Si no quieres sufrir, deja de jugar a ser adivino

La psicología cognitiva nos ha enseñado que, dependiendo de cómo pensemos sobre lo que nos sucede, así nos sentiremos emocionalmente. Así, a veces actuamos como un adivino, pero nos equivocamos en las predicciones.
En la literatura científica podemos encontrar numerosos ejemplos de patrones de pensamiento desadaptativos y erróneos que las personas sostienen a pesar de su falta de lógica y utilidad y sobre todo, a pesar del sufrimiento que les provocan.
En este artículo vamos a centrarnos en uno de los pensamientos disfuncionales más extendidos: la inferencia arbitraria o error del adivino.
Un ejemplo de error del adivino
El otro día observó como dos compañeras cuchicheaban en una esquina y se reían a carcajadas y se percató que la miraban de reojo de vez en cuando. Carla está pensando en dejar el trabajo de sus sueños porque le resulta insoportable que la gente hable mal de ella!, ¡si hablan mal, puede llegar al jefe y podrían despedirla!
Paremos por un momento la historia… ¿qué está haciendo nuestra protagonista? Evidentemente, está sacando conclusiones precipitadas de un hecho concreto que no puede validar ni demostrar de ninguna manera.
Ella piensa que sus compañeros hablan mal de ella porque ha visto a dos personas hablar y reírse, ¿es esto lógico? ¿Es el hecho de que dos personas hablen y se rían en una esquina prueba suficiente para creer que la están criticando?
¡Pero la están mirando de reojo! ¿Y qué? Seguramente lo hagan porque ella también las está mirando mientras ríen pensando que están criticándola.
Las consecuencias de un pensamiento erróneo
Carla está haciéndose daño a sí misma pensando de esa manera. Se está provocando una ansiedad tremenda y está a punto de tomar una decisión equivocada debido a esa forma de ver las cosas.
Se está creando el típico efecto paradójico tan usual en psicología: de tanto miedo a que la critiquen y perder su empleo, es ella misma la que va a dar el paso de dejarlo y, en definitiva, perder el trabajo.
Esta historia, con esta forma de pensar tan falta de lógica es más usual de lo que pensamos. Las personas tenemos la tendencia a mirarnos el ombligo, a proteger nuestro ego a capa y espada y a sacar conclusiones anticipadas de hechos aislados. Tendemos a deformar la realidad y esto genera emociones erróneas y desproporcionadas.
La importancia de dejar de ser adivino y pensar bien
Pensar adecuadamente no significa ser optimistas, ni positivos ni ver el mundo de color de rosa, ¡eso sería peor! Nos estaríamos engañando a nosotros mismos y al final nos pegaríamos el “batacazo” igual.
Pensar adecuadamente es aprender a ver la vida con los cristales de nuestras gafas limpios. Es percibir el mundo tal y como es, sin deformar la realidad, sin crear historias que no existen más que en nuestra mente.
Es verdad que también existe la opción de que estén hablando mal de Carla, pero no podemos dejar que nuestros impulsos no nos permitan contemplar otras opciones. En primer lugar, porque no sería lógico ni racional pretender adivinar el pensamiento de otras personas ¡no somos adivinos!
Y en segundo lugar, porque aunque nuestra opción fuese la que se corresponde con la realidad, tampoco sería tan terrible como lo solemos evaluar. ¿Qué tiene de terrible una crítica? Puede ser algo molesto, desagradable… ¡pero nunca algo como para hacer un drama! Aunque esto es otro tema.
Por lo tanto, deja de autogenerarte tanta tensión absurda. Tú no eres adivino. Has de aprender a apegarte a los datos reales y no dejarte llevar por tus propias interpretaciones infundadas, esas no tienen validez hasta que no se demuestren. Mientras tanto, relájate y vive lo que tengas por delante.
Licenciada en Psicología por la Universidad de Málaga (2011). Máster en Terapia de Conducta y Salud por la UNED (2015). Título de Posgrado en Terapia Racional Emotiva del Dr. Ellis en el Institut Ret de Barcelona con profesores de la talla de Walter Riso o Leonor Lega (2015-1016). Hizo diversos cursos sobre autoestima, habilidades sociales y técnicas de control de estrés (Formación Psicológica S. L). Habilitada como psicóloga general sanitaria. Número de Colegiada: AO07644. Se especializó en adicciones y trabajó en el Centro de Salud la Trinidad de Málaga realizando consultas individuales y grupales a pacientes con adicciones, así como talleres y charlas de promoción de la salud en colegios, institutos y empresas. En el ámbito laboral, fue directora facultativa en un Centro de reconocimientos médicos en Málaga (Clínicas Rincón S.L). Ha trabajado en diversas clínicas privadas y actualmente ejerce como psicoterapeuta en su propia consulta privada en Málaga.