8 formas de evitar la renuncia silenciosa y cuidar al equipo
Hace solo un par de años, medios como USA Today, el HuffPost y el The Wall Street Journal se hacían eco de un nuevo fenómeno. La generación Z mostraba una dinámica laboral que definieron como quiet quitting. Ellos mismos explicaron de qué se trataba en su altavoz particular: TikTok. La renuncia silenciosa es cuando un empleado deja de dar lo mejor de sí a la organización.
Se trata de hacer lo justo y necesario para no ser despedido. Todo el capital humano, el esfuerzo, la creatividad y la innovación se dejan a un lado porque no interesa invertir en ello. No cuando tu empresa no te reconoce ni valora tus aportaciones. Esta realidad se extiende cada vez más y sus implicaciones son inmensas. Pero eso sí, hay mecanismos para evitarlo. Toma nota.
«Asegúrate de que todos en la empresa tengan grandes oportunidades, de que su labor sea reconocida y de que contribuyan al bien de la sociedad».
Qué es y cómo evitar la renuncia silenciosa
Una de las principales causas de la renuncia silenciosa es la precariedad sumada a la exigencia laboral. Los liderazgos tóxicos e ineficaces crean ambientes de trabajo invalidantes. Esto es algo que, sin duda, ya conoces. Sin embargo, es interesante saber que el presente término adquirió una gran relevancia a raíz de la pandemia.
Tal y como publicó la revista Journal of Global Health, muchos trabajadores tomaron conciencia de las desigualdades salariales y el coste de los empleos estresantes durante este periodo. La calidad de vida se ve muy afectada en esos escenarios demandantes. El descontento y la falta de perspectiva, hace optar a menudo por cumplir las obligaciones, pero sin autoexigencias.
Se evitan las horas extras, se busca pasar desapercibido y diluirse en la rutina sin aportar demasiado. No son empleados vagos, son personas que no se sienten reconocidas y que demandan un cambio. Porque si los líderes empresariales no atienden este fenómeno, se enfrentan a un desastre global. Te describimos qué cambios son los más adecuados para revertir esta tendencia.
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1. Mejorar el liderazgo y el estilo de comunicación
Si un directivo o gerente desea tener equipos unidos y motivados en la consecución de metas, debe atender su liderazgo y estilo de comunicación. Para liderar hay que saber motivar y crear un entorno donde los empleados se sientan cómodos para compartir sus preocupaciones, ideas y sugerencias. Estas son las claves de la transformación:
- Liderazgo democrático: para unir intereses, optimizar las relaciones y despertar la motivación de los equipos, se necesita un estilo de liderazgo respetuoso y facilitador que tenga en cuenta las opiniones de todos.
- Empatía, escucha activa y claridad: promover la empatía, saber escuchar y comunicar de forma eficaz. A un lado queda ya el líder que amenaza, que ejerce su poder mediante el control absoluto y que, a menudo, es contradictorio en sus mensajes.
- Diferentes canales comunicativos: cuantas más herramientas de comunicación existan en la organización, mejor se sentirán los empleados. Las aplicaciones online, las reuniones regulares, las sesiones de retroalimentación y las encuestas anónimas son herramientas muy válidas.
2. Responsabilidades más significativas
Un empleado deriva en la renuncia silenciosa cuando su trabajo es poco significativo y rutinario. Si sus condiciones laborales son precarias y, además, su labor no se aprecia, se esforzará lo justo. Hará lo mínimo para evitar el despido, pero todo su capital humano, su formación e ideas se pierden y no se invierten en la propia empresa. Es necesario revertir esta dinámica.
El Journal of Vocational Behavior define el empleo significativo como la percepción que tiene la persona sobre lo valiosa que es su labor y la satisfacción que le aporta. Los directivos de la organización deben asignar tareas y proyectos que desafíen y motiven. Ese es siempre un buen paso.
