13 tipos de confianza, características y ejemplos

La confianza es el «pegamento emocional» que une a las personas. Además, hay diferentes tipologías y muchas de ellas garantizan el bienestar psicológico. Descúbrelas a continuación.
13 tipos de confianza, características y ejemplos
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 10 octubre, 2023

Los diferentes tipos de confianza que construye el ser humano trazan el mapa de su bienestar psicológico, dado que ese constructo nuclear y luminoso es un componente emocional capaz de ofrecer una grata sensación de control. Confiar implica, por ejemplo, navegar por las diversas relaciones sociales y afectivas con seguridad, sin sentir que te traicionarán.

Asimismo, la confianza es valorarte como persona, para sentir que eres competente y que, gracias a tus habilidades, conquistarás parte de tus sueños. Por lo tanto, nada es tan necesario para tu equilibrio psicosocial, como la determinación personal. Te describimos aquí algunas categorías útiles para enumerar los tipos de confianza.

El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza.

~ Helen Keller ~

Los diferentes tipos de confianza

Podemos definir la confianza como la creencia de que algunos procesos, situaciones y relaciones actuarán siempre en beneficio propio. Se trata de un procedimiento neuroemocional que crea una serie de representaciones sobre cómo deben desarrollarse diferentes elementos de nuestra existencia: las personas, la sociedad, el trabajo, el destino, uno mismo, etc.

De igual manera, es necesario destacar que si hay algo que necesita nuestro cerebro para garantizar nuestro bienestar es experimentar esta sensación en su día a día. Si esta falla, nos asalta el estrés y la incertidumbre, nos sentimos inseguros y también muy vulnerables. Es como si parte de nuestros cimientos emocionales se vinieran abajo.

Al respecto, un trabajo publicado por la revista The Journal of Neuroscience señala que la reciprocidad y el asumir retos comunes con otras personas edifica la percepción de confianza.

Así, cuando esto sucede, se ve una mayor actividad en áreas como el estriado ventral y la corteza prefrontal medial. Dichas regiones están vinculadas a nuestro sistema de recompensa social. Por tanto, las sensaciones que se experimentan por medio de la confianza son bastante enriquecedoras.

Veamos enseguida que experiencias gratificantes podemos sentir gracias a los diferentes tipos de confianza.



1. Confianza en los demás

Experimentas confianza en los demás cuando compartes con ellos tus miedos, necesidades y deseos. En el momento en que depositas tu seguridad en tu pareja, lo haces sabiendo que no serás traicionado/a, lastimado/a y que se respetará ese vínculo creado entre dos. Esa apertura emocional que le hacemos al otro es un acto de valentía y también de bienestar.

Asimismo, hay que tener presente que los lazos sociales más significativos y enriquecedores son aquellos que se construyen con la confianza. En consecuencia, necesitamos confiar en nuestra familia, amigos y pareja para, además de sentirnos seguros, disponer de ese refugio psicoafectivo esencial en nuestro día a día.

2. Autoconfianza

En el viaje de la vida y de la autorrealización no irás a ningún lado si no dispones de una adecuada autoconfianza. Aquella consiste en validar tus habilidades y competencias para saber que eres capaz de alcanzar tus objetivos. Es una fuerza interna que te guía y te permite progresar en tu trabajo y relaciones, pues permite visualizarte como alguien hábil y digno de lograr lo que deseas.

Por ejemplo, la autoconfianza es clave en el mundo deportivo. Gracias a ella, los atletas se superan y mejoran su rendimiento.

3. Confianza emocional

Entre los distintos tipos de confianza es importante hablar de aquella que tiene que ver con tus emociones. La autoconfianza emocional te convierte en una persona que entiende y sabe regular sus emociones en su día a día. Por medio de esta habilidad, tu bienestar y desarrollo personal se ven optimizados de múltiples maneras. Te ofrecemos algunos ejemplos de ello:

  • Te relacionas mejor.
  • Potencias tu motivación.
  • Tomas mejores decisiones.
  • Puedes regular estados como el estrés y la ansiedad.
  • Te comunicas mejor al regular los nervios y pensar con mayor claridad.

4. Confianza conductual

¿Confías en tus propias reacciones? ¿Eres una persona que sabe controlarse o que reacciona siempre por impulso? Imagina que te encuentras en una encrucijada vital: te ofrecieron un buen trabajo en otra ciudad y tendrías que cambiar tu lugar de residencia. Si eres una persona que confía en sus reacciones y comportamientos, te guiarás con base en tu instinto.

No obstante, si eres muy impulsivo/a, dudarás de ti. Saber que actuamos de forma ajustada ante las demandas del entorno, también garantiza nuestro bienestar.

5. Confianza social

La confianza social tiene que ver con la percepción que tenemos hacia los diferentes organismos que conforman nuestra sociedad. Esta es una dimensión compleja, porque abarca múltiples esferas. Algunas de ellas son las siguientes:

  • El trabajo
  • La cultura
  • La justicia
  • La política
  • La educación
  • La tecnología
  • Los servicios públicos

En este sentido, es común que tu confianza hacia los diferentes organismos que conforman el tejido social sea muy variada. Pero albergar una perspectiva positiva te permite también funcionar mejor como ciudadano. Implica saber que no serás dañado.

Por ejemplo, un trabajo publicado por la revista Frontiers in Psychology enfatiza que la confianza puede ser un poderoso recurso social en el lugar donde se labora.

