No te perdono que no sepas volar

No te perdono que no sepas volar
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 julio, 2019

No me importa que tengas los ojos azules o negros, que tu pelo sea rubio o blanco, que tengas mucho pelo o seas calvo, que tu piel sea morena o blanca, pero no te perdono que tus pies no guarden cierta distancia con la tierra, que no dejes volar tu imaginación, que tus sueños no te rodeen, que no sepas volar.

Una persona que no sabe volar te ancla al suelo, te ata, te cose las alas, no te deja soñar, no permite que pienses en las nubes, en el sol, en la arena, en las olas. Una persona que no sabe volar, no deja que seas tú mismo.

“Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?”

-Frida Kahlo-

Qué hace una persona que sabe volar

Una persona que sabe volar, te inspirará, te arrebatará el alma y el corazón, te hará soñar, te llevará de viaje con todos los sentidos, bailará contigo, te susurrará al oído, acariciará tu piel y tu mente, te hará volar. Una persona que sabe volar…

Se viste de sensibilidad

La sensibilidad cubrirá cada día a la persona que sepa volar. Una persona que sepa volar pondrá todos sus sentidos en cada detalle de su existencia. Logrará oler las nubes, acariciar el olor de la tierra mojada, saborear palabras caídas de los labios. Son personas observadoras por naturaleza, curiosidas por la vida, por los demás. Su sensibilidad es extrema, ríen, lloran, se emocionan con una flor o con una ráfaga de aire.

Mujer con pájaro en su pelo

Sueña despierta

Si ves a una persona que parece abstraída cada día, que se deja llevar por sus sueños, es una persona que sabe volar. Muchas ideas geniales, las tienen en ese estado. Soñar despierto requiere una gran concentración, valor y ganas de aprender. Las personas voladoras visualizan el presente, el pasado, el futuro y los enlazan para crear el tejido de los sueños.

Disfruta de su soledad

La soledad es una oportunidad para buscar en cada rincón de nuestra alma, para saber quiénes somos. La soledad es una buena compañera de viaje cuando nos sentimos mal, porque ejercerá su poder curativo sobre nosotros, nos permitirá reflexionar, ordenar ideas. Si vuelas, lo sabrás.

Cae y se levanta de nuevo

Una persona que vuela si tropieza y cae, se levanta de nuevo. Si tropieza con el mismo obstáculo y vuelve a caer sabe que no es un tropiezo sino una elección. Comete mil errores pero nos se desalienta, aprende de sus errores. Una persona que sabe volar ve cada error como una nueva oportunidad.

“Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas”.

-William Blake-

Corre riesgos

Una persona que vuela disfruta corriendo riesgos, sabe que puede salir bien y que de ser así, el resultado será excelente. Correrá el riesgo de quererte si la dejas entrar en tu vida de puntillas. Te regalará sonrisas, besos y abrazos, acariciará tus riesgos y te enseñará a vivirlos.

Sigue su pasión

Si alguien sabe volar seguirá su pasión, luchará para descubrir lo que realmente le arrebata el corazón y no cesará de perseguirlo. Si una persona que sabe volar se apasiona por alguien, dejará volar sus sentidos, sufrirá, llorará, reirá y vivirá. Se dejará llevar por su corazón. Si siente que late se decidirá por aquello que le hace latir fuerte y rápido. Si siente dolor en el corazón, dejará ir, con tristeza pero con convicción.

Mujer con confianza en ella misma

Pierde la noción del tiempo

Si vuelas, te darás cuenta de que mientras sueñas, los días, las horas, los minutos, los segundos, carecen totalmente de sentido. Una hora será un segundo, una semana un siglo. Pero en cada momento sabrás lo que has hecho, sabrás que ha merecido la pena vivir ese instante. El tiempo es relativo si vuelas, sólo debes desplegar tus alas y dejarte llevar.

“No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible
– no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!”

-Oliveiro Girondo-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.