Muere Archie, el niño de 12 años que participó en un reto viral

Archie Battersbee participó el pasado 7 de abril en un reto viral de TikTok, el "blackout challenge". El desenlace fue fatal y desencadenó un litigio legal entre la familia y el hospital que lo atendió.
Muere Archie, el niño de 12 años que participó en un reto viral
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 11 agosto, 2022

El 25 % de los usuarios de TikTok tiene entre 10 y 19 años. La mayoría de estos jóvenes han llevado a cabo uno de los fenómenos más comunes en esta plataforma: los retos virales. Algunos son inocuos, como llevar a cabo el baile de Chicken Teriyaki, de Rosalía. Otros, en cambio, suelen ser mortales, como el que se ha llevado la vida de Archie Battersbee.

Este niño británico de 12 años era un talentoso gimnasta y amante de las artes marciales mixtas. También, y como cualquier adolescente, un aficionado a subir videos a esta red social. El pasado 7 de abril, Archie quiso cumplir un desafío online, el “Blackout Challenge”, que consistía en aguantar la respiración hasta desmayarse. Para ello, cogió una soga y se la ató al cuello.

Cuando su madre lo encontró en la habitación, el niño ya tenía un severo daño cerebral y sus lesiones eran irreversibles. Desde entonces estuvo ingresado en el Hospital Royal London, hasta que el pasado 6 de agosto se le desconectó de su soporte vital. Esta última decisión, la de ser desconectado, fue un desenlace con el que sus padres no estaban de acuerdo…

“Era un niño muy hermoso. Luchó hasta el final y estoy muy orgullosa de ser su madre”.

padres de Archie
La familia del niño a familia había tomado acciones legales para que no se le retirara el soporte vital.

Archie Battersbee y un final no deseado

Hay finales que arrastran consigo una doble tragedia. Y este es un ejemplo de ello. El primer drama aconteció, como es comprensible, cuando la familia descubrió el cuerpo de Archie asfixiado en su habitación. El segundo golpe lo recibieron unos padres que mantenían un anhelo casi imposible, desesperado. Que su hijo mostrara mejoría en algún momento.

Desde que el pequeño fue ingresado en el Royal London Hospital en Whitechapel, los médicos sabían que el niño presentaba muerte cerebral y que lo mejor era no prolongar su sufrimiento. Sin embargo, Paul Battersbee y Hollie Dance se negaban a ello y confiaban en su futura recuperación. Mantenían, como es de esperar, un hálito de necesitada esperanza.

Las discrepancias entre el hospital y la familia derivaron en un litigo que llegó hasta el Tribunal Superior de Londres. Finalmente, a principios de julio, la jueza Emma Arbuthnot, dictaminó el retiro del soporte vital al pequeño. Para llegar a esa decisión, se llevó a cabo la prueba del tronco encefálico, o el diagnóstico de la muerte encefálica.

Esta evaluación consiste en realizar una serie de técnicas para analizar la actividad de todas las estructuras neurológicas intracraneales, de los dos hemisferios cerebrales y el tronco encéfalico. Archie evidenciaba un cese irreversible en todas sus funciones cerebrales. Por lo cual, y a pesar de la negativa familiar, se le desconectó el pasado 6 de agosto.

Archie no ha sido el único niño que ha perdido la vida en un reto viral. El black-out challenge o ahorcarse hasta perder el conocimiento se ha llevado la vida también de otra pequeña de solo 10 años.

distracciones digitales

TikTok y los retos virales, los nuevos ritos de paso para los jóvenes

En TikTok todo va muy deprisa. Ni siquiera hay que mover un dedo, porque los videos se suceden los unos a los otros en pocos segundos. Cada aspecto del diseño de su ingeniería responde a un objetivo: captar la atención del usuario durante horas. Los niños, los adolescentes y la población más joven son el “producto” principal de esta aplicación.

Uno de los aspectos más preocupantes asociados a TikTok son precisamente los retos virales. La muerte de Archie no es un caso aislado. Fallecer por asfixia o ahorcamiento es algo que ya ha sucedido anteriormente en niños aún más pequeños. De hecho, a principios de este 2022, una niña de 10 años perdió la vida de la misma manera.

Ingerir sustancias peligrosas, golpearse con objetos, caminar por las alturas o el más reciente: desaparecer durante 48 horas sin decir nada. Los retos virales pueden destrozar vidas enteras y sumar a la sociedad en el más absoluto desconcierto. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué hay en la mente de un preadolescente para que sea capaz de ponerse una soga al cuello hasta desmayarse?

Una investigación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) da la respuesta.

Los niños y adolescentes necesitan desarrollar cuanto antes un pensamiento más reflexivo y crítico. Solo así tomarán conciencia de los riesgos que hay a menudo en las redes sociales.

¿Qué hay tras un reto viral?

La búsqueda del reconocimiento social es una de las razones que hay detrás de estas pruebas. 

Hay una motivación casi impulsiva por satisfacer ese desafío. No solo buscan publicarlo y obtener ese reconocimiento de sus conocidos y la comunidad asociada a ese reto. Hay un deseo intrínseco por demostrarse a sí mismos que pueden conseguirlo. Podríamos decir que estamos ante los nuevos “ritos de iniciación” del siglo XXI. Por muy absurdo que nos parezca, obviamente.

Hay que pensar además que en esas edades comprendidas entre los 10 y los 19 años, la corteza prefrontal aún no ha alcanzado su completo desarrollo. Les cuesta medir el peligro y actúan por impulso, sin calibrar, reflexionar o meditar antes sus conductas y decisiones.

¿Cómo podemos prevenirlos?

Nadie debería vivir de nuevo la tragedia sufrida por la familia de Archie Battersbee. Sin embargo, a pesar de que TikTok haya eliminado el reto viral del ahogamiento, cada día surgen nuevos desafíos igual de peligrosos. Puesto, que a día de hoy, ByteDance, la empresa china que hay detrás, no tiene ninguna intención de regular estas prácticas, una vez más, es tarea de los padres y educadores hacerlo.

  • Debemos asumir que la estrategia no está siempre en prohibir el acceso a internet a nuestros adolescentes y preadolescentes. Sin embargo, sí es recomendable limitar y supervisar su uso.
  • Sondeemos a nuestros niños sobre su opinión de los retos virales. Preguntémosles si sus amigos han llevado a cabo alguno y si ellos mismos lo han hecho también. Hacer preguntas sobre las tendencias de la escuela, sus amigos y las nuevas modas nos dará una pista de cuál es su uso y concepción de estos desafíos.
  • Fomentemos su pensamiento crítico. Hagamos preguntas para que tomen conciencia del riesgo de esos retos más extremos. Cuestiones como: ¿no crees que eso puede ser peligroso? ¿Cómo te sentirías si un amigo tuyo acabara herido o muerto? Pensemos que, por lo general, los niños están más dispuestos a hablar sobre sus compañeros que de sí mismos.
  • Procuremos siempre seguir a nuestros hijos en todas sus redes sociales para supervisar aquello que publican, siguen o ven.

Por último, nada es tan importante como desarrollar en nuestros hijos las habilidades de pensamiento reflexivo, crítico y racional. El diálogo, la buena comunicación, escuchar sin juzgar, orientarles y hacerles preguntas les ayudará en ese proceso. También en el buen uso de las redes sociales.


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