¿Sabes manejar los celos del niño?
“El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta”. Así habló una vez Jacinto Benavente. Pero ¿podría esta frase extrapolarse a los celos del niño? ¿Hay más de imaginación que de realidad en esta cuestión?
La verdad es que la respuesta es compleja. No debemos olvidar que los celos del niño son totalmente naturales. Nuestros pequeños, en pleno desarrollo, sufren sentimientos muy extremos. Esto es así porque no tienen la capacidad de manejar sus emociones, ya que están en pleno proceso de aprendizaje.
En el caso de los celos, es difícil el manejo, ya que ese sentimiento de rechazo hacia personas a las que se ama no se explica con facilidad. De ahí que para los niños, cuando todo es tan extremo en su mundo interior, el control es complicado.
Cuándo aparecen los celos del niño
Pese a la complejidad de la tarea, vamos a intentar dar algunas pautas de comportamiento ante esta situación. Por ello es necesario saber en primer lugar cuándo pueden aparecer los celos del niño.
Lo primero que tener claro es que ya los niños de dos años pueden tener celos, unos celos que pueden manifestar o no aunque en realidad los sientan. El motivo para no manifestarlos a menudo tiene que ver con el temor a perder el cariño de las personas que quieren. En estos casos se muestran sumisos y obedientes, mientras que los actos de rebeldía son muy esporádicos.
No obstante, existen situaciones complicadas que pueden acelerar la aparición de los celos. La principal es la llegada de un nuevo miembro a la familia. Todo chico que se siente abandonado o nota que ya no recibe tanto cariño puede actuar de forma errática e incluso agresiva. Un hermano menor suele ser motivo de ello.
En la medida en que van creciendo, especialmente a partir de los 5 o 6 años, estas conductas pueden agravarse. El chico ya tiene un mayor desarrollo cognitivo, por lo que puede incluso manipular la situación para intentar volverla en su favor. A nivel emocional, ya es capaz de retirar el cariño, por ejemplo.
“La rabia de los celos es tan fuerte que fuerza a hacer cualquier desatino”
-Miguel de Cervantes-
Cómo manejar los celos del niño
Pese a que no es sencillo manejar los celos del niño, el psicólogo, orientador y psicopedagogo Carlos Pajuelo ofrece una serie de ideas que podrían paliar la situación. Descubramos cuáles son las claves que considera el experto.
Entender los celos como algo normal
Pajuelo aconseja entender los celos como algo normal y natural. Son respuestas emocionales que la mayor parte de las veces no se pueden evitar. De hecho, en muchas ocasiones se pueden resolver de forma sencilla, simplemente con el paso del tiempo.
Enseñar a compartir
El experto aconseja enseñar a compartir desde bien temprano. En sus primeros años de vida es muy complejo, pues el niño nace totalmente egocéntrico. Pero esta situación van desapareciendo con el paso del tiempo. De ahí que el aprendizaje progresivo en este aspecto sea fundamental.
No comparar
Un aspecto fundamental a tener en cuenta para rebajar celos en los pequeños es no comparar nunca. Cada niño es un mundo y no tiene por qué parecerse a otro. Debemos amar a los chicos por lo que son y cómo son, no por su cumplimiento de las normas o similitud a los demás.
Explicar con paciencia
A los niños, por pequeños que sean, hay que explicarles todo. En el caso de los celos, también. Por eso hemos de hablar con ellos y demostrarles que la llegada de un nuevo miembro no supondrá una rebaja del cariño hacia ellos, por ejemplo. Con paciencia, constancia y cariño, el pequeño acabará por entender todo y descubrirá la importancia del diálogo.
“De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen”
-Robert Louis Stevenson-
Hacerles sentir únicos
Una gran idea que aporta Pajuelo es hacer sentir únicos a los niños. No es algo difícil, pues una visita al cine, una merienda o un paseo por el campo puede ser suficiente. Pero un rato de intimidad es esencial para estrechar lazos y rebajar celos.
Ellos necesitan saber que sus padres siguen queriendo pasar ratos con ellos, enseñarles y sobre todo tener la percepción de que pueden contar con ellos en todo momento. Que tienen su apoyo incondicional y que, por mucho hermano que haya nacido, siempre van a poder sacar un rato para compartir.
No excederse en la dedicación al celoso
El hecho de que un niño sea celoso no debe requerir que le dediquemos más tiempo, pues esto refuerza su conducta. Hay que tratar de ser ecuánimes, dialogar mucho y hacer entender al pequeño lo innecesario de su forma de actuar.
En la gestión de los celos es importante el tiempo que los dos hermanos pasan juntos. Si esta cantidad es grande, es fácil que los padres puedan estar con los dos a la vez, sin que el mayor se sienta abandonado y el pequeño esté desatendido. También es importante la rotación de los propios padres: que no siempre el mismo se encargue del mismo niño.
En conclusión, y citando a Pajuelo, los niños sufren celos por miedo a perder el amor de quienes les quieren. Por eso hemos de ayudarles a afrontar la situación con naturalidad. El cariño y el fomento de la autoestima a través del diálogo y la comprensión serán nuestras principales bazas.