La importancia de la cognición en la psicopatología
La importancia de la cognición en la psicopatología es enorme. En este sentido, la presencia y evolución de diferentes factores cognitivos es la variable que hace que aparezcan o se mantengan algunas afecciones psicológicas.
Hablamos de ansiedad, de tristeza, de culpa (emociones) o de conductas muy desajustadas y, por ende, desadaptativas. Algunos sabrían reconocer un ataque de ansiedad, una crisis autolesiva en una depresión o los rituales llevados a cabo por una persona con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
No obstante, procesos como la atención, el razonamiento o la memoria se presentan diferentes en los distintos tipos de trastornos psicológicos. Dichos procesos no son iguales en personas ajustadas que en aquellas con comportamientos desadaptativos que están afectando a su día a día. Ello no significa que estos procesos vayan a presentarse de la misma manera siempre.
Por ejemplo, que las personas con TOC, trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o trastorno de estrés postraumático (TEPT) tengan anticipaciones muy desajustadas no significa que los hayan tenido siempre o que los vayan a tener para siempre.
Los factores cognitivos en la psicopatología
Los procesos psicológicos que pueden verse modificados en distintos trastornos psicológicos son: memoria, razonamiento, pensamiento, atención, percepción o regulación emocional.
Se presentan algunos de ellos con ejemplos ilustrativos referentes a muy diversos trastornos. El objetivo será entender un poco mejor la importancia de los factores cognitivos en la psicopatología.
La atención: excesiva o defectuosa
La atención es un proceso que ilustra muy bien la importancia de la cognición en la psicopatología. Es un proceso psicológico que muestra un patrón desadaptativo en las personas con trastornos psicológicos.
Este patrón está relacionado con la hipervigilancia. Las personas con afecciones psicológicas suelen prestar más atención a aquellos estímulos congruentes con sus miedos y con sus preocupaciones.
En la fobia social, por ejemplo, existe una atención selectiva a la información negativa y al funcionamiento personal. Las personas con fobia social no solo tienen hipervigilancia en las señales que puedan indicarle que no está siendo bien recibido, pero también en sus propias sensaciones corporales (cambio cardíaco, respiración…). Esto es la autoatención.
Los juegos de la memoria
En el proceso cognitivo de la memoria tienen lugar numerosos fenómenos dependiendo del trastorno al que nos referimos. Algunos de ellos son:
- Memoria selectiva: las personas con trastorno de pánico, TOC, TEPT, TAG, trastornos del estado de ánimo o trastornos de la conducta alimentaria tienden a recordar la información congruente con sus propios miedos, validándolos. Así, una persona con un trastorno depresivo puede recordar la información que corrobore que su familia no le entiende o apoya, eliminándose esos recuerdos que dicen todo lo contrario.
- Memoria sobregeneralizada: la memoria autobiográfica puede utilizarse para recordar de forma específica o sobregeneralizada. En algunos trastornos del estado de ánimo, TCA O TEPT se puede recordar de forma vaga y difusa para después distorsionar el recuerdo.
- Memoria recurrente: en algunos TEPT o trastornos de pánico, el proceso memorístico está plagado de recuerdos intrusivos y no deseados, que versan sobre la situación traumática.
- Confianza en la memoria: en otros, como el TOC, se pierde la confianza en una memoria que funciona bien, lo que conlleva a la persona a realizar compulsiones. Un ejemplo de esto sería el no saber si se ha apagado el gas, o si se ha cerrado con llave la puerta.
Los sesgos del razonamiento
Aunque todas las personas tenemos sesgos en nuestro razonamiento, se puede observar la importancia de la cognición en la psicopatología a través de unos sesgos mucho más extremos. De esta manera, podemos encontrar sesgos de razonamiento asociados a varios trastornos, como, por ejemplo:
- Sesgo de interpretación de estímulos ambiguos: en trastornos como el TAG o los del estado de ánimo suele haber una tendencia a interpretar los estímulos ambiguos como negativos. Estos estímulos pueden ser gestos, cambios en la expresión facial…
- Estilo atribucional negativo: este sesgo de razonamiento es típico en los trastornos depresivos. El estilo atribucional negativo provoca que los eventos negativos que tienen lugar provienen de causas internas, que son estables y que no van a cambiar. En trastornos psicóticos, suele aparecer un estilo atribucional positivo; la culpa de lo malo es del otro.
- Juicios de probabilidad: en ciertos trastornos existe una tendencia a sobreestimar la probabilidad de que ocurra algo malo y sus terribles consecuencias. Aparece, como se ha mencionado antes, en fobias, TOC, TAG, TEPT, trastornos psicóticos o depresivos.
Las trampas del pensamiento
Las rumiaciones, intrusiones y preocupaciones son elementos que suelen pronunciarse o intensificarse asociados a un trastorno psicológico. Se observa la importancia de la cognición en la psicopatología en trastornos como el TOC, donde las intrusiones y los pensamientos recurrentes se ven potenciados. No solo ello, sino que, además de aparecer más, su intensidad o poder es mayor.
En las personas con depresión es “no valgo nada”, en las personas con ansiedad es “van a dejar de quererme”, en las personas con TOC, “voy a contaminarme”. Por norma, las personas con una afección psicológica sobredimensionan estos pensamientos hasta llegar a tomarlos por una realidad.
La supresión de pensamiento, por ejemplo, resulta especialmente problemática en personas con TOC. Cuando uno trata de utilizar solo la voluntad para no pensar en ciertas cosas, distraerse o eliminar pensamientos, lo que suelen conseguir es el efecto contrario.
Conclusiones: la dificultad del cambio
Conocer la importancia de la cognición en psicopatología puede hacer que nos demos cuenta de lo complicado que es el cambio si esos elementos no se trabajan. A la hora de diseñar una intervención con una persona con TOC es importante entender que:
- Hay factores cognitivos detrás que pueden estar manteniendo la problemática
- Que estos lastres cognitivos pueden ser un obstáculo para que otras medidas de ese plan de intervención tengan éxito.
Así, si una persona con depresión tiene un estilo atribucional negativo, será muy complicado que, en una rutina en la que se intercalan acontecimientos negativos y positivos, salga de su error sistemático. De ahí que sea necesaria la intervención dirigida por un especialista.