Muchas opiniones, ¿sobre qué conocimiento?

Stephen Hawking decía que el enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión de saber. Así, ¿opinamos tomando como base lo que realmente conocemos?
Muchas opiniones, ¿sobre qué conocimiento?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 diciembre, 2020

Las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC) se han convertido en una parte integral en nuestra vida. Poco a poco, han comenzado a transformar nuestra educación y la forma en la que aprendemos. Hoy en día, podemos decir que Internet es un universo aparte, el cual junto con el uso de distintos dispositivos como las tablets, smartphones y todas las plataformas de redes sociales modifican e influyen en nuestras opiniones.

Llegados a este punto, la denominada “sociedad del conocimiento” supondría precisamente el buen uso de la información vasta e infinita que proporciona Internet. Con esta tecnología, podemos comunicarnos mejor, pero sobre todo para forjar mejores opiniones y alcanzar un mayor nivel intelectual.

“No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias, y saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta”.

-Umberto Eco-

Mujer mirando el móvil

Todos tenemos derecho a opinar, aunque sea de ruido y de información chatarra

El filósofo y escritor, Umberto Eco, critica arduamente a lo que él denominaba “sociedad de la ignorancia”. En el último de sus libros, De la estupidez a la locura, recopiló una selección de sus artículos en prensa antes de morir que hablan sobre la sociedad, internet o el futuro de la educación y la escritura.

Un análisis de la actualidad, tanto desde la perspectiva de los acontecimientos en sí como desde el comportamiento de los protagonistas en el que repasa diferentes noticias, programas de televisión y temas políticos en tono humorístico y sarcástico:

“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los necios”.

La sutil gran diferencia entre opiniones y conocimiento

Son muchos los expertos que han meditado acerca de estos dos conceptos, en apariencia similares, pero en el fondo tan diferentes. Porque, a pesar de que una opinión se forja en base a conocimientos sólidos y bien aprendidos, lo cierto es que se trata de términos distintos. Así, llegamos a grandes filósofos clásicos, como Platón, hasta figuras como Kierkegaard, quien marcaría con sus ideas el pensamiento contemporáneo.

Por un lado, Platón ya distinguía entre estos dos términos de opinión y conocimiento en La República, en el contexto de una sociedad o ciudad justa. Para Platón, aquellos que tan solo se complacen y satisfacen con la superficialidad -como colores y figuras- no acceden al verdadero conocimiento. Sin embargo, el hombre que es capaz de observar esas formas o figuras y las convierte en ideas, llega saber en qué contexto participan.

“Aquel que no solo contempla los cuerpos bellos, sino que contempla y estudia racionalmente la idea de la belleza en sí; aquel que contempla el ideal de la justicia o del bien, y se rige por esta idea trascendente y no de manera cambiante según la veleidad momentánea”.

-Platón-

Por su parte, el gran pensador del S.XIX, Soren Kierkegaard, aseguraba en un texto que puede traducirse como “Dos edades”, que la única manera de adquirir el conocimiento es a través del silencio. De tal forma, que el filósofo plantea la idea de que primero hay que saber escuchar, poner atención y no distraerse, para después profundizar en el pensamiento, sin opinar.

A pesar de los siglos de historia y de pensamiento que nos separa de estos pensadores, lo cierto es que plantean muy bien la condición actual de lo que hoy entendemos por la sociedad de la opinión. Si bien es cierto que la verdad en algunos casos puede ser relativa, al final el conocimiento es absoluto y no se puede devaluar, pues nos arriesgamos a defender, ante todo, todas las opiniones y la autoexpresión individual por encima del puro conocimiento.

“Solo la persona que puede permanecer esencialmente en silencio puede hablar esencialmente, puede actuar esencialmente”.

-Soren Kierkegaard-

Amigos hablando

“Menos parloteo y más silencio para oír a los que saben”

Ya en nuestros días, así de contundente se mostraba el profesor del Centro de Estudios Sociológicos del COLMEX (Colegio de Méjico), Manuel Gil Antón, el año pasado durante una discusión sobre la reforma educativa. Y es que, durante el debate, se habló mucho sobre la importancia que tiene el hecho de darle más voz a aquellos que tienen mayores conocimientos, y por lo tanto pueden expresar mejores opiniones, ya que solo así es posible llegar a una sociedad más justa, y a un mayor bienestar colectivo.

La era de la ignorancia es como el profesor Charles Simic, en un artículo publicado en el 2012 en el New York Review, definía a la sociedad de nuestros días. En el texto, Simic, después de darse cuenta de que la población llegó a creer que Obama era musulmán, concluía que nos encontramos frente a una “rebelión de mentes opacas en contra de la inteligencia” y que “la estupidez es una de las grandes fuerzas de la historia”.


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