No estás deprimido, estás distraído
El escritor Facundo Cabral escribió lo que bien podría decirse “un relato acerca de la vida”, de todo aquello que se nos escapa, de toda la inocencia de las primeras veces aplastadas por experiencias duras denominado “No estás deprimido, estás distraído”.
Nos habla de esperanza, de lucha, de saber reconceptualizar el dolor, de tomar la vida con responsabilidad pero no con tanta seriedad, porque es cuando se empieza a torcer todo.
Habla de rodearnos de las personas adecuadas y de poder volver a darle sentido a nuestra existencia solo a través del amor y la contemplación. De que nada es tan realmente importante si estás viviendo…
A veces pensamos que estamos tristes y nos sentimos desdichados por algo concreto, porque se escapa lo que pensábamos que era el motor de nuestra vida y ya no tenemos nada por lo que luchar. Cuántas veces nos sentimos deprimidos sin apreciar todo lo que tenemos alrededor.
Te sientes deprimido al no ver lo que tienes alrededor
“Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro, alma y espíritu… entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado. Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones, además no es tan malo vivir solo; yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad, me conozco, algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa por sólo citar dos casos conocidos. No estás deprimido, estás distraído…
Por eso crees que perdiste algo lo que es imposible porque todo te fue dado, no hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada además la vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que vueles más alto para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas, problemas son lecciones y la vida es dinámica por eso está en constante movimiento, por eso solo debes estar atento al presente, por eso mi madre decía ‘yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios’ por eso Jesús decía ‘El mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán’.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó porque para allá vamos todos, además lo mejor de él, El Amor, sigue en tu corazón.“
A lo largo del relato se nos dice que lo que pensamos que es una depresión, a veces es una distracción del mundo. Lo dice desde una perspectiva artística y poética porque es la que le corresponde, pero desde el punto de vista de la psicología este hecho tiene lógica y razón.
A veces estamos tan dolidos por algo que nos sentimos inseguros, con vacíos y luchas existenciales, dolidos por el pasado y empezamos a evitar situaciones magníficas. Postergamos un paseo con amigos, conocer a alguien, luchar por un nuevo trabajo y poco a poco vamos cayendo en una depresión.
Nos distraemos con lo negativo
Nuestros pensamientos o esquemas cognitivos hacen evaluar el mundo de forma negativa y, por otra parte, sin hacer nada no obtenemos reforzadores. Nos hemos habituado a la sombra, a la monótona pero confortable melancolía y creemos que no hay otra forma de vivir el mundo.
Ves la televisión y piensas que el mundo no te interesa porque es el mundo real, ya que llevas tiempo sin salir a ver el real.
Pero es por eso que en realidad no estás deprimido, sino que estás distraído en cosas negativas que no te dejan ver la magnificencia del mundo. Distraído con personas que no se apasionan por nada, distraído por juicios de valor, deberías, recuerdos y desamor.
Deja de estar distraído con lo que no te deja ver
“No encuentras la felicidad, y es tan fácil, solo debes escuchar a tu corazón antes que intervenga tu cabeza que está condicionada por la memoria, que complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan: la cabeza que divide, es decir empobrece, la cabeza que no acepta que la vida es como es, no como debería ser.
Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar porque lo que debe ser será y llegará naturalmente.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición, no algo que te llegará de afuera; además la felicidad no es un derecho, sino deber porque si no eres feliz estás amargando a todo el barrio.
Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir mandó matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una perdida de tiempo.“
Tú eliges o no el sufrimiento
Una pérdida de tiempo es el sufrimiento. Porque si bien no podrás evitar sentir dolor a lo largo de la vida, y de cierta manera un dolor desgarrador del alma al perder a seres queridos, por ejemplo, el sufrimiento prolongado es una opción que puedes escoger o puedes desechar.
Es una opción dejar de estar distraído en todo lo negativo, ya que eso ocupa tu vida y te distrae de vivir las cosas de verdad. Te distrae de ocuparte de ti mismo, de seguir utilizando el victimismo para explicar todos tus males.
No estás deprimido, estás desocupado en mirar las caricias y el amor de tu alrededor y ocupado en fijarte en las segundas intenciones y las desgracias de este mundo.
Estás ocupado en pensar acerca de la culpa, esa que te dijeron que tenías que cargar y que lo único que hace es evitar que disfrutes del mundo que siempre es igual cargues con ella o no, tú debes de elegir la forma en la que te enfrentas él.
No estás deprimido, estás distraído. Pero recuerda que la inocencia es excitante porque todo es un espejo, todo es una fiesta, y para eso no se pueden llevar mochilas, mochilas con personas e ideas innecesarias. Ahora ya sabes… Todo eso te distrae y es por ello que estás distraído, no deprimido.