Mahatma Gandhi: biografía del líder de la no-violencia

Mahatma Gandhi fue ese líder espiritual y político capaz de liderar a la población civil de la India a través de la resistencia y la desobediencia civil masiva no violenta

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 abril, 2022

El legado de Mohandas K. Gandhi, más conocido como Mahatma (alma grande), pervive aún entre nosotros. Fue ese hombre que desde su humildad, quiso iniciar una revolución pacífica para defender los derechos civiles de su país. Se alzó como un líder político y espiritual capaz de inspirar no solo a todo un país como la India, ya que su estela y su desobediencia no violenta conquistaron a todo el mundo.

Cada 2 de octubre se celebra el día de la no violencia. Es ese instante que tenemos a lo largo del año para reflexionar en lo que el dirigente del movimiento de independencia indio nos dejó a mediados del siglo XX. Más allá de sus objetivos políticos y sociales, lo que ofreció Gandhi para nuestra historia contemporánea fue un estilo de pensamiento, una filosofía de vida.

Durante sus casi tres décadas de activismo pacífico, no ansiaba solo liberar a su pueblo del Raj británico. Sus metas eran más elevadas. Defendió la justicia social, aspiró a la transformación de las estructuras económicas y asentó a su vez las bases de una ética más activa para el ser humano. Nos enseñó que la concordia entre religiones podría ser posible entre los diferentes pueblos.

Gandhi: de abogado ingenuo a activista brillante

Mohandas K. Gandhi nació en Porbandar, en 1869. Pertenecía a una casta distinguida de la India de finales del siglo XIX. Su padre, de hecho, era primer ministro de Gujarat, y su madre, perteneciente a la rama del hinduismo, era una mujer distinguida por su tolerancia y por la defensa de la convivencia pacífica entre todas las religiones.

Creció en un entorno privilegiado en todos los sentidos, por el bienestar económico, la armonía y por esa espiritualidad que desde bien temprano, le fue inculcada en casi cualquier sentido. Era vegetariano, ayunaba y estaba muy comprometido con todos los saberes tradicionales de su cultura.

No obstante, su familia lo eligió a él entre sus dos hermanos mayores, para que mejorara su formación académica. Por ello, fue enviado a Londres en 1888 para estudiar derecho. Esa etapa de su vida lejos de la India, duró casi dos décadas  fue crucial en la construcción de su identidad, activismo social y convicción filosófica.

En Inglaterra tuvo contacto con el círculo de teósofos, quienes lo iniciaron en el Bahagavad Gita, el libro sagrado de los hindúes, el cual le inspiró decisivamente en sus ideales y principios religiosos.

Después de obtener la licenciatura, aquel abogado sin experiencia se fue hasta Sudáfrica, un país dividido e inestable conformado por múltiples colonias gobernadas por británicos y holandeses. Fue en este contexto donde se inició una etapa decisiva en su vida. El joven letrado se convirtió de pronto en un firme defensor de la igualdad y la libertad.

Fue en Sudáfrica donde se gestaron a su vez esas cuatro características que definían a Mahatma Gandhi:

• Defensor de la libertad
• Reformista social.
• Defensor de la tolerancia de todas las religiones.
• Líder espiritual.

La lucha por la independencia de la India

Cuando Gandhi volvió a su país en 1915 las cosas se habían recrudecido en la India. Estaba a punto de votarse una ley para prohibir el sufragio de los hindúes. Fue en ese momento cuando empezó a aplicar el mismo activismo social que había iniciado ya en Sudáfrica. Llamó a su gente a la resistencia y al Satyagraha (el credo de la no violencia).

El mundo, a su vez, traía los ecos de la Primera Guerra Mundial y él empieza a erigir las bases de una independencia pacífica de la India. Para ello recurrió a un enfoque táctico e intelectual tan novedoso como inspirador para múltiples generaciones. Mahatma Gandhi crea en la ciudad de Ahmedabad una granja para reunir a sus discípulos.

Se convierte en un líder espiritual que inspira a múltiples comunidades. Poco a poco se van originando más asentamientos pacíficos que van enciendo a su vez los motores de una gran revolución.

Una estrategia eficaz fue detener la producción de algodón, una pieza clave para la industria textil británica. Después haría lo mismo con el monopolio británico de la sal. Las campañas de desobediencia civil se llevaron por delante miles vidas y le costó a él mismo y a su gente varios años de cárcel. Sin embargo, el objetivo fue alcanzado: la independencia de la India como colonia británica llegó el 18 de agosto de 1947.

Solo unos meses después, el 30 de enero de 1948, Gandhi fue asesinado por el extremista hindú Nathuram V. Godse en medio de una muchedumbre. Tenía 78 años.

Las pautas de Gandhi sobre el Satyagraha (credo de la no-violencia)

El Satyagraha fue una palabra inventada por el propio Gandhi para representar su lucha, la cual, estaba basada en esa resistencia firme que no debía recurrir a la violencia.

Así, este hombre humilde y firmemente obstinado a su vez por defender los derechos sociales (hasta el punto de ser nominado 5 veces al Premio Nobel de la Paz) insistía en que la vida es indivisible y que como tal, es inconcebible que una persona pueda causarle cualquier daño a otra.  Por tanto, toda lucha activa por el bien y la defensa del que sufre, debe basarse en el satyagraha, una dimensión que incluía los siguientes principios:

• Hacer uso de la verdad.
• No robar.
• Respetar cualquier religión.
• Creer en la verdad y en la no violencia y tener fe en la bondad intrínseca de la naturaleza humana 
• Un resistente civil no sentirá rabia ni odio.
• Soportará los asaltos de su oponente, sin retroceder ni sentir miedo.
• Aceptará ser arrestado.
• El resistente rehusará a entregar sus propiedades.
• No tomará represalias ni será vengativo.
• No hará uso de los insultos.
• Un resistente civil no saludará la bandera de Reino Unido, pero tampoco la insultará.
• Si hay una lucha, el resistente protegerá a los oficiales de los ataques e insultos.

Conclusiones sobre la obra de Gandhi

Gandhi gestó un cambio innegable en el pensamiento del siglo XX. Dejó una estela inspiradora, como lo hizo Martin Luther King en su día o el propio Mandela años después. Este tipo de legados son sin duda un desafío para nuestra actualidad, recoger el testigo y aprender de estas figuras es algo en lo que todos deberíamos reflexionar para mejorar el rumbo de nuestra civilización.