Los 3 grandes riesgos de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial está de moda. Lo que hasta ahora permanecía latente, se ha descubierto con poderosos avances que los ciudadanos de a pie pueden utilizar. Sin embargo, detrás de estos también hay unos riesgos.
Los 3 grandes riesgos de la inteligencia artificial
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 marzo, 2024

La inteligencia artificial es prometedora. Pero su progreso también encierra una serie de peligros realmente trascendentes y que merecen una reflexión. El avance va tan ligado a la tecnología, que en muchos contextos empezamos a olvidar que son dos dimensiones separadas, mientras que los efectos secundarios de determinados ingenios comienzan a ser realmente importantes.

Hayden Belfield, científico del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial en la Universidad de Cambridge, solo reconoce dos inventos/descubrimientos trascendentales para nuestra evolución: la invención del fuego y el descubrimiento de la energía nuclear.

La inteligencia artificial podría ser el tercero. ¿Por qué? Principalmente, por los riesgos que entraña. A continuación, hablaremos de los más importantes.

«Hoy es el momento en que construimos nuestro futuro y este hoy es el mayor reto al que se ha enfrentado el género humano hasta el momento, la posibilidad de una especie de superhombre que se convierte en Dios no tiene precedentes».

-Gerd Leonhard-

1. Aumento de control, uno de los riesgos de la inteligencia artificial

Para muchos expertos, no estamos lejos de ver ingenierías que cuenten con una «súper inteligencia». Es decir, hablamos de máquinas inteligentes en un sentido integral: aparatos con una tecnología capaz de procesar la información como lo hace el cerebro humano , con poca información, considerando entidades y trabajando de manera contextual; pero mejor y más rápido.

El profesor Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, señala que estamos cerca de una «explosión inteligente». O sea, de un salto en el cual las máquinas pasarán a tener un nuevo tipo de vida inteligente. Ocurrirá cuando esos aparatos se vuelvan autónomos.

Esto, indefectiblemente, llevaría a una situación en la cual las máquinas tendrían más poder. Estarían en capacidad de controlar aspectos de la vida cotidiana y tendrían la posibilidad de llevar a cabo una vigilancia sin precedentes sobre los humanos. Las consecuencias son impredecibles.

Manos humana y de robot tocan pantalla
Los avances en inteligencia artificial van a pasos agigantados, por lo que estarían en puertas ingenierías «súper inteligentes».

2. El ocaso de algunos atributos humanos

Gerd Leonhard, autor del libro titulado Tecnología versus humanidad, el choque entre el hombre y la máquina, piensa que no transcurrirá mucho tiempo hasta que las máquinas sean capaces de comprender las emociones humanas y desarrollar inteligencia social. En ese punto, tendrán todas las herramientas para convertirse en «súper inteligencias».

Lo obvio es que comiencen a conectarse unas con otras y que diseñen una realidad apta para garantizar su propia evolución. La cuestión es si las máquinas se adaptarán a los humanos o exigirán que estos últimos se adapten a ellas. Este es un dilema ético que, probablemente, se resolverá en medio de la más absoluta frialdad.

Mientras tanto, presenciaremos el ocaso de algunos atributos que nos llevan a decir «soy humano». Por ejemplo, la posibilidad de cometer errores, de ser ineficientes o de sobrecogernos ante los misterios. ¿Dentro de un tiempo esto será visto como una falla inadmisible?

3. El error y la falta de neutralidad

Otro de los grandes riesgos de la inteligencia avanzada está en el hecho de que, de todas maneras, todavía hay un camino por recorrer antes de que lleguen a convertirse en «súper inteligencias». Durante ese trayecto pueden suceder fallas graves que generen grandes problemas para la humanidad.

Uno de ellos es que las máquinas son cada vez más capaces de crear situaciones ficticias, de una forma casi perfecta. Como ejemplo, estamos a un paso de que sea posible alterar la imagen de una persona en video y adaptar los gestos faciales para que correspondan con palabras que jamás dijeron. En otros términos, cada vez es más sencillo falsear la realidad y crear, entre otras cosas, noticias falsas.

A lo anterior, se suma el hecho de que la tecnología no es neutral. Se ha visto en el caso de los jueces de Estados Unidos que emplean esta inteligencia y que terminan evaluando con más severidad a los ciudadanos afroamericanos que a otros. Los algoritmos están más o menos diseñados para eso.

Hombre y robot trabajan levantando cajas
Uno de los peligros de la inteligencia artificial es la sustitución definitiva de los humanos en el campo laboral.

Otros coletazos de la inteligencia artificial

Estos son tan solo algunos de los riesgos de la inteligencia artificial. Sin embargo, probablemente hay muchos más que ni siquiera somos capaces de identificar, porque dependerán esencialmente de las decisiones que tomemos como humanidad, con respecto a los límites que queramos imponer.

Por otro lado, es muy probable que el mundo laboral que conocemos hoy sea muy distinto al que veamos en una década: desaparecerán profesiones tradicionales y aparecerán otras.

Además, quizás sean más valoradas las personas que tengan habilidades para generar negocios explotando al máximo el potencial de esta evolución tecnológica.


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