A veces un "te creo" vale más que un "te quiero"

A veces un "te creo" vale más que un "te quiero"
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 enero, 2018

A veces un “te creo y confío en ti” vale para muchos de nosotros más que un “te quiero”. Al fin y al cabo el amor se queda en poco más que en una etiqueta cuando no se acompaña de actos significativos que nos validen, que refuercen el vínculo mediante el cuidado y la atención. Por ello, pocas frases pueden resultar más valiosas que un “te creo y estoy contigo”.

Todas estas dinámicas relacionales y afectivas se engloban en lo que hoy conocemos como “psicología de la confianza”. Lejos de ser un área nueva de las ciencias del comportamiento y la personalidad, estamos ante una disciplina que lleva años estudiándose. Así, algo que nos dicen estos trabajos es que pocas cosas impactan tan positivamente en nuestro cerebro como percibir que contamos con el apoyo incondicional de las personas que amamos.

“El amor no necesita ser entendido, necesita ser demostrado”.

-Paulo Coelho-

Cuando establecemos un vínculo significativo con alguien, ya sea con una pareja afectiva o con una amistad, lo que más valoramos, lo que más nos refuerza es poder confiar de manera absoluta e incondicional en esa persona. Si esto no ocurre, si en un momento dado percibimos una falta de sintonía o un vacío a la hora de contar con ese apoyo, algo empieza a romperse en nuestro interior.

Queremos ser creídos cuando hablamos de metas que vamos cumplir, cuando comentamos que ciertas cosas no van bien, cuando decimos en voz alta que vamos a superarnos… Si esto no ocurre, si quien tenemos en frente ironiza, nos ignora o duda de nosotros, nuestro cerebro empieza a liberar cortisol. Aparece la hormona del estrés casi como en un resorte avisándonos de que algo no va bien…

chico tocando la mano de su pareja demostrándole un te creo

Un “te creo” y estoy contigo hasta el final, vale más que mil palabras

La confianza no solo es básica en las relaciones de pareja. En el medio laboral es imprescindible, algo que sin embargo, muchas empresas aún no tienen en cuenta o no han percibido. Por ejemplo, el CEO de Yahoo exige que todos sus empleados trabajen en un mismo bloque de edificios, desea supervisar cada proceso de cerca y que todos los departamentos sigan una misma línea codo con codo.

Algo que en un principio puede parecernos lógico, tiene a nivel psicológico varios matices. Un enfoque opuesto es el de Richard Brandson, fundador de Virgin Group. En su caso, no necesita tener cerca a sus empleados, de hecho, están distribuidos por todo el mundo.

Según él, todo vínculo humano debe crearse a partir de la confianza y, por ello, a la hora de impulsar la creatividad y la productividad de un empleado no hay nada mejor que decirle “yo confío en tus capacidades y en tu compromiso estés donde estés, yo te creo cuando me dices que vas a hacer lo mejor por esta empresa”.

“Un te creo” vale mucho más que un discurso, es un refuerzo positivo que nos confiere alas para volar y unas raíces desde las que seguir creciendo unidos en un mismo propósito, en una meta en común. De este modo, algo que nos explica el científico del comportamiento Ernest Fehr es que la confianza no es algo que se da por sentado cuando queremos a alguien o cuando tenemos una relación de amistad o de trabajo.

La confianza exige voluntad y trabajo diario, es la esencia de un compromiso basado en la convicción.

Conversación entre compañeros de trabajo sobre la importancia del te creo

Creo en mí, pero también necesito que tú lo hagas

Necesitar que los demás confíen en nuestra valía o en la veracidad de nuestros actos o palabras no nos convertirá en seres dependientes de la reafirmación ajena. Es un pilar básico en toda relación. Lo necesita el niño de sus padres para crecer y ganar en autonomía, autoestima y seguridad. Lo necesitan los dos miembros de esa pareja para afianzar la relación, para ganar en estabilidad y también en felicidad.

“Dame un punto donde apoyarme y moveré el mundo”.

-Arquímedes-

Un “te creo” escampa miedos y tensiones cuando nos sentimos perdidos. Un “te creo” nos hace sentirnos menos solos y, a veces, hasta nos emociona mucho más que un “te quiero”. Sentirlo así no nos quita valía ni dignidad alguna, porque aunque creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades es algo esencial, también lo es percibir que las raíces de la confianza con los nuestros son sólidas y que ellos estarán ahí, creyendo en nosotros aún cuando uno mismo no lo haga.

Asimismo, desde la neurociencia nos explican que percibir esta seguridad y este tipo de refuerzo nos permite liberar oxitocina, la hormona del cariño, la felicidad y, en última instancia, de la conectividad social. El contar a diario con ese tipo de apoyo da forma a un tipo de comportamiento prosocial que garantiza nuestro bienestar psicológico y una mejor salud mental.

periquitos representando la importancia del te creo

Asimismo, y por curioso que nos parezca, la necesidad de confiar en los demás es algo innato en nuestro ADN. Contar con el apoyo de los nuestros ha sido desde siempre clave para nuestra supervivencia y, por ello, algo que nos dicen los psicólogos expertos en esta área es que para conseguir que los demás confíen en nosotros, deberemos empezar confiando en quien tenemos delante.

Somos conscientes de que en ocasiones cuesta, de que no siempre es fácil y más si en alguna ocasión hemos sido traicionados. Sin embargo, es así como se gestan las relaciones más genuinas, así como conseguimos relaciones de pareja más felices y proyectos laborales más sólidos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.