La teoría de la autorrealización: la clave del potencial humano
Mahatma Gandhi, Viktor Frankl o Nelson Mandela son claros ejemplos de la teoría de la autorrealización. Según este enfoque, cada uno de nosotros debe decodificar aquello que hay en su interior y darle forma, luchar por ello cueste lo que cueste. Es un crecimiento intencionado, responsable y creativo donde no darnos por vencidos hasta convertirnos en aquello a lo que aspiramos.
Es un tema por tanto complejo. No obstante, en esa senda hacia la autorrealización la disciplina, la esperanza y la determinación son nutrientes esenciales. Asumir que no va a ser un trayecto fácil es otro componente que aceptar sí o sí, como lo hicieron en su día figuras como las ya citadas.
Antecedentes del estudio de la autorrealización
Decía Abraham Maslow en 1943 que un músico no puede hacer otra cosa más que música. Un artista debe pintar y un escritor está obligado a escribir si desea ser feliz. Tal y como nos señalaba el padre de la pirámide de las necesidades humanas, cada persona tiene unas aspiraciones y un potencial propio en su ser. Vetarlo o no favorecerlo conduce a la frustración.
Asimismo, un aspecto que debemos considerar es la dificultad a la hora de alcanzar esta cumbre dorada. Lo queramos o no, alinear metas personales con ocupaciones reales no siempre es posible. Aún más, en ocasiones tampoco tenemos la oportunidad de demostrar todo nuestro potencial ni de dedicar nuestras vidas a aquello en lo que hemos soñado siempre.
Es más el propio Viktor Frankl nos señaló que la autorrealización no es una meta, es un camino constante donde aprender a ser mejores cada día, a acercarnos a nuestra mejor versión.
“La autorrealización es crecimiento intrínseco de lo que ya está dentro del organismo o, para ser más precisos, de lo que el organismo es él mismo”.
-Abraham Maslow-
La pirámide de Maslow
Este autor se hizo famoso por la descripción de las necesidades humanas, las cuales representó en forma de pirámide de acuerdo a su importancia. Así, de mayor a menor relevancia para el humano (es decir, de la base a la punta de la pirámide), se encuentran las siguientes:
- Necesidades biológicas básicas: comida, bebida y descanso, principalmente. Es lo más básico para mantenerse con vida.
- Necesidades de seguridad: incluye todos los aspectos que nos hacen sentirnos tranquilos, como tener dinero, seguridad física, una vivienda, etcétera.
- Necesidades de afiliación: esta necesidad abarca la naturaleza gregaria del ser humano. En menor o mayor medida, todo individuo requiere sentirse integrado en la sociedad y sentir afecto por parte de otros.
- Reconocimiento: este nivel de la pirámide está relacionado con las necesidades de la autoestima personal, así como el sentimiento de ser capaz de alcanzar el éxito y encontrar el reconocimiento ajeno.
- Autorrealización: aquí está el tema que nos ocupa. En la cima de la pirámide queda la última necesidad y, por tanto, la menos esencial para sobrevivir. Aquí se engloban los impulsos de realizarse a través del propio desarrollo moral y creativo.
La autorrealización como necesidad humana
Para Maslow, todos los seres humanos poseemos necesidades centradas en el propio desarrollo. Estas implican crecer y desarrollarse, de tal manera que se alcance el potencial máximo del ser humano.
Maslow asume que la necesidad de autorrealización es la más elevada, y se encuentran en el pico de su famosa pirámide. En este nivel se encuentran elementos como el desarrollo de la moralidad, la orientación hacia los demás, la persecución de ideales y el fortalecimiento de las propias facultades.
Por otro lado, la necesidad de autorrealización puede entenderse desde el punto de vista de la voluntad y la búsqueda de sentido de nuestra propia vida. En este sentido, satisfacer la necesidad de autorrealización conlleva en sí misma la felicidad y establece el equilibrio emocional tan necesario e importante en cada persona.
La necesidad de autorrealización es universal y, aunque se encuentre en la cúspide de las necesidades humanas, es la que estructura el desarrollo de las demás. No obstante, hay que tener en cuenta que resulta difícil poder centrarse en la autorrealización si no se tienen cubiertas las necesidades más básicas.
Por ejemplo, si necesitamos buscar alimento y refugio para poder sobrevivir, difícilmente podremos ponernos a pensar sobre cómo sentirnos realizados.
La teoría de la autorrealización ¿en qué consiste?
La teoría de la autorrealización deriva de la psicología humanista. Dentro de esta corriente, una de las figuras más destacadas fue sin duda Abraham Maslow. A través de libros como El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser, nos indicaba los siguientes postulados.
