La teoría de la inminencia predatoria, ¿qué plantea?

La teoría de la inminencia predatoria muestra que el miedo, expresado como ansiedad o pánico, también cumple un papel positivo en la vida de un individuo, ya que le permite protegerse y preservarse.
La teoría de la inminencia predatoria, ¿qué plantea?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 22 junio, 2022

La teoría de la inminencia predatoria habla acerca de la ansiedad y de las circunstancias en las que esta no es un estado negativo, sino adaptativo. Fue propuesta por Fanselow y Lester en 1988 y está basada en los procesos biológicos que tienen lugar ante situaciones de amenaza.

En la actualidad se utiliza la palabra “ansiedad” de forma poco rigurosa, utilizándola muchas veces para describir cualquier malestar. Así mismo, se le da una connotación totalmente negativa. La teoría de la inminencia predatoria señala que la ansiedad es un estado muy específico y que muchas veces resulta positivo.

Esta teoría enuncia que todo ser humano debe afrontar diversos peligros a lo largo de su vida. La presencia de un factor amenazante provoca diversas sensaciones y percepciones, incluyendo la ansiedad. Esto le permite a una persona tomar las medidas necesarias para afrontar el riesgo  de una manera eficaz. Veamos esto con mayor detalle.

El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente”.

-Alonso de Ercilla y Zúñiga-

Hombre con ansiedad
La ansiedad permite identificar aquello que interpretamos como amenaza.

La teoría de la inminencia predatoria

Desde la teoría de la inminencia predatoria, el miedo  es un mecanismo de conducta que se activa en presencia de una amenaza. Para el hombre primitivo, esa amenaza podía ser la presencia de un depredador, como un león. En la actualidad, hay otros riesgos, como el que se produce al ir por una calle oscura en un sitio donde abundan los robos.

Esta teoría señala que existen varias “fases de defensa” ante una amenaza. Estas se activan cuando aparecen determinados estímulos y llevan a que surjan conductas defensivas, que dependen del nivel de dicha amenaza. La intensidad y las características de la conducta defensiva cambian en función de la “inminencia predatoria”, o sea, de la probabilidad de sufrir un daño.

De este modo, encontramos tres fases de defensa en la teoría de la inminencia predatoria, como veremos a continuación.

1. Fase defensiva

En esta, como en las demás fases de defensa, la intensidad puede ser alta o baja. Siguiendo ese continuo, de menor a mayor intensidad, encontramos que en la fase defensiva hay tres tipos de conducta:

  • Defensas de preencuentro. Corresponden a las situaciones en las que la amenaza, o inminencia predatoria, es baja, pero existe.
  • Defensas de postencuentro. Tiene lugar cuando se detecta la amenaza, o el depredador, pero esta no es inmediata o no es seguro que se produzca un ataque.
  • Defensas circa-strike. Ocurre cuando se tiene un contacto directo con el depredador o la amenaza se materializa.

2. Respuestas manifestadas

Corresponden a la materialización de las defensas en conductas concretas. Desde este punto de vista, encontramos las siguientes posibilidades:

  • Cambio de patrón o aproximación cautelosa. Corresponde a la respuesta que se da frente a las defensas de pre-encuentro.
  • Inmovilización, potenciación de reflejos o analgesia. Es la respuesta correspondiente a las defensas de post-encuentro.
  • Estallido, huida, ataque. Son las posibles conductas desatadas como manifestación de las defensas circa-strike.

3. Constructo psicológico

El otro componente de las fases de defensa es el constructo psicológico. Este se refiere al estado afectivo que acompaña las percepciones y la conducta ya descritas. De este modo, encontramos tres posibles alternativas: ansiedad, miedo y pánico.

Mujer con ansiedad
La ansiedad tiene consecuencias físicas, psicológicas y sociales.

La inminencia predatoria

La teoría de la inminencia predatoria indica que los procesos descritos anteriormente se dan de forma simultánea en cada etapa. Así pues, tenemos lo siguiente:

  • Las defensas de preencuentro desatan un cambio en el patrón de la conducta, o una aproximación cautelosa. Predomina la ansiedad.
  • Las defensas de postencuentro generan inmovilidad, agudización de los reflejos o bloqueo de la percepción. Predomina el miedo.
  • Las defensas circa-strike provocan un estallido emocional, o bien una reacción de huida o de ataque. Aquí predomina el pánico.

Podemos entender mejor esto con un ejemplo. En el primer caso, podría ser el de una persona que va caminando por un callejón oscuro, en un sitio peligroso. A lo lejos, detecta la figura de un sospechoso. Siente ansiedad y decide cambiar de ruta.

En el segundo caso, el depredador no se divisa a lo lejos, sino que aparece de repente por una esquina y es imposible evadirlo. Hay miedo y esto puede conducir a la inmovilidad o a una alerta máxima.

El tercer caso vendría a ser una situación en la que el depredador, en este caso “el sospechoso”, saca un arma para robar. Se experimenta con pánico, y puede llevar a una respuesta de huida, ataque o conmoción.

Como se ve, la ansiedad, el miedo o el pánico tienen un papel relevante en lo que se refiere a la autopreservación en todos los casos. Permite percibir la amenaza y desplegar conductas destinadas a evitarla o enfrentarla. Los sentimientos aparentemente “negativos” juegan un papel adaptativo, ya que protegen al individuo de peligros reales.


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  • Dias, C. S., Cruz, J. F. A., & Fonseca, A. M. (2011). Ansiedad, percepción de amenaza y estrategias de afrontamiento en el deporte: diferencias individuales en el rasgo de ansiedad.
  • Garrido Muñoz, A. (2021). Mecanismos autonómicos de la modulación de la respuesta cardíaca de defensa.

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