Manchas, lunares o estrías: cuando mi piel no es como la que aparece en las revistas

Mostrar las imperfecciones de la piel en las revistas, anuncios, series y películas puede ser una gran ayuda para el desarrollo de una buena autoestima y la aceptación de uno mismo.
Manchas, lunares o estrías: cuando mi piel no es como la que aparece en las revistas
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 10 octubre, 2022

Manchas, lunares o estrías aparecen en la piel de millones de personas, pero no en la publicidad. Tampoco lo hacen otras condiciones dermatológicas, como las pieles con psoriasis, el vitíligo o el eccema.

Mientras sí se avanza en el problema de la gordofobia, ya que otro tipo de tallas (algunas en el normopeso), empiezan a aparecer en campañas de ropa y cosmética; las manchas, los lunares o las estrías aparecen de forma muy aislada y siempre mostrando casos moderadamente “soportables”. Ahora bien, ¿por qué y cómo nos afecta?

En este artículo, vamos a hablar del órgano más grande del cuerpo, de las diferentes formas visuales que puede adoptar y de cómo estas nos influyen. Una realidad que está ahí, pero de la que apenas se conoce y se habla, aunque una de las principales causas de la dismorfia sea la no aceptación de nuestra piel.

Una normalidad que no aparece en ningún sitio

Nada de lo que aparece en nuestra piel es un suceso aislado, aberrante, feo o inaceptable. Está en ella, y simplemente tenemos que aceptarlo. En relación a la piel, más que el “body positivity” es mejor optar por el “body neutrality”. El primero apuesta por adoptar un pensamiento positivo acerca de nuestro cuerpo, pero esta actitud puede ser más irreal y sufrir de más “recaídas” que si adoptamos lo que expresa el segundo término: la neutralidad.

Aceptar las manchas, los lunares o las estrías nos permitirá verlas como realmente son: partes de nuestro cuerpo que no debemos odiar ni amar, simplemente convivir y aceptar dentro de la relación mente-cuerpo.

Todo lo que nos pasa es más difícil de aceptar si creemos que es algo que el resto de personas oculta. Somos seres sociales y si lo que hay en nuestra piel no aparece en ninguna parte, solo esporádicamente en algún otro cuerpo en la playa, es probable que interioricemos la idea de que es algo que no deberíamos mostrar. Que no forma parte del universo de las pieles normales y que se debe disimular en la medida de lo posible.

Mujer con estrías

Las numerosas condiciones de la piel que existen y no se muestran

Actualmente, se ha democratizado el uso de los tatuajes para cubrir la piel. Ya no se asocia solo con punkies, rockeros, grupos de modernos o vanidosos futbolistas. Hubo un tiempo incluso en el que tener el cuerpo tatuado era señal de que pertenecías a alguna banda criminal.

Ahora, sin embargo, es extraño que alguien no lleve algo tatuado en la piel, porque se ha generalizado, normalizado y visibilizado. Hay un modelo de tatuaje para cada persona, no para cada grupo de personas (como antes se creía).

Más allá de prejuicios personales, vemos mucha piel tatuada, incluso en anuncios de marcas de lujo. Sin embargo, esto en raras ocasiones ocurre con algunas condiciones de la piel. El desconocimiento lleva a pensar que algunas condiciones dermatológicas denotan un problema de salud o que puedan ser contagiosas con su contacto.

Hay un mundo de pieles detrás de nuestras ropas, pero rara vez alguna modelo o famosa se atreve a mostrarla si no es con una capa de maquillaje o un paseo por los retoques fotográficos. Sin embargo, hay excepciones, y algunas personas famosas empiezan a mostrar su piel sin retoques, aunque no lo hagan en todas las ocasiones.

La actriz y modelo Cara Delevingne ha mostrado fotos de su psoriasis y la modelo Winnie Harlow revolucionó el mundo de la moda mostrando su vitíligo en las pasarelas. Sin embargo, ni la publicidad ni el cine han tomado nota de mostrar más pieles diversas como algo habitual.

Algo tan oculto que hay movimientos para empezar a enseñarlo

Si queremos saber si algo está oculto, nos tendremos que fijar en el gran esfuerzo que hacen muchas personas por sacarlo fuera de las consultas dermatológicas. Manchas, lunares o estrías son solo un ejemplo. Se trata de hablar de toda clase de nevus, cicatrices, psoriasis, léntigos, verrugas o melasmas.

Una piel clara, lisa y sin imperfecciones no debe salir a la luz porque es la que vemos las venticuatro horas del día en los anuncios de geles, cremas y en los cuerpos que anuncian los bañadores de cada temporada. Son pieles reales y preciosas, pero eso no significa que tengan más derecho a mostrarse que otras pieles preciosas con algo que hoy en día se considera aún “extraño”.

Hace ya unos años, Alba Parejo decidió hacerse modelo y mostrar su nevus congénito melanocítico gigante, una condición dermatológica como otras muchas. Muchos pensaron que la piel de una modelo no puede tener estos “cánones”, pero tan solo hace falta una persona, su piel y una sesión de fotos para demostrar que no.

A partir de su decisión y la de muchas otras, en Instagram empezaron a surgir cuentas para mostrar lo completamente normal y natural de muchas pieles. Y así nació el fotolibro Origen, una obra de Sofia Suars con colecciones de fotos que salen del foco analítico de una consulta médica para pasar al foco artístico.

En sus páginas podemos encontrar mujeres con manchas, lunares y estrías desde un objetivo que las mira con calidez, realidad y belleza. Una belleza que nace de lo cotidiano para hacernos sentir más humanas y menos perfectas, que nos produce curiosidad y nos anima a explorar nuestro cuerpo desde la aceptación y no desde la crítica.

La aceptación como camino

Queda mucho camino por recorrer hasta que todo tipo de pieles sean democratizadas por un objetivo o una cámara. No obstante, mientras podemos practicar un ejercicio de aceptación hacia nuestros cuerpos y hacia los sentimientos que a veces nos despiertan.

Si bien decirlo con palabras es bonito, no hay nada como empezar a ver pieles reales en todas las vallas publicitarias para creernos del todo que nuestra piel es normal y que no es extraña por tener una pigmentación o incisión determinada.


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  • Napolitano, G. (2009). Dismorfia corporal y estructura subjetiva: un caso clínico. In I Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVI Jornadas de Investigación Quinto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires.
  • Rabito-Alcón, M. F., & Rodríguez-Molina, J. M. IMAGEN CORPORAL Y DISMORFIA MUSCULAR. AVANCES EN PSICOLOGÍA CLÍNICA, 85.

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