¿Qué hacer cuando tu pareja quiere terminar pero tú no?

Las razones para que nazca el amor entre dos personas son muchas. Algunas de ellas ni siquiera llegamos a saberlas realmente. De la misma manera, una relación acaba por múltiples motivos, que, en parte, tampoco alcanzamos a dilucidar totalmente. Lo complicado sucede cuando uno de los dos quiere terminar, pero el otro no.
Se trata de una situación compleja para ambos. Especialmente para el que no quiere terminar. Sin embargo, no hay que entrar en pánico, ni comenzar a actuar desesperadamente. Eso es lo primero que se debe hacer: conservar la calma. No hablar, no actuar dejándose llevar por los impulsos.
“El amor no reclama posesiones sino que da libertad”.
-Rabindranath Tagore-
Lo que sigue es sopesar la situación. Hay que examinar las razones que llevaron al otro a querer que la relación se acabara. Verificar si, efectivamente, se está en una fase final. Y luego, tomar decisiones y actuar. Pero veamos esto con mayor detalle.
¿De verdad acabó la relación?
Una relación estable no acaba de la noche a la mañana, una inestable sí. Se debe comenzar entonces por calificar tal relación. ¿Había un compromiso ya establecido y aceptado por ambos? ¿O se trataba de un vínculo indefinido, que alternaba señales de acercamiento con gestos de distancia? En el primer caso, vale la pena examinar lo que ocurrió. En el segundo, mejor no pierdas tu tiempo.
Cuando una relación acaba, siempre hay señales que lo anuncian. Básicamente son tres aspectos lo que definen si el vínculo es fuerte, o si ya hay signos de que el amor acabó. Estos tres elementos son:
- El compromiso. Tiene que ver con la disposición voluntaria de compartir la vida con el otro. Supone tiempo, interés, escucha y disponibilidad. Si cada quien va por su lado, si no se comparte, o la vida del otro no genera interés, se trata de una señal de que todo está acabando.
- La intimidad. Se refiere a la confianza, la comunicación y la aceptación mutuas. Nunca son perfectas, pero cuando alguno de estos aspectos está quebrantado, constituye una señal de que la relación está llegando a su final.
- La pasión. Implica una sexualidad sana, satisfactoria para ambos. También comprende las demostraciones físicas de afecto. Cuando esto no está presente, la relación está en problemas.
Si examinas la relación y ves que hay dificultades en los tres aspectos, la mejor opción es reconocer el hecho de que todo ha terminado. Por más duro que parezca, se ha llegado a un punto de desgaste que hace muy difícil buscar y encontrar soluciones.
Cuando solo uno de los dos quiere terminar
A veces también ocurre que la relación tiene problemas, en ocasiones graves, pero también sobreviven muchos aspectos fuertes en ella. Pese a esto, uno de los dos quiere terminar, mientras que el otro, objetivamente, ve que hay posibilidades de replantear las cosas y seguir adelante. ¿Qué hacer entonces?
Como siempre en pareja, no hay nada mejor que el diálogo. Nada tampoco lo sustituye. Puede ser, y suele suceder, que ese sea precisamente el aspecto que está fallando. Se ha roto la comunicación, pero el amor sigue estando presente. Sin embargo, uno de los dos puede ser menos tolerante a esta situación y se apresura a acabar todo.
En esas condiciones no se puede propiciar un diálogo común y corriente. Es necesario elegir unas circunstancias adecuadas para que puedan hablar tranquilamente y sin presiones. No busques resolverlo todo de una vez, sino más bien, en un comienzo, simplemente recuperar la posibilidad de hablar. Una cena especial o una salida fuera son un buen momento.
¿Y si no hay nada que hacer?
A veces, aunque aún haya amor y aunque se busquen todos los medios para dialogar, el otro insiste en que quiere terminar. Ahí ya no hay nada que hacer. No se puede presionarlo para que vea las cosas de otro modo. Hacerlo genera distancias y propicia un desgaste innecesario para ambos.
Al que se quiere ir hay que dejarlo ir. Por más que no entiendas sus razones o creas que está equivocado. La permanencia de una relación no se debe forzar. Esto es un grave error que solo conduce a deteriorar el vínculo. En este punto, llegó la hora de despedirte. No pienses en lo que va a suceder en una semana, ni en un mes, ni en un año. Concéntrate solo en el ahora.
Ha llegado un tiempo para que te enfoques en ti misma, únicamente. No te culpes, no te adelantes al futuro y no tomes decisiones. Preocúpate solo por cuidarte y por hacer cosas que te gusten. Retoma amistades que tengas olvidadas, cambia tu rutina. Ya vendrá de nuevo el amor a tu vida.
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.