3. Cultura organizacional positiva
Toda organización debe mejorar las bases de su cultura organizacional para prevenir la renuncia silenciosa. Promover un proyecto con base en unos valores más éticos, humanos e innovadores es clave. De lo contrario, sucederá lo que ya vimos en Estados Unidos en el 2021, cuando una parte de su fuerza laboral dejó sus empleos (Sull, Sull & Zweig, 2022).
Con tal propósito, es recomendable promover y crear un entorno sustentado en la confianza, el respeto y la colaboración. Una cultura de apoyo y reconocimiento es menos propensa a generar este tipo de renuncias.
La renuncia silenciosa es algo más que una clara tendencia en el mundo laboral. Es una muestra de que la sociedad se está transformando y de que las personas demandamos un cambio, una mejor calidad de vida en nuestros puestos de trabajo.
4. Recompensas y reconocimientos
La validación y el reconocimiento en los entornos laborales es un elemento nuclear. Felicitar a un trabajador y al equipo por su desempeño de manera regular refuerza su autoconcepto y compromiso. Es más, reconocer los logros de las personas actúa, tal y como se describe un estudio en Frontiers in Psychology, como recompensa intrínseca, algo clave para reforzar el desempeño y la motivación.
Ahora bien, tampoco podemos dejar de lado los incentivos y las recompensas externas. Los complementos económicos, las vacaciones u otros refuerzos son pilares muy enriquecedores para todo empleado.
5. Sí a la flexibilidad laboral
Si hay algo que valora la generación Z es trabajar de manera remota. La flexibilidad laboral y el empleo híbrido son aspectos que aprecian muchos trabajadores. Es decir, desempeñar tareas desde casa y combinar el trabajo remoto con el presencial es un gran avance que deben tener en cuenta los gerentes.
6. Promociones y ascensos
Cuando una empresa ofrece oportunidades de desarrollo profesional, logra incrementar la motivación. El deseo de renuncia progresiva se reduce, si los empleados ven que hay posibilidad de avanzar en sus carreras. Esto les permite sentirse más comprometidos y esforzarse en ofrecer valiosas aportaciones a la compañía.
7. Equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Las generaciones más jóvenes lo tienen claro: hay que trabajar para vivir y no a la inversa. No obstante, muchas empresas demandan lo contrario: jornadas interminables y un compromiso mental tan elevado que se hace difícil desconectar. Este modelo debe transformarse no solo para favorecer la conciliación familiar, también para cuidar a las personas y los equipos de trabajo.
Hay que fomentar políticas de flexibilidad y de descanso, así como buenos climas laborales. Asimismo, es mejor evitar la competitividad extrema, ya que actúa como una variable de estrés y un gran enemigo para el bienestar de una parte amplia de los trabajadores.
8. Aportar un salario emocional
El salario emocional define los beneficios no económicos que recibes de tu trabajo. Este es un elemento que todo empresario debería atender para prevenir el fenómeno de las renuncias silenciosas. Pero, como matizan en el Indian Journal of Science and Technology, no todos los líderes valoran esta área.
Muchos empresarios opinan que el salario económico es lo único que hace que un empleado se sienta bien. Aunque estarás de acuerdo en que no es así. Hay que lograr que una persona desee ir a su trabajo porque se siente reconocida. Es necesario crear las condiciones materiales, emocionales y humanas para que todo individuo se vea como parte indispensable de la organización.
Evitar la renuncia discreta, una necesidad urgente
Antes de dejar un empleo, un trabajador empezará a sentir una desconexión emocional de su puesto. Su falta de compromiso es, con frecuencia, una causa directa de una cultura organizacional tóxica y deficiente. Prevenir el fenómeno de las renuncias discretas o silenciosas es una necesidad urgente.
Mantener a los equipos comprometidos requiere cambios en el liderazgo. También una transformación profunda de las dinámicas organizacionales. La colaboración, la empatía, el respeto y el reconocimiento son el motor que erigen a las mejores empresas. A las más competitivas y que pueden dominar los mercados en un futuro próximo. ¿Empezamos hoy con el cambio?
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