¿Qué hemos perdido dejando de escribir a mano?

¿Qué hemos perdido dejando de escribir a mano?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 02 diciembre, 2019

Con la llegada de las nuevas tecnologías, el papel y el bolígrafo se han vuelto prescindibles. No obstante, después de haber comprobado los beneficios que tiene escribir utilizando estas herramientas, nos surge una pregunta: ¿existen consecuencias por dejar de escribir a mano? Aunque muchos adultos se niegan a dejar este hábito, el uso del ordenador, de las tablets y de los móviles nos incitan a ello, casi sin ser conscientes.

Progresivamente, en las escuelas e institutos se han ido incorporando ordenadores como una forma de apoyo para los estudiantes. No obstante, Morocho Jaen y Katherine Malena, en su artículo Internet como factor causante del desinterés de los estudiantes al momento de escribir un texto , señalan una de las primeras desventajas del uso de las tecnologías: “ya nadie quiere escribir a menos que sea en ordenadores o teléfonos”.

Dejar de escribir a mano influye en el desarrollo de los niños

Aunque dejar de escribir a mano se considere una consecuencia natural de la influencia de las tecnologías, su incidencia no ha sido para todos igual. Quienes descubrieron el ordenador durante la adolescencia o la edad adulta aprendieron a escribir a mano y se beneficiaron de ello. Sin embargo, hoy día los niños nacen, como se dice coloquialmente “con una tablet bajo el brazo”.

Aunque es cierto que las tecnologías tienen múltiples ventajas, crecer con ellas y darle un espacio no predominante a la escritura a mano puede afectar al desarrollo cerebral de los más pequeños.

“La escritura es una tarea compleja que requiere diversas habilidades: sentir la pluma y el papel, mover el instrumento de escritura y dirigir el movimiento por el pensamiento”.

-Edouard Gentaz-

Niño pequeño con móvil simbolizando el efecto de dejar de escribir a mano

Las investigaciones de Karin James

La BBC entrevistó a Karin James, una neurocientífica y profesora en la Universidad de Bloomington que, preocupada por esta realidad, realizó diversas investigaciones con niños que aún no habían aprendido a leer.

Aunque sí sabían identificar algunas letras del abecedario, unirlas para formar palabras aún les entrañaba una gran dificultad. Para comprobar las consecuencias de dejar de escribir a mano, dividió a los niños participantes en 2 grupos:

  • El primer grupo estaba formado por niños que iban a aprender a escribir a mano las letras.
  • El segundo grupo estaba formado por niños que aprenderían a escribir con un teclado de ordenador.

Para saber cómo aprendían los niños, Karin se valió de resonancias magnéticas para ver el nivel de activación cerebral que se producía cuando estaban aprendiendo a escribir. Asimismo, también evaluó los cambios que se producían en el cerebro a lo largo de todo el proceso de aprendizaje.

Niña que no quiere dejar de escribir a mano

El vínculo entre escribir a mano y aprender a leer

Las investigaciones de Karin James arrojaron valiosos resultados. El cerebro no respondía igual en los niños que aprendían a escribir a mano que aquellos que lo hacían tecleando las palabras en un ordenador. Los primeros presentaban una activación cerebral similar a la que se produce en las personas que saben leer y escribir. Esto no ocurrió con el segundo grupo.

Karin determinó que la escritura a mano establece un vínculo entre aprender a escribir a aprender a leer. Por lo tanto, el hecho de prescindir de la escritura puede provocar serias dificultades a la hora de aprender a leer y todo lo que ello conlleva (atención a la lectura, comprensión, expresión escrita…).

El día 23 de enero de cada año se celebra el día nacional de escritura a mano.

Mujer con tinta y pluma resistiendose a dejar de escribir a mano

Las tecnologías y escribir a mano

¿Se podrían utilizar las tecnologías sin que esto significase sustituir la escritura a mano? Podría hacerse, por ejemplo, escribiendo sobre la pantalla de una tablet con el bolígrafo adecuado para ello. Sin embargo, nos encontramos con algunas diferencias. No ejerceremos la misma presión sobre una tablet que sobre un papel. Esto puede hacer que, al escribir sobre el papel, nuestra mano se canse antes si no estamos acostumbrados.

Además, escribir sobre un dispositivo electrónico no es tan sencillo como pueda parecer. Para darnos cuenta de esto solo hace falta recordar los momentos en los que nos llega un paquete a casa y nos hacen firmar sobre una pantalla. Nuestra firma termina careciendo en la mayoría de los casos de mucha precisión.

Con todo esto, no nos podemos olvidar de otra consecuencia importante de dejar de escribir a mano: la ilegibilidad. Si no practicamos, al final la mano que utilicemos para escribir se volverá torpe y nos resultará cada vez más difícil expresarnos a través de la escritura. Y tú, ¿aún escribes a mano?


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.