¿Qué es la coadicción?

La coadicción es un comportamiento que cualquier persona puede sufrir cuando tiene relación cercana con una persona adicta. ¿Quieres conocer las características? Te las mostraremos en este artículo.
¿Qué es la coadicción?
María Paula Rojas

Escrito y verificado por la psicóloga María Paula Rojas.

Última actualización: 14 noviembre, 2022

La coadicción es un comportamiento de gran complejidad que afecta notablemente tanto a la persona que la desarrolla como a su círculo más cercano. Puede tener consecuencias importantes en el desarrollo de su vida diaria, haciendo que la persona pierda sus propias herramientas para enfrentar las dificultades cotidianas.

Por lo tanto, es importante conocer qué es y cómo nos puede llegar a afectar. No solo para evitar que uno mismo la desarrolle, sino también para detectar si alguna de las personas conocidas puede estar desarrollando este tipo de comportamiento.

Mujer esperando a su marido alcohólico

Definiendo la coadición

Las coadicción es un trastorno que sufren las personas próximas a un adicto. En este caso, el coadicto enfoca gran parte de su vida en el adicto, por lo que éste último termina siendo su prioridad.

Las personas que se encuentran en esta situación tienden a desarrollar una cierta inoperancia para la expresión de emociones y resolución de conflictos personales e interpersonales. Sus esfuerzos se dedican a controlar las conductas adictivas del adicto, hasta el punto de llegar a vivir a través de él. Por ende, se crea una dinámica en la cual el adicto, por medio de sus comportamientos y manipulaciones, controla la vida de coadicto.

Por lo general, la coadicción se presenta con mayor incidencia de padres a hijos y viceversa, seguido por las parejas. En estos casos, el familiar suele pasar largos periodos de sufrimiento y desvelo esperando que algo de lo que haga logre parar el consumo; pero, al no suceder, se crea mayor dependencia psicológica con el adicto.

Así, esta fuerte dependencia hacia el adicto, lo lleva a desarrollar ansiedad, tristeza, enojo, confusión, trastornos  psicosomáticos, entre otras afecciones.

Ejemplos de coadicción

Para comprender mejor de qué va esta condición, a continuación presentamos algunas creencias típicas de los coadictos:

  • «Es adicto/a por mi culpa»
  • «Si él/ella está bien, yo también lo estoy» o «Si él/ella está mal, yo también los estoy»
  • «En ocasiones digo que voy a abandonarlo/a, pero realmente no me creo capaz»
  • «Su problema no es tan importante, ya que no consume todos los días»

Tipos de coadicción

Ahora bien, se han definido dos tipos de coadicciones. Cada una de ellas tiene sus propias características y consecuencias.

Codependencia

El primer tipo es la codependencia. En este caso, la persona tiene un vínculo dependiente o interdependiente y poco sano con un sujeto adicto. Es importante recalcar que, en este tipo de coadicción, la persona no es adicta a ningún tipo de sustancia.

Esta situación proviene del estrés que implica el vivir y tratar con una persona adicta. Por lo tanto, este fenómeno es de tipo escalar, es decir, va aumentando e intensificándose con el paso del tiempo.

Las características principales de la codependencia son:

  • Inversión constante de tiempo para intentar desarrollar habilidades para controlar tanto a ellos mismo como a la otra persona. Especialmente, cuando se presenta situaciones adversas.
  • Priorizar conocimiento y responsabilidades de la persona adicta, hasta el punto de ignorar las propias.
  • Distorsión y ansiedad de las fronteras entre la separación y la ansiedad. Obviando su espacio personal y sus necesidades.
  • Tendencia a implicarse en relaciones con personas que presentan trastorno de impulsividad, personalidad o farmacodependientes.

Biodependencia

El segundo tipo de coadicción es la biodependencia. Este constructo se puede definir como una dependencia sobre la dependencia, es decir, una dependencia relacional implantada en un sujeto que es adicto.

En este caso, hay un conjunto de actitudes, afectos y comportamientos que, al margen de la adicción específica, crean dependencia a personas o situaciones de carácter sociopático. Esto condiciona de manera importante las actividades diarias de las dos personas correspondientes a la coadicción.

Por lo tanto, la persona biodependiente adquiere una actitud pasiva. Asimismo, de manera deliberada, pierde o disminuye notablemente su autonomía.

Como resultado, no toma ningún tipo de decisión y se convierte en “una persona inválida”. Se podría decir que la relación que mantiene con la persona de la que depende es similar a la que mantienen con la sustancia a la que son adictos.

Sin embargo, es importante especificar que esta falta de autonomía no se mantiene en el momento de tomar acciones para mantener su adicción. Por lo tanto, el adicto es capaz de crear y llevar a cabo acciones para buscar recursos, adquirir y comprar el objeto de adicción.

Entre las características clínicas de las personas biodependientes están:

  • Falta de conciencia sobre el problema.
  • Delegación en la toma de decisiones y notable disminución de la autonomía.
  • Demanda de sensaciones con la pareja que se asemejen a las que se buscan con la sustancia adictiva.
  • Búsqueda obsesiva de la pareja, destacando que esta pareja es la que estimula la biodependencia.

¿Por qué se puede dar una coadicción?

Para comenzar, es importante recalcar que la coadicción se presenta cuando uno de los miembros de la familia es adicta a algún tipo de sustancia. Al desarrollar este trastorno, es fácil que las personas del entorno terminen realizando conductas que sirvan de refuerzo para la propia adicción.

Sin embargo, esta adaptación perversa tiene un conjunto de dinámicas relacionales que no son saludables. En el caso de la persona coadicta, al ver la presencia de problemas significativos por la adicción y para minimizar los daños que esta produce, comienza a cargar con responsabilidades que no les corresponden.

Es decir, comienza a hacer actividades y a tomar roles que le corresponden a la persona adicta, favoreciendo en algunos casos que ésta última se abandone todavía más.

Como consecuencia, el coadicto comienza a sufrir de ansiedad, estrés y sentimientos de vergüenza por su propia actitud y la de la persona adicta.

Además, hay presencia de miedo por no saber si hace bien las cosas o por impotencia por no poder cumplir con todo. Por último, se desarrollan sentimientos de culpa por creer que por sus actitudes se mantiene la adicción.

Mujer triste pensando en sus problemas

Conclusión

La adicción no solo afecta en primera persona. Las consecuencias perversas de la dependencia van más allá. Por otro lado, los datos nos dicen que cuanto mayor sea la adicción, mayores son las probabilidades de que se genere en el entorno cercano una coadicción.

Cuando llegamos a este límite, la afectación y las consecuencias pueden ser mucho más significativas, hasta el punto de ser uno de los aspectos que lleguen a reforzar la adicción. Por eso, en estos casos, el apoyo que genera un efecto más deseable es aquel que se da en el marco de una intervención psicológica, donde el profesional siempre está presente para asesorar y dirigir.


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