Quizás en algún momento hayas escuchado o visto en las noticias o en los documentales que algunos asesinos en serie…
¿Sabes cómo se relaciona tu inteligencia con lo que comes?

Básicamente, una dieta repleta de azúcares nos vuelve menos inteligentes (por no decir más “tontos”), según indican los estudios de la Universidad de Los Ángeles, California.
En épocas de mucho estrés las personas suelen consumir más dulces y bebidas azucaradas en lugar de una comida más elaborada, con el fin de “salir del paso” y seguir estudiando o trabajando. Lo que esta gente no sabe es que esta conducta afecta el aprendizaje o el rendimiento.
La investigación de la UCLA revela que la fructosa ralentiza el funcionamiento de nuestro cerebro y también las funciones de la memoria. Esto significa, entonces, que lo dulce dificulta el estudio o el trabajo.
Estos hallazgos se publicaron en el “Journal of Physiology” e indican también que los ácidos Omega 3 tienen un buen papel, contrario al del azúcar. Podría decirse que son el antídoto o la medicina para contrarrestar los efectos que puede llegar a tener la fructosa en la mente, sobre todo en la comprensión y recuerdo de información.
Los anteriores estudios siempre relacionaban a este ingrediente con la diabetes, la obesidad, el hígado graso y el cáncer. Pero en este caso, se habla de los efectos colaterales o secundarios que tiene la fructosa sobre el cerebro. Es bueno aclarar que un poco de azúcar está bien porque asegura el buen funcionamiento del organismo en general, pero el problema radica cuando la ingesta es excesiva.
La fructosa es muy popular en Estados Unidos, sobre todo el jarabe de maíz, presente en las gaseosas, helados, postres, etc. En Asia y en Europa, el consumo no es tan alto, pero si de sacarosa, que puede tener efectos similares.
Fernando Gómez Pinilla es profesor en neurocirugía en la escuela de Medicina de UCLA, e indica que los hallazgos han demostrado que todo lo que comemos afecta cómo pensamos. Las dietas ricas en fructosa afectan la capacidad para recordar y aprender. Por el contrario, el consumo de ácidos grasos Omega 3 en las comidas minimiza ese daño.
No es tan preocupante lo que causa la fructosa natural que contienen las frutas porque también proporcionan al organismo de antioxidantes, por lo que la balanza se equilibra. Lo que si es alarmante es la fructosa en el jarabe de maíz, ingrediente esencial de la mayoría de los alimentos manufacturados que no aportan nada bueno a nuestro cuerpo.
El promedio de consumo de azúcar por año en Estados Unidos es de 21 kilos y de fructosa, 35. Las elevadas cifras en cuánto a obesidad, cáncer y diabetes, sin dudas, están relacionadas al consumo excesivo de azúcar.
Esta gran ingesta se debe a que la gran mayoría de los productos que componen la “dieta básica” de un estadounidense tiene jarabe de maíz: pan, salsa de tomate, hamburguesas, gaseosas, zumos de fruta industriales, etc. Además, se consume azúcar sin darse cuenta.
Tal vez podemos pensar que si no vivimos en Estados Unidos esto está lejos de nosotros, pero no es tan así. Por más de que la ingesta de fructosa anual sea menor, también es preciso tener en cuenta que cada vez se incluye en más alimentos, por lo cuál puede que la estemos consumiendo y no seamos conscientes de ello.
Una dieta que sea alta en azúcares provocará más liberación de insulina, lo que causará a su vez que las células se vuelvan tolerantes a esta hormona. ¿Esto que quiere decir? Que el cuerpo cada vez necesitará más y más cantidad para poder “cumplir con sus obligaciones”. Es por ello que la comida chatarra es tan adictiva, entre otras razones. Se recomienda entonces llevar una dieta que sea baja en azúcar y alta en ácidos grasos Omega 3.
Los alimentos aconsejados son: semillas de lino, salmón, nueces, soja, sardina, tofú, atún y camarones. No dudes en añadirlos a tus platillos diarios para poder ser más inteligente o bien, evitar la ignorancia.
Yamila Papa Pintor es una periodista especializada en deportes (Círculo de periodistas deportivos, 2006-2008). Entre los años 2010 y 2011 trabajó como periodista deportiva en “Argentinos Pasión”. Desde el año 2011 se desempeña en la redacción de artículos sobre distintas temáticas: salud, deportes, viajes, mascotas y recetas de cocina, entre ellas. Además, es locutora de radio y televisión, y una gran entusiasta por la vida natural. Es vegetariana y participante activa de una fundación encargada de plantar árboles en su país de origen, Argentina. En cuanto a idiomas, domina el inglés y el portugués, y tiene un nivel básico de árabe. Recientemente completó su formación con el curso de: ''Introduction to Food and Health'' (Universidad de Stanford, 2019)