La bidependencia: una trampa que esclaviza

La bidependencia es una condición psicológica compleja que está presente en muchas personas adictas a las drogas o a otras sustancias y situaciones. Podría decirse que se trata de un miedo extremo a la autonomía. A continuación, lo exploraremos.
La bidependencia: una trampa que esclaviza
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 30 marzo, 2023

La bidependencia se refiere a una dependencia múltiple. Una de ellas tiene que ver con algún tipo de droga o situación, bien sea alcohol, marihuana o sexo, por ejemplo. La otra es la dependencia adictiva hacia una persona en particular que, por lo general, es la pareja, aunque no necesariamente es así.

Técnicamente, se define como una dependencia secundaria que emana o bebe de los trastornos adictivos. También se le conoce como dependencia doble y se cataloga como un trastorno sociopático o «hábito relacional acomodaticio». Esta falta de autonomía condiciona la conducta de la persona afectada.

En la otra orilla de la díada establecida en la dependencia en cuestión, hay alguien que se comporta como coadicto, es decir, que favorece o promueve el escenario. Esa segunda persona también ve fuertemente condicionada y limitada su conducta, pero puede experimentar la sensación de que es imposible cambiar el vínculo.

«La codependencia se distingue de la bidependencia en que la persona no adicta establece una relación de dependencia respecto al sujeto adicto (alcohólico, heroinómano, etc.) en tanto que -a la inversa- la bidependencia es la relación que mantiene un adicto respecto a otra u otras personas».

-Carlos Sirvent-

Fichas de casino, fuego y dinero
Además del consumo de drogas y alcohol, existen otras adicciones, personas y comportamientos que influyen en el trastorno.

Definiendo la bidependencia

En términos formales, la bidependencia es el conjunto de actitudes, conductas y afectos que adopta una persona adicta, en relación con otra persona de la cual depende. Los afectados por este trastorno renuncian de manera deliberada a su autonomía y adoptan hábitos de pasividad, excepto frente a aquellas situaciones que impliquen el mantenimiento de su adicción primaria.

Esto último quiere decir que el bidependiente solo toma decisiones ante a aquello que tiene que ver con su adicción inicial. Únicamente en ese aspecto asume iniciativas y deja ver sus preferencias y su deseo. Pero para todo lo demás adopta una actitud tan pasiva, que incluso llega a la autoinvalidación. Deja que otra persona decida por él o ella en los demás aspectos de la vida.

Este trastorno también se ve en algunas personas que son exadictas a la droga u objetos. Se dice que implica rasgos sociopáticos porque el afectado somete al otro a «llevar sus cargas», sin considerar las necesidades de esa otra persona. Con frecuencia, estima que esto se llama «amor».

Características de la dependencia doble

Además de lo señalado, hay otras características propias de la dependencia doble, precisadas a partir del Test de Dependencias Sentimentales (TDS), diseñado por Sirvent y Moral en 2007. Tales particularidades parten de los siguientes rasgos generales:

  • Busca parejas de manera obsesiva e idealiza a las mismas.
  • El bidependiente no es consciente de que tiene un problema.
  • Experimenta fuertes sensaciones de vacío e imposibilidad de escapar a su situación.
  • La relación que establece con la persona de quien depende es muy similar a una adicción.
  • Busca en la pareja sensaciones similares a las que experimenta o experimentaba con la droga.

Todos estos rasgos se concretan en las conductas que ahora las listamos.

  • Chantaje emocional.
  • Parasitismo en la relación.
  • Exigen amor incondicional.
  • Dominación y sumisión alternantes.
  • Teme y evita obsesivamente el abandono.
  • Reacciones extremas frente al cambio o a lo desconocido.
  • Se exculpa a sí mismo e inculpa al otro de todas las dificultades.
  • Manipulación sentimental del otro, a través del reproche y la culpa.
Mujer consternada sentada en un sofá se lleva manos a la cabeza
Las personas bidependientes tienden a sentirse vacías y temen no escapar de esta situación.

La cárcel de la bidependencia

La bidependencia altera el sistema de recompensas: hace que determinados reforzadores pierdan valor frente a aquellos que pasan a ser principales para la persona. En este contexto, existe una necesidad de otro que se experimenta de una manera obsesiva y pasional; así, si la relación termina, lo frecuente es que la persona busque rápidamente una sustituta.

En el caso de los hombres, tienden a usar a su pareja de la misma manera en que usan la droga. En el caso de las mujeres, predomina la tendencia a someterse y autodestruirse, sin comprender por qué. La situación más ilustrativa en este último caso es la que tienen algunas trabajadoras sexuales con quien funge como su proxeneta.

Se podría decir que el bidependiente tiene muy comprometida su  autonomía. La experimenta como un terreno peligroso al que no quiere asomarse. Teme a la soledad de manera irracional, pero no logra concebir ni establecer una relación afectiva que trascienda su propio parasitismo. De una u otra manera, lo que busca es volver al vientre y no crecer.

La dependencia doble no es fácil de tratar en psicoterapia. Las personas con este trastorno tienden a boicotear su propia recuperación. Sin embargo, con un trabajo centrado en la reestructuración de su identidad y de la imagen que tienen de sí mismos, se logra avanzar. De momento, este problema no se considera una entidad clínica como tal, sino un sustrato de la adicción.


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  • Chávez Bedregal., LeónGarcía, C. (2018). Procesos de rehabilitación en sujetos ex-adictos a Sustancias Psicoactivas. Repositorio Institucional de la UNAS. http://repositorio.unsa.edu.pe/handle/UNSA/7518
  • Moral Jiménez, M., Sirvent Ruiz, C. (2008). Dependencias sentimentales o afectivas: etiología, clasificación y evaluación. Revista Española de Drogodependencias, 33(2). http://www.aesed.com/descargas/revistas/v33n2_2.pdf
  • Sirvent, C. (2000). Las dependencias relacionales (DR): dependencia emocional, codependencia y bidependencia. In I Symposium nacional sobre adicción en la mujer (pp. 144-256).

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