Hibristofilia: sentir atracción por personas peligrosas
Quizás en algún momento hayas escuchado o visto en las noticias o en los documentales que algunos asesinos en serie y otros criminales reciben cartas de admiradores con connotaciones sexuales o románticas. Incluso, en algunos casos, estas personas terminan estableciendo relaciones o casándose con dichos criminales. Esta tendencia a sentir atracción por personas peligrosas es conocida como hibristofilia, y a continuación la describiremos con más detalle.
Desde una perspectiva lógica, escoger a este tipo de individuos como potenciales parejas o sentir el deseo de relacionarse con ellos a un nivel íntimo no es fácilmente comprensible. Al fin y al cabo, el respeto, la confianza, el cuidado mutuo y otros aspectos indispensables en un vínculo amoroso no parecen estar disponibles con estas personas. Entonces, ¿a qué se debe esta atracción? Vamos a tratar de dar respuesta a esta cuestión.
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¿Qué es la hibristofilia?
La hibristofilia es una tendencia a sentirnos atraído por personas peligrosas o que han demostrado ser propensas a dañar a los demás. El término lo acuñó en los años 50 por el psicólogo neozelandés John Money, quien indicó que esta tendencia afectaba especialmente a mujeres heterosexuales. Sin embargo, no se descarta su aparición en otro tipo de vínculos y orientaciones sexuales.
La hibristofilia no aparece clasificada como un trastorno mental en ninguno de los manuales diagnósticos actuales. Sin embargo, puede considerarse una parafilia en la que la excitación sexual y el orgasmo se logran al tener una pareja que ha cometido crímenes o delitos.
Sin ir tan lejos, también es posible encontrar manifestaciones más leves de esta tendencia; por ejemplo, en personas que experimentar atracción romántica o sexual hacia quienes mienten, golpean, engañan o han sido infieles. En definitiva, hacia quienes han demostrado ser potencialmente peligrosos.
¿Por qué se produce la hibristofilia?
Puede resultar complicado comprender por qué alguien desea relacionarse con quien puede dañarle. Sin embargo, existen diversas explicaciones posibles que pueden conjugarse y dar lugar a la hibristofilia:
- En primer lugar, a nivel evolutivo puede existir una preferencia por tener parejas fuertes por su capacidad de proteger a la mujer y a las crías. Las personas peligrosas muestran una imagen de poder y capacidad por dominar a otros, por lo que la genética puede jugar un papel en esto.
- Por otro lado, los hombres peligrosos o criminales suelen poseer lo que se denomina la triada oscura de la personalidad. Esta se caracteriza por rasgos de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía y se ha encontrado que, por diversos motivos, resulta atractiva para el sexo femenino.
- Las experiencias en la niñez y la vinculación temprana también ejercen una influencia en la elección de compañeros sexuales y románticos. Se ha demostrado que las mujeres que sufren abuso durante la infancia tienen mayor probabilidad de sufrirlo también en el futuro a manos de sus parejas.
- Por último, la propia sociedad y la cultura en que estamos inmersos pueden determinar, en parte, el atractivo generado por los hombres peligrosos. Así, los roles tradicionales de género indican que la mujer ha de ser sumisa y el hombre dominante, influyendo en las preferencias, por norma, de las mujeres.
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¿Existe tratamiento?
Es necesario remarcar que la hibristofilia no es en sí misma un trastorno mental, sino una parafilia; es decir, una desviación de la atracción sexual convencional. De este modo, el tratamiento habría de buscarse en caso de que esta inclinación tuviese repercusiones negativas (por ejemplo: elegir personas peligrosas como pareja). O en caso de que la excitación sexual únicamente se consiga bajo estos parámetros.
De cualquier forma, no existe un tratamiento único y bien establecido para tratar la hibristofilia. Sin embargo, algunas técnicas pueden resultar eficaces.
Por un lado, las técnicas cognitivas pueden ayudar a identificar y modificar los pensamientos relacionados con el origen. Por ejemplo, algunas personas creen que lograrán cambiar y transformar a ese delincuente, o sienten por él afecto, ternura o necesidad de protección. También hay quienes se sienten más seguros con una persona fuerte y poderosa. Detectar estas creencias y trabajarlas puede ser de utilidad.
Del mismo modo, algunas técnicas de programación de la masturbación pueden ayudar a debilitar la asociación creada entre personas peligrosas y placer sexual. En cualquier caso, será necesaria una intervención individualizada basada en las circunstancias concretas de cada persona en específico.
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