6. Confianza innata

Las personas están programadas de manera biológica para confiar entre ellas y a este proceso se le denomina confianza innata. Pensemos que sin este tendón psíquico excepcional no construiríamos relaciones entre nosotros para avanzar como especie, porque la desconfianza se acompaña de miedo y hostilidad, dimensiones que trazan distancias y no cercanías.

En consecuencia, todo niño que llega al mundo lo hace con una base neuroemocional que le impulsará a construir lazos de confianza con su entorno. Más tarde, si esas figuras de apego validan sus necesidades, seguirá aplicando esta dimensión con más personas que conozca. En caso de que sea dañado, la cosa cambia, pues se abrirá la brecha de la desconfianza.

7. Confianza aprendida

Pensemos en ese niño que, gracias a sus progenitores, desarrolla una confianza saludable. El siguiente paso es abrirse a su entorno social. La confianza aprendida se integrará en cada interacción, amistad, pareja y persona conocida. Este constructo psicológico es como un músculo: se ensancha a partir de la participación positiva y de valor.

8. Confianza instrumental

Entre los tipos de confianza es necesario destacar una que se adentra en la psicología más oscura. Aquella tiene una finalidad instrumental y puede adoptarse como una técnica manipulativa, orientada a conseguir algo de los demás.

Un estudio de Journal of Personality and Social Psychology destaca que un recurso frecuente en este sentido es la técnica conocida como «encanto», la cual consiste en conectar de forma emocional con alguien, ganarse su confianza y, entonces, obtener aquello que se desea de la víctima. Son conductas dañinas que, por lo general, suelen llevar a cabo los narcisistas.

Hay personas que aplican la confianza instrumental. Es decir, se ganan la confianza de los demás para lograr algo.

9. Confianza excesiva

¿Alguna vez has conocido a alguien que confía demasiado en los demás? Esta es una conducta que aparece con frecuencia y se conoce como confianza excesiva, la cual puede desencadenar desengaños, traiciones y decepciones. Se da por varias razones y se manifiesta a través de situaciones, como las que te exponemos a continuación:

  • Revelar aspectos íntimos a personas que acabamos de conocer.
  • Depositar en los demás expectativas demasiado elevadas e ilusorias.
  • Dar por sentado que ciertas figuras que acaban de llegar a nuestra vida nos apoyarán en cualquier situación.
  • La confianza excesiva también aparece en personalidades que se toman demasiadas libertades con los demás, pues resultan invasivas, molestas y turban nuestros espacios íntimos.

10. Confianza vulnerada

Si hay una experiencia dolorosa para el ser humano, es la ruptura de la confianza en un vínculo personal. Son procesos que, en ocasiones, resultan traumáticos. Pensemos en las traiciones entre las parejas, en las familias o, incluso, entre los amigos. Son vivencias de gran carga emocional.

En una investigación publicada por la revista PNAS se indica que, por lo general, vulnerar la confianza tiene consecuencias muy diferentes, dependiendo de la naturaleza de la relación y del acto realizado. En todo caso, nada es tan complicado como recuperar la confianza en alguien cuando se ha quebrado.

11. Confianza espiritual

Una parte significativa de la población practica alguna religión o se define como una persona espiritual. Esta es una dimensión que en psicología no podemos dejar de lado. A menudo, en las épocas más adversas, el hecho de confiar en alguna deidad o concepto trascendental confiere fuerzas y motivación a la persona.

Las personas que sufren depresión ya no confían en que el devenir les traiga algo positivo. Solo ven catástrofes. Esto nos recuerda la importancia de mirar al futuro con buenas dosis de esta dimensión de confianza.

12. Confianza hacia valores sociales

Toda sociedad se asienta sobre unos valores básicos, como la justicia, la igualdad, la libertad, etc. Parte de nuestro bienestar y funcionamiento psicosocial se nutre también de la confianza hacia esas dimensiones en las que se alza un Estado.

Hay países que defienden unos valores y aplican otros, y esto, en definitiva, afecta de manera sustancial a la calidad de vida de sus ciudadanos. Ejemplo de ello son las naciones dominadas por gobiernos autoritarios.

13. Confianza en el destino

Este dato es interesante y vale la pena tenerlo en cuenta. Confiar en el destino y en que el porvenir será positivo para ti es un pilar para tu equilibrio mental. Las personas necesitamos mirar al mañana con esperanza, confiar en que lo que nos traiga el futuro sea algo para nuestro beneficio y no que actúe en nuestra contra.

Un ejemplo de ello es un suceso que se manifiesta con frecuencia en la práctica psicológica, a través de personas que lidian con una depresión mayor y, debido a esto, miran al mañana con gran temor y desasosiego. No confían en sí mismas y menos en lo que pueda traerles el futuro.



Los tipos de confianza son una base para nuestra felicidad

Llegados a este punto estamos seguros de que habrás intuido el gran valor que tiene para el ser humano cultivar la confianza en buena parte de sus formas. Es el sustrato de nuestro bienestar psicológico. Además, es ese pegamento que nutre las relaciones y nos permite vernos como personas que confían en sí mismas para conquistar sus sueños.

No lo dudes, ejercita esta maravillosa dimensión a diario y descubrirás que es uno de los eslabones que más te acerca a la felicidad, porque no hay nada mejor que sentir que podemos confiar en quienes nos rodean y en el mundo que nos contiene.


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