La metáfora del canto de las sirenas y el autocontrol

Cuenta la tradición que quien escuchara el bello canto de una sirena tenía un final inevitable: morir ahogado en las profundidades del mar. Solo Ulises logró vencer esa tentación tan poderosa, y lo hizo mediante una estrategia: el autocontrol forzado. 
La metáfora del canto de las sirenas y el autocontrol
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 09 septiembre, 2022

¿Te consideras una persona con buenas estrategias de autocontrol? Lo cierto es que somos humanos y es muy fácil caer en las tentaciones. Nos dejamos atrapar por estímulos atractivos como un artículo de ropa, comida o tecnología en unos grandes almacenes. El mundo es como un océano donde siempre se escucha de fondo, el irresistible canto de las sirenas.

Sin embargo, la mayoría intentamos poner límites, aplicar alguna estrategia que nos impida perder el control por completo. Y es aquí cuando puede venirnos muy bien recordar un momento muy concreto de la historia de Ulises en la Ilíada. Es ese en el que, en su intento por volver al hogar tras la guerra de Troya, se ve obligado a cruzar ese mar en el que habitaban dichas criaturas.

Sabiendo que quien escuchara su canto se vería tentado a arrojarse a las aguas, Ulises ordena a su tripulación taparse los oídos, tal y como le había recomendado la hechicera Circe. Sin embargo, él deseaba escuchar el famoso canto de las sirenas y por ello, decide atarse al mástil y pedir a sus marinos que, mientras atravesaran esa zona, no lo desataran, aunque él mismo lo ordenara.

Ulises llevó a cabo lo que en psicología conocemos como “estrategia de compromiso previo”. Amarrarse a ese mástil era su mecanismo de autocontrol forzado para no ceder a la tentación. A pesar de exponerse a ella por curiosidad, logró contenerse. De algún modo, también nosotros debemos hallar un mástil en el día a día para no caer en el impulso y el poder de los deseos…

Nuestro bienestar depende muchas veces de nuestra habilidad para aplicar estrategias de compromiso previo para no dejarnos llevar por conductas impulsivas. Esas que nos conducen a las profundidades del arrepentimiento.

Mujer comprando abrigada en la cuesta de enero dejándose llevar por el canto de las sirenas
En nuestro día a día debemos hacer uso del autocontrol para no caer en conductas contraproducentes.

¿En qué consiste la metáfora del canto de las sirenas?

Entendemos el autocontrol como esa capacidad que nos facilita dominar los impulsos, las emociones y nuestro comportamiento. Es esa conducta regulada y racional que nos diferencia de los animales y gracias a la que podemos alcanzar metas a largo plazo más enriquecedoras. Si tenemos esta capacidad tan sofisticada y necesaria a la vez, es gracias a un área muy concreta de nuestro cerebro.

Tal y como nos revelan estudios como el realizado en la Universidad de Yale, la región que facilita el autocontrol es la corteza prefrontal. De hecho, es interesante saber que es la región que más tarda en madurar. Esto explica por qué los niños y los adolescentes tienen serios problemas para controlar sus impulsos.

Es importante comprender toda esta información para ponernos en contexto sobre un nuevo término psicológico. La metáfora del canto de las sirenas hace referencia al conjunto de estímulos atractivos que hay en nuestro entorno y ante los que nos cuesta resistirnos. En nuestros escenarios cotidianos habitan un sinfín de elementos que, como las sirenas en la Ilíada, elevan su voz y su belleza para hacernos caer en los abismos del arrepentimiento. También de los hábitos poco saludables.

Muchas de nuestras elecciones no son racionales y por ello, debemos aplicar estrategias para ejercer un control sobre cada decisión y comportamiento (compras, uso de Internet, etc).

El canto de las sirenas en el siglo XXI

La metáfora de los cantos de sirena simboliza, por ejemplo, a quien no puede dejar de escuchar la voz de su adicción al tabaco y sigue fumando dos paquetes diarios. Las tiendas y los supermercados hacen uso de los cantos de sirena cuando deciden cómo disponer los productos. El marketing y la publicidad son como esas criaturas mitológicas invitándonos a comprar sin parar.

Las redes sociales también están llenas de cantos de sirena. Cada elemento, cada color y cada algoritmo tiene como objetivo que permanezcamos el mayor tiempo posible delante de la pantalla. No siempre somos conscientes de estos fenómenos, porque las sirenas son cautivadoras y cuesta mucho resistirse a su presencia. Sin embargo, cuanto más nos exponemos a ellas, más nos hundimos.

Y nos ocurre esto por un hecho indudable. Somos seres emocionales y no siempre llevamos a cabo conductas razonadas. Los impulsos mandan, las emociones guían nuestras reacciones y no es fácil poner en práctica el autocontrol cuando los estímulos son tan atractivos…

La estrategia de compromiso previo: el autocontrol es saludable

La doctora  Janet Schwartz de la Universidad de Tulane realizó un experimento muy interesante sobre este tema, que más tarde se publicó en la revista Psychological ScienceSe propuso un programa en Sudáfrica llamado Discovery Vitality. Consistía en proponer a las familias que adquirieran en los supermercados únicamente alimentos saludables. Si lo hacían, recibirían un descuento del 25 % sobre la compra total.

Ese programa duró 6 meses y fue un éxito. Las familias evitaron adquirir alimentos ricos en grasas saturadas, precocinados, etc. Llevaron a cabo lo que se conoce como “estrategia de compromiso previo”, es decir, pudieron eludir los “cantos de sirena” de los alimentos poco saludables para adquirir aquellos más recomendables. Lograron, en esencia, incentivar una compra más “racional”.

Nuestra capacidad para comprometernos en lograr objetivos requiere trabajar el autocontrol y eludir las gratificaciones inmediatas para obtener mayores beneficios a largo plazo.

Mujer con cerebro iluminado representando el efecto del canto de las sirenas
Las personas que tienen un mejor autocontrol confían más en los buenos hábitos más que en la fuerza de voluntad.

Apliquemos la estrategia de Ulises

Si lo pensamos bien, no necesitamos que terceras personas nos gratifiquen para que pongamos en marcha patrones de conducta más saludables. Todos podemos aplicar la estrategia de Ulises y desarrollar nuestras propias estrategias de compromisos previo. Podemos hacerlo, por ejemplo, llevando dinero en efectivo y no tarjetas de crédito para tener un mayor control sobre nuestras compras.

Podemos eludir los cantos de sirena en nuestras aplicaciones móviles, limitando su tiempo de uso. Hay muchos mástiles a los que podemos amarrarnos de vez en cuando como Ulises para demostrarnos que tenemos control sobre nuestras vidas. Nadie lo tiene por qué hacer por nosotros. Diseñemos nuestras propias estrategias de autocontrol para lograr nuestros propósitos y tener una conducta más satisfactoria y saludable.


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  • Schwartz J, Mochon D, Wyper L, Maroba J, Patel D, Ariely D. Healthier by Precommitment. Ciencias Psicológicas . 2014;25(2):538-546. doi: 10.1177/0956797613510950
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