¿Qué es el estrés ambiental?

El estrés ambiental se genera a partir de factores del entorno que formulan demandas incómodas o amenazantes para una persona. Los elementos o eventos físicos provocan respuestas que a veces pueden ser de angustia o tensión.
¿Qué es el estrés ambiental?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 21 enero, 2021

El estrés ambiental es una respuesta de angustia frente a focos de tensión que están de forma relativamente continua en el entorno en el que se desenvuelve una persona. Tales factores van desde la distribución del mobiliario y los objetos hasta el clima y las relaciones sociales que imperan.

Los factores que generan el estrés ambiental -potencialmente estresantes- se denominan estresores. Son elementos o situaciones que amenazan la existencia o el bienestar. En este caso es más importante la percepción de cada individuo que el peligro potencial implícito en esos factores.

Lo importante del estrés ambiental es que provoca un malestar  sostenido. Esto genera diversas reacciones fisiológicas que pueden provocar cambios estructurales en el cerebro, como la ciencia lo ha verificado. Por lo tanto, se trata de una realidad que no se debe perder de vista.

… “el ambiente puede ser recurso de satisfacción pero también de irritación y molestia, y frecuentemente es ambos a la vez”.

-Aurora de Jesús Mejía-

Hombre con el cerebro iluminado

El estrés en general

Hay diversas definiciones del estrés. Una de las más generales señala que se trata de una reacción corporal a un desafío o demanda. La misma provoca tensión física y emocional. La persona siente o conoce la necesidad de realizar un ajuste, adaptación o acción que puede ser displacentera o que compromete sus recursos.

Frente al estrés cada individuo responde con conductas que podemos entender en tres fases:

  • Reacción de alarma. Surge cuando se formula la demanda o exigencia. El organismo se pone en estado de alerta.
  • Estado de resistencia. Corresponde a la tensión que se experimenta entre el deseo de hacer o no hacer algo y la exigencia de llevarlo a cabo.
  • Estado de agotamiento. Aparece cuando ya el organismo no está en capacidad de responder a la exigencia que se le formula.

En principio, el estrés como tal no es negativo. Permite ofrecer una respuesta más enérgica o vital. Sin embargo, cuando permanece durante mucho tiempo sí puede tener consecuencias que pueden ser muy graves a veces. En el estrés ambiental suele haber factores del entorno que se mantienen en el tiempo.

Modelos sobre estrés ambiental

Hay diversos modelos para comprender y abordar el estrés ambiental. Se trata de perspectivas teóricas en las que cada una le da mayor importancia a un factor u otro. Actualmente tales modelos son básicamente cinco:

  • Modelo de niveles de estimulación. Plantea que el estrés ambiental se produce cuando hay exceso de estímulos (sobrecarga) o carencia de los mismos (privación sensorial).
  • Activación. Para llevar a cabo una tarea se necesita un cierto nivel de activación. Este modelo plantea que, si la activación requerida es muy alta, se produce el estrés.
  • Modelos de sistemas. Estos señalan que el estrés ambiental aparece cuando las opciones que ofrece el entorno son insuficientes para satisfacer las necesidades o metas.
  • Control percibido. Esta perspectiva establece que el estrés es directamente proporcional a la percepción de control que tiene un individuo sobre el ambiente que le rodea.
  • Adaptación y afrontamiento. Estos modelos señalan que el nivel de estrés está relacionado con la capacidad de adaptación de cada individuo. Entre más adaptable, menos estrés habrá.
Hombre deprimido pensando

Las fuentes de estrés ambiental

Como ya lo anotábamos, los factores que generan estrés ambiental se denominan estresores. Estos pueden ser individuales y grupales, y se clasifican de diversas maneras. Según la categorización más convencional, las principales fuentes de estrés ambiental son las siguientes:

  • Fenómenos cataclísmicos. Son hechos súbitos, con tinte catastrófico, que afectan a muchas personas a la vez. Pueden ser breves, como quedarse atrapado en alguna parte; o prolongados, como estar en una cárcel.
  • Estaciones del año y estado del tiempo. El clima afecta en diversas intensidades a los individuos. En algunos casos provoca cambios significativos.
  • Temperatura. Los estudios indican que en los días o épocas más calurosas, la agresividad o la hostilidad se manifiesta. Si la temperatura sobrepasa cierto nivel, el efecto se revierte.
  • Presión atmosférica. Los datos señalan que a más baja presión atmosférica, mayor incidencia de depresión.
  • Contaminación del aire. Los altos niveles de contaminación condicionan las actividades al aire libre y generan estímulos sensoriales desagradables.
  • Ruido. Quizás es el estresor con mayor incidencia en el estrés ambiental. Los sonidos de altos decibeles afectan la salud mental de forma directa. Lo mismo ocurre con los ruidos molestos y repetitivos, aunque no sean tan intensos.
  • Hacinamiento. La excesiva concentración de personas en espacios muy reducidos puede provocar gran estrés. De todos modos, esto depende mucho de la percepción individual.
  • Disposición del ambiente físico. Las características de una construcción y su mobiliario influyen en la sensación de exigencia que experimenta una persona.

Todos estos son factores que inciden en nuestros niveles de estrés. Provocan respuestas físicas y conductuales. Se trata de elementos a considerar a la hora de analizar y abordar el malestar que aqueja a una persona.


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  • Trucco, M. (2002). Estrés y trastornos mentales: aspectos neurobiológicos y psicosociales. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 40, 8-19.

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