enfermedades coronarias.

Tratamientos para el estrés

Existen muchos tratamientos eficaces contra el estrés. No obstante, no todas las técnicas son válidas para cada persona y por ello necesitamos, sobre todo, individualizar y conocer las necesidades de cada uno.

Así, y por lo general, las personas con estrés agudo episódico pueden beneficiarse de las siguientes estrategias terapéuticas.

Técnicas de control emocional

Las personas con dificultades para controlar las emociones y los impulsos se benefician de manera notable de las técnicas de control emocional. Entre las más adecuadas en estos casos tenemos las siguientes:

  • Técnicas de control de la irritabilidad y la ira.
  • Razonamiento lógico.
  • Regulación del pensamiento.
  • Autorregulación emocional.
  • Asertividad.
  • Respiración profunda.
  • Relajación muscular.
Terapia para trabajar el estrés agudo episódico

Terapia cognitiva-conductual

La terapia cognitiva-conductual puede ayudar a la persona a entender cómo piensa y a comprender cómo esos procesos mentales afectan a sus estados emocionales y comportamiento. De ese modo, los objetivos de esta terapia son los siguientes:

  • Cambiar el estilo de pensamiento que alimenta el estrés, la impulsividad y la autoexigencia.
  • Favorecer que la persona se centre con calma en el momento presente, identificando las causas de su angustia y trabajándolas para mejorar su estado anímico.

Para concluir, señalar solo un aspecto importante. En ocasiones, quedamos atrapados en comportamientos que atribuimos como normales o como rasgos de nuestra personalidad cuando, en realidad, son claros estados patológicos. Hacer del estrés nuestro estilo de vida diluye el bienestar y tiene un serio impacto sobre la salud. Tengámoslo en cuenta.


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  • Petticrew, M. Lee, K. & McKee, M. (2012). Type A Behavior Pattern and Coronary Heart Disease: Philip Morris’s “Crown Jewel”. Am J Public Health, 102(11): 2018-2025.
  • Friedman, H. & Booth-Kewley, S. (1987). Personality, Type A Behavior, and Coronary Heart Disease: The Role of Emotional Expression. Journal of Personality and Social Psychology. 53(4): 783-792.

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