TOC por pedofilia: síntomas y tratamiento

Este artículo expone el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) por pedofilia, problemática poco conocida que suele confundirse con una patología sexual. Se explica en qué consiste, los tipos de comprobación que se llevan a cabo y la contraproducente utilización de los rituales, la evitación y el reforzamiento negativo. Por último, se presenta un plan de tratamiento, con el uso de la exposición con prevención de respuesta (EPR) como método más recomendado.
TOC por pedofilia: síntomas y tratamiento
Loreto Martín Moya

Escrito y verificado por la psicóloga Loreto Martín Moya.

Última actualización: 01 febrero, 2022

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) constituye un trastorno recogido en el amplio espectro de los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por la presencia de pensamientos persistentes e intrusivos —denominados obsesiones— y rituales o compulsiones cuyo objetivo es la evitación de