¿Por qué hay personas que se te quedan mirando?
Hay ocasiones en las que estando en el autobús, en una reunión o simplemente por la calle, hay personas que se te quedan mirando. En ese momento pensamos de todo: que llevamos la bragueta abierta, la camiseta del revés, que no le han gustado nuestros zapatos o, por el contrario, que le hemos llamado la atención positivamente en algún aspecto.
A menos que decidamos comenzar una conversación con esa persona y le preguntemos, es poco probable que sepamos qué era de manera concreta lo que observaba. Sin embargo, la psicología cuenta con una serie de conocimientos que pueden ayudarnos a vislumbrar las razones de este suceso tan incómodo o, a veces, halagador.
¿Por qué me mira?
Cuando ves a personas que se te quedan mirando, lo primero que te preguntas es por qué. Esto es un hecho habitual del cual todos somos partícipes. Por ello, también los expertos en psicología social quieren saber qué motivos puede haber detrás. Así, un grupo de investigación de la Universidad de Londres ha llevado a cabo un estudio con el objetivo de rastrear los movimientos de los ojos de las personas que observan.
La principal conclusión de esta investigación fue que las personas se quedan mirando atentas al lenguaje no verbal. Es decir, cuando alguien nos mira fijamente es porque necesita obtener más información sobre nosotros. Y es que, el lenguaje no verbal, especialmente el del rostro y ojos, aporta mucha información sobre el estado mental de la persona.
Los ojos de manera concreta tienen mucha información social relevante, con lo que puede ayudar a deducir en qué se está pensando. Por otro lado, puede que si estamos haciendo algo; por ejemplo, cerrar una botella o buscar algo en el bolso, quien nos está mirando esté tratando de entender qué estamos haciendo y analizando cómo lo hacemos. O bien, si se está fijando en nuestros gestos con las manos mientras hablamos.
Somos un poco cotillas por naturaleza y es que, al fin y al cabo, nuestra principal fuente de aprendizaje es la observación de los demás. Así, otra motivación que tenemos para mirar a otros tiene que ver con nuestro interés por aprender. Por ejemplo, arreglar un pinchazo de la bici.
¿Cómo es posible sentir cuando nos observan?
En este contexto también tiene lugar un suceso curioso. De repente, algo dentro de nosotros nos hace sentir que alguien se ha quedado mirándonos. Volvemos la cabeza y, exactamente, cruzamos la mirada. ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso tenemos un sexto sentido que nos avisa de la mirada fija de alguien? En psicología, se llama a este evento “percepción de la mirada”.
Al parecer, hay dos aspectos de nuestra evolución que nos ha ayudado a detectar que alguien nos mira rápidamente. Por un lado, la propia fisionomía del ojo humano. Por otro, el valor adaptativo y de supervivencia que tiene el captar miradas dirigidas a nosotros para poder escapar de una posible amenaza.
A diferencia de muchos animales, el ojo humano tiene una esclerótica (la parte blanca de los ojos) muy grande. Esto permite que discriminemos mejor hacia dónde mira la persona, en función de la posición de la pupila. Así, incluso en grandes distancias, percibimos de forma muy fiable si alguien nos está mirando. Casi incluso sin fijarnos de forma muy consciente, gracias a nuestra visión periférica.
Por otro lado, el contacto visual ha tenido una importancia vital para nosotros. Nos aporta información sobre las intenciones, gustos y emociones. Así, dado que es la señal social no verbal más potente con la que contamos, nuestro cerebro está preparado y predispuesto para encontrar cruces de miradas con otras personas.
Un proceso natural
Cuando sientes que hay personas que se te quedan mirando y, efectivamente, las hay, piensa que se trata de un proceso natural humano. Sentimos curiosidad por observar y obtener información de todo aquello que nos rodea. Incluso, como se indicaba anteriormente, puede que el observador u observadora lo que realmente esté aprendiendo implícitamente algo de su interés.
Ahora bien, los motivos más allá de satisfacer su atención y estudiar nuestra conducta no verbal, solo lo sabremos si somos capaces de preguntarle a la persona.
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