¿Qué es la psicocirugía?
Las consecuencias de la destrucción del lóbulo frontal han sido muy bien documentadas por una práctica perturbadora, aunque fascinante, en el ejercicio médico del siglo XX: la psicocirugía. Así, en este artículo, hablaremos de la cirugía de los trastornos del comportamiento.
La psicocirugía es una subespecialidad de la neurocirugía que se ocupa de la selección de pacientes, además de cuidar del procedimiento y blanco quirúrgico para el tratamiento de diversas afecciones psiquiátricas. Sus orígenes son algo lejanos y oscuros, muy diferentes a lo que se lleva a cabo en el ámbito neuropsiquiátrico.
La psicocirugía
Antes del desarrollo de fármacos para tratar los trastornos psicóticos y de la afectividad, se disponía de pocos tratamientos. Uno que surgió en la década de los años 30 fue el quirúrgico.
La psicocirugía consiste en la destrucción de alguna zona cerebral para aliviar trastornos psiquiátricos graves y de difícil tratamiento.
Este tipo de cirugía se ha aplicado en el pasado para el tratamiento de diferentes trastornos psiquiátricos, que incluyen trastornos afectivos, obsesivo compulsivos (TOC) y esquizofrenia.
Entre los años 1942 y 1954, se realizaron más de 10.000 intervenciones en el Reino Unido y más de 18.000 en EE.UU.
Perspectiva histórica
El entusiasmo por este enfoque de la enfermedad mental creció a partir del trabajo de Egas Moniz en 1936. Este neurólogo portugués se dio cuenta que los lóbulos frontales eran importantes en la estructura de la personalidad y el comportamiento.
En sus investigaciones, llegó a la conclusión de que interferir en la función de lóbulo frontal podría alterar el curso de enfermedades mentales, como la esquizofrenia u otros trastornos psiquiátricos crónicos.
Junto con el neurocirujano Almedia Lima, diseñó un procedimiento quirúrgico sencillo para destruir indiscriminadamente la mayor parte de las conexiones entre el lóbulo frontal y el resto del encéfalo.
Una de las causas del surgimiento y posterior popularidad de este tipo de técnicas fue que en ese tiempo no existían alternativas farmacológicas.
Los centros psiquiátricos estaban desbordados y la enfermedad psiquiátrica se convertía en un problema de salud pública de primer orden. De esta manera, se comenzó a realizar la psicocirugía de forma entusiasta, ya que permitía una solución rápida, y en un primer momento, sin secuelas directas a la problemática de los trastornos mentales.
Otro de los principales defensores de la psicocirugía fue el neuropsiquiatra Walter Freeman. Junto con su colega James Watts, popularizo esta intervención en los Estados Unidos. Ambos fueron los primeros en realizar una lobotomía prefrontal, empleando un leucotomo, con el fin de interrumpir las conexiones en la sustancia blanca de los lóbulos frontales.
Freeman ya en solitario ideo una técnica nueva: la lobotomía transorbitaria. Consistía en la inserción de una hoja afilada (del estilo a un picahielos) bajo los párpados y a través del techo orbitario, hasta alcanzar la superficie inferior de los lóbulos frontales. Esta práctica le permitió agilizar mucho la cirugía, tanto que llego a realizarla en los propios domicilios de sus pacientes.
Estas técnicas quirúrgicas iniciales eran evidentemente rudas, inexactas y asociadas a una marcada morbilidad. Las complicaciones incluían hemorragia intracraneal grave, epilepsia posquirúrgica o focalidad neurológica dependiendo de la gravedad de la lesión de la cirugía. La mortalidad era de hasta un 10% de los casos; y se observaban notables cambios de personalidad.
Cambio de perspectiva
La controversia de la psicocirugía comenzó a principios de los años 40, debido a su aplicación poco científica, y a veces indiscriminada. Surgieron debates en la comunidad científica, y junto a la frecuencia de la sintomatología secundaria, obligaron a que se llevaran ensayos más rigurosos.
A esto hay que sumarle la aparición de los fármacos antipsicóticos en la década de 1950, que demostraban una mayor eficacia en el tratamiento de la psicosis y eran de carácter reversible. Por lo tanto, la práctica quirúrgica fue perdiendo peso como práctica habitual, hasta el punto de que en algunos países se declaró una práctica ilegal.
El uso de la psicocirugía en la actualidad
Desde la década de los 60, las técnicas quirúrgicas han ido evolucionando gracias a los adelantos en neurociencias. Hoy día una rigurosa selección de los pacientes, las precisas técnicas de cirugía estereotáctica, y una evaluación pre y postoperatoria han permitido que la psicocirugía consiga ser una alternativa terapéutica eficaz.
La selección de pacientes ha marcado una clara diferencia con la anterior psicocirugía. Se ha pasado de una aplicación indiscriminada a una que se rige por una serie de criterios muy definidos. En esto se basa, al menos en parte, para presentarse como la última opción terapéutica.
Únicamente se seleccionan aquellos pacientes con una enfermedad psiquiátrica grave, discapacitante y con una resistencia demostrada a todo tratamiento habitual. El psiquiatra es el único profesional que puede recomendar este procedimiento y debe proveer documentación detallada de la terapia actual y razones para la finalización de esta.
La familia tiene que mostrar interés por la cirugía y ser capaz de dar apoyo en el proceso de recuperación. Las patologías a las que se ha delimitado este procedimiento son el TOC y los trastornos afectivos, como la depresión mayor o el trastorno bipolar.
Procedimientos que se realizan en la actualidad
Los abordajes quirúrgicos actuales han evolucionado mucho desde las prácticas de Moniz y Freeman. Los procedimientos que se llevan a cabo hoy día son:
- Cingulotomía anterior: se usa principalmente en el TOC o en la depresión.
- Tractotomia subcaudada: se aplica en los mismos trastornos que el anterior, pero aun presentando una misma eficacia que la cingulotomía, sus complicaciones son mayores.
- Leucotomía límbica: mezcla de la cingulotomía y tractotomía. Ha demostrado beneficios en la ansiedad y depresión mayor.
- Capsulotomía anterior: sus mejores resultados se han visto en el TOC, pero sus secuelas adversas limitan mucho su aplicación.
La psicocirugía tiene una historia compleja y controvertida que ha ido evolucionando hasta nuestros días. En buena medida, lo ha hecho reconociendo los fallos del pasado y asumiendo el deber de mejorar en pos de una correcta aplicación quirúrgica. De este modo, hoy día este tipo de procedimientos se llevan a cabo con una estricta regulación y siguiendo unos estándares éticos y clínicos.
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