- La autorrealización es poder alcanzar nuestras necesidades más elevadas, ya sea estatus social, aspiraciones afectivas, cumplimento de metas, etcétera.
- Es también haber definido el significado de la vida para nosotros y hacerlo nuestro, y dedicar el día a día a este ideal.
- A su vez, hay un aspecto esencial sobre la teoría de la autorrealización, y es que se trata de hacer crecer aquello que ya está en nuestro interior. Es decir, si no tenemos aptitudes para ser científicos, de nada puede servir soñar con ser el nuevo Stephen Hawking. Cada uno debe ser consciente de sus capacidades y potencial.
- Carl Rogers, otra figura relevante dentro de la psicología humanista, nos dijo que se trata también de hallar un equilibrio entre el yo real y el ideal.
Por otro lado, un detalle más que interesante sobre este enfoque es el siguiente. Maslow defendía que estamos “programados para autorrealizarnos”. Hay en nosotros una necesidad muy poderosa para alcanzar ese elevado equilibrio entre lo que somos y lo que podemos hacer. Sin embargo, en ocasiones la propia sociedad no facilita ese estado.
“La única cosa que importa es la autorrealización. Significa saber quién eres más allá del yo superficial; más allá de tu nombre, de tu forma física, de tu historia personal, de tus historias”.
-Ekhart Tolle-
Claves para alcanzar la autorrealización
Si ponemos la mirada en la clásica teoría de Abraham Maslow sobre las necesidades humanas, podemos llegar a creer que ese ascenso hasta la cumbre (la autorrealización) sigue un proceso lineal. Es decir, primero necesitamos sentirnos seguros físicamente. Más tarde debemos satisfacer las necesidades de afiliación, después las de pertenencia y amor, el estatus social y, más tarde, llegaría la “cumbre”.
Ahora bien, estudios como el llevado a cabo por Wild Whitellman, de la Universidad de Atlanta, nos señala la firme necesidad de reinterpretar la teoría de la autorrealización. Para alcanzar este estado, podemos, por tanto, basarnos en las siguientes dimensiones:
La autorrealización no es un proceso lineal
Tanto Viktor Frankl como Mandela y Gandhi pasaron mucho tiempo con sus necesidades de seguridad amenazadas. El primer escalón de la pirámide de Maslow no estaba siendo cubierto, pero, aun así, se focalizaban cada día en su autorrealización.
Gandhi utilizó la desobediencia civil para alcanzar la libertad de su pueblo. Viktor Frankl se mantuvo firme en su sentido de la vida aún estando en Auschwitz y Dachau. Mandela no claudicó en su lucha aun estando preso.
Es decir, cuando uno es firme en sus valores y en esa fuerza que le determina, no importan la soledad, la falta de empleo o de un techo.
Sé constante, sé creativo
La teoría de la autorrealización nos recuerda que en nosotros hay una fuerza intrínseca que nos guía hacia una meta. Si uno es músico, no puede claudicar en su pasión aún dedicando su vida a otra profesión. Esa necesidad siempre estará ahí y debemos ser constantes en nuestro empeño.
El uso de la creatividad, encontrar otros caminos o incluso crearlos nosotros mismos, son puentes con los cuales pasar de la frustración a la cumbre personal.
La autorrealización está dentro de ti, escúchala y focalízate
El psicólogo y filósofo Mihály Csíkszentmihályi nos señala también que la autorrealización es algo innato en nosotros. Ese potencial emergerá poco a poco. No obstante, es necesario que la escuchemos y que nos focalicemos cada día en darle forma.
De ese modo, quien se aspire a ayudar a otros será feliz en trabajos como la enfermería, los servicios sociales, la psicología e incluso la docencia. Hay muchos escenarios donde alinear metas con ocupaciones. Y cuando lo logramos, cuando estamos inmersos en esas tareas, es cuando descubrimos verdaderamente qué es la felicidad.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Maslow, A. H. (1943). A theory of human motivation. Psychological Review, 50, 370-396.
- Kenrick, D. T., Neuberg, S. L., Griskevicius, V., Becker, D. V., & Schaller, M. (2010). Goal-driven cognition and functional behavior: The fundamental-motives framework. Current Directions in Psychological Science, 19, 63-67.
- Krems, J.A., Kenrick, D.T., & Neel, R. (2017). Individual perceptions of self-actualization: What functional motives are linked to fulfilling one’s potential? Personality and Social Psychology Bulletin. In press