Jefes que no respetan el derecho a desconectar: qué hacer

Para recuperar nuestra energía física y mental necesitamos no solo descansar sino desconectar totalmente del trabajo. Exploramos cómo garantizar que este derecho se cumpla.
Jefes que no respetan el derecho a desconectar: qué hacer
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 12 octubre, 2022

El trabajo es una actividad prácticamente ineludible para cualquier adulto funcional. Además de permitirnos sostenernos económicamente, trabajar nos enriquece, nos da la posibilidad de desarrollar y mejorar habilidades y nos otorga una sensación de propósito. A pesar de esto, el descanso es fundamental y los jefes que no respetan el derecho a desconectar interfieren con esta necesidad básica.

Tengamos en cuenta que para recuperar realmente nuestra energía y para evitar problemas de salud física y emocional no solo debemos abandonar el puesto de trabajo, sino también sacar de nuestra mente todo lo relacionado al puesto laboral. Y esto es algo que no podemos lograr si constantemente estamos recibiendo llamadas, mensajes o emails de nuestro jefe o compañeros. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto?

Mujer trabajando al aire libre
El teletrabajo es una de las razones por las que algunos jefes no respetan el tiempo de descanso y las vacaciones de sus empleados.

¿Por qué no se respeta el derecho a desconectar?

Aunque no todas las personas lo sufren al mismo grado, lo cierto es que esta es una realidad cada vez más presente. Y hay varios factores que contribuyen a explicar por qué no se respeta ese derecho a desconectar de las obligaciones laborales:

1. Internet y dispositivos tecnológicos

Desde hace unas décadas vivimos en una sociedad cada vez más tecnológica. El acceso a internet es prácticamente universal y nuestros smartphones nos acompañan allá donde vamos. Esto ha hecho que se genere la sensación de estar obligados a permanecer disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana.

Dado que siempre podemos atender una llamada, revisar los emails o responder a las notificaciones en aplicaciones y redes sociales, desconectar parece un privilegio que no nos otorgamos ni en nuestro tiempo de descanso. Incluso no responder puede ser percibido como una falta de educación, responsabilidad o compromiso.

2. Teletrabajo

Esto puede exacerbarse en el caso de las personas que teletrabajan o cumplen con sus obligaciones laborales en remoto. Y es que, dado que el medio de trabajo y de comunicación siempre está ligado al mundo digital, puede ser costumbre contactar con esta persona en cualquier momento y esperar que dé respuesta a las demandas y peticiones.

3. Puestos de responsabilidad

Si además ostentas un cargo de cierta responsabilidad, diriges equipos o eres gerente de la organización, desconectar se vuelve aún más complicado. Y es que eres el encargado de tomar decisiones, buscar soluciones y reaccionar ante imprevistos, por lo que se te puede requerir en cualquier momento, incluso en tu tiempo de descanso.

4. Autónomos

Podría pensarse que un autónomo, al ser su propio jefe, no tiene la necesidad de lidiar con estos inconvenientes. Sin embargo, es también el principal o único responsable del porvenir de su empresa y quien debe responder por el buen funcionamiento. Así, incluso uno mismo puede negarse el derecho a desconectar y exigirse más de lo que lo haría con un tercero.

5. Sobrecarga laboral

Por otra parte, en muchas ocasiones se reclama a la persona aún cuando no se debería, ya que no hay nadie más que pueda cumplir sus funciones. Esto ocurre cuando la carga de trabajo es excesiva para una única persona o cuando la organización no tiene la suficiente flexibilidad como para hacer frente a la ausencia de uno de sus trabajadores.

¿Qué hacer ante un jefe que no respeta el derecho a desconectar?

Tanto si hablamos de un superior (en el caso del trabajo por cuenta ajena) como si tú mismo eres tu jefe, lo cierto es que es fundamental que se respete el horario laboral de cualquier persona.

El tiempo de descanso, de ocio, el dedicado a las relaciones sociales o al cuidado de uno mismo son imprescindibles para conservar la salud física y psicológica. En su ausencia pueden aparecer consecuencias como el estrés (y todas las enfermedades relacionadas), el síndrome de burnout, la baja productividad laboral y una fuerte insatisfacción vital.

Algunas medidas que podemos tomar para evitar que esto suceda son las siguientes:

  • Poner límites. Somos cada uno de nosotros quienes primero debemos concienciarnos sobre lo imprescindible de respetar nuestro descanso. Desde esta posición y con esta conciencia podremos negarnos a seguir respondiendo y atendiendo fuera del horario laboral, y aplazar los reclamos a un momento posterior. Si nos mostramos constantemente disponibles y dispuestos a resolver, es difícil que otros respeten nuestro derecho.
  • Desconectarnos de la tecnología. Esto es fundamental para que la desconexión sea efectiva y las medidas pueden ser más o menos drásticas. En ocasiones bastará con no responder llamadas ni emails fuera de horario; en otras, quizá sea necesario apagar el teléfono móvil o desinstalar aplicaciones. En cualquier caso, hemos de hacer lo necesario para que internet y la tecnología no nos esclavicen.
  • Prevenir y prever. Tanto las organizaciones como el propio trabajador han de prepararse con antelación para la ausencia de un empleado. Esto puede incluir atender asuntos urgentes para no dejarlos pendientes al marchar, delegar responsabilidades en una persona sustituta o planificar una solución para el tiempo en que el trabajador esté ausente. Esta organización previa hará menos probable que sea imprescindible interrumpir el descanso ante algún imprevisto.
Personas hablando sin móvil
Para desconectar del trabajo a veces es necesario apargar el teléfono móvil

Respetar el derecho a desconectar comienza por cada persona

Aunque muchas veces son los jefes, superiores o compañeros quienes no respetan el descanso, cada persona ha de tomar responsabilidad al respecto. Muchas personas responden, revisan y están constantemente pendientes de asuntos de trabajo por pura inercia o por considerar que es su deber. No se oponen, no buscan soluciones ni se plantean la necesidad de hacer algo al respecto.

Sin embargo, desconectar por completo es tan importante como involucrarse y comprometerse con el trabajo cuando es el momento. Tomemos conciencia de la importancia de cuidar nuestra salud y aprendamos a disfrutar de ese tiempo tan necesario que nuestro cuerpo y mente necesitan para reponerse.


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