Lenguaje corporal de los labios: 7 gestos que te delatan
La comunicación no verbal y las expresiones faciales transmiten mucha información acerca de los sentimientos o el estado personal de quienes nos rodean. Y, la mayoría de las veces, de forma inconsciente, abre una ventana de oportunidad para “leer a las personas”. Por eso, una mirada, un gesto, una mueca o el lenguaje corporal de los labios pueden ser más clarificadores incluso que sus propias palabras.
En concreto, este análisis aplicado a la zona de la boca es tremendamente informativo. La manera de sonreír o la de posicionar y abrir los labios puede dar pistas de las sensaciones que te ha generado una cierta persona o una determinada circunstancia. Profundicemos en el lenguaje corporal de los labios, en concreto en 7 gestos con los que podemos leer a los demás prestando especial atención a su boca.
1. Sonreír
Es el gesto por excelencia. La mejor carta de presentación. Una sonrisa puede ser una señal de alegría, de ilusión, de implicación y de aceptación. Pero hay muchas clases de sonrisas y el estudio del lenguaje corporal de los labios y los músculos faciales se ha encargado de desentrañarlas.
La máxima expresión de felicidad es aquella en la que se enseña la dentadura superior de manera casi completa. No se puede controlar y se realiza inconscientemente. Libera endorfinas y activa nuestro circuito cerebral del placer. Surge sin parangones y, a menudo, va acompañada de una carcajada.
Pero, ¡cuidado! A veces resulta difícil diferenciar entre esta, natural y verdadera, y una sonrisa falsa y forzada. Los gestos que efectuamos en ambas son diferentes, ya que, en cada caso, se contraen diferentes tipos de músculos. No obstante, a simple vista es muy complicado diferenciarlas, por lo que en estas situaciones de duda resulta más clarificador observar la zona de los ojos.
Si queremos saber si una sonrisa en auténtica, la mejor forma es observando los músculos orbiculares que rodean los ojos. Estos son los que producen arrugas al rededor de los mismos. Aquí, también entran en juego los músculos cigomático mayor y menor que nos confiere la sonrisa característica de oreja a oreja. A esta sonrisa genuina se la conoce como la sonrisa de Duchenne.
Morderse el labio inferior
Dependiendo de la intensidad con la que nos mordemos el labio inferior, el significado de nuestro lenguaje no verbal puede ser distinto. O, al menos, orientarnos en uno u otro sentido. Si lo hacemos suave y delicadamente, indica atracción. Si, por el contrario, es fuerte, llegando a quedarse marcados los dientes, hablamos de un estado de nerviosismo.
2. Atracción
Cuando nos sentimos atraídos hacia una persona, es prácticamente inevitable realizar ese gesto. Nos mordemos el labio inferior o lo tapamos con los dientes de manera casi automática. Además, solemos acompañarlo con una leve inclinación de cabeza hacia uno de los lados o hacia abajo, lo que da muestras de que nos sentimos a gusto y encantados con la compañía del otro.
Este tipo de comunicación no verbal refleja lo que sentimos hacia la persona que tenemos enfrente y hacia la situación (muchas veces es complicado saber a qué se refiere exactamente el gesto). Y aunque este lenguaje corporal de los labios es inconsciente, por lo general, somos capaces de decir qué gestos estamos haciendo. Por eso, si somos rápidos, podemos llegar a maquillarlo en algún grado.
3. Nerviosismo
Trata de fijarte en algún compañero de trabajo que esté muy concentrado haciendo sus tareas. Puede que se rasque el pelo y el cuello o mueva las manos y las piernas sin parar. Ahora céntrate solamente en su cara, en los pequeños cambios que va manifestando en su rostro durante la jornada.
Uno de ellos será posiblemente el de morderse los labios. Esto, normalmente, quiere decir que se encuentra en un estado de tensión, que está apresurado, preocupado o nervioso. Es, además, una señal clara de que su estado de activación fisiológica interna está aumentando.
4. Toma de decisiones
Si movemos los labios de derecha a izquierda, daremos con el gesto característico de la toma de decisiones. En ese transcurso de tiempo en que los desplazamos de un lado a otro de la mejilla, reflexionamos, pensamos y tratamos de decidir. Nuestro cerebro está en funcionamiento y la manifestación fisiológica se centra en la boca.
Por lo general, la primera mueca es la que dura más tiempo. Luego repetimos el gesto unas dos o tres veces más. Y posteriormente pronunciamos o expresamos el razonamiento o la decisión que estábamos barajando en nuestro interior. Numerosas investigaciones consideran que el lenguaje corporal representa entre un 50% y un 70% de la cantidad de información que trasmitimos.
5. Cerrar los labios en tensión
Otro gesto típico es el de cerrar los labios con fuerza uno contra el otro, lo cual puede significar diferentes cosas. En algunos casos, puede ser una señal de tensión o de que estamos intentando mantener el control sobre nosotros mismos.
En otros, por el contrario, puede ser un indicador de que no estamos interesados en participar en una discusión. En tales circunstancias, mantener los labios unidos y en tensión, es una muestra de rechazo hacia el tema y que no queremos decir nada al respecto.
6. Elevar los labios
Cuando la comisura de la boca asciende ligeramente, se trata de un gesto que se asocia habitualmente al optimismo o a estar teniendo algún pensamiento positivo. ¿Has tenido que contener la risa alguna vez? Es una expresión parecido al que se queda en el rostro.
7. Torcer la boca hacia abajo
Al contrario que en el apartado anterior, este pequeño gesto suele indicar algún tipo de malestar psicológico. Fruncir los labios suele ser un gesto de disgusto, desaprobación o desconfianza. También se puede ver la boca curvada hacia abajo cuando la persona está decaída o siente preocupación constante.
En concreto, como vemos, los labios pueden convertirse en todo un pequeño gran mapa de lo que pensamos o sentimos. No obstante, también es fundamental prestar atención a otras señales, como, por ejemplo, el contexto, los gestos con las manos o los ojos. Nos proporciona un sin fin de información que no expresamos verbalmente, pero que forman parte de nosotros y comunican nuestro estado interior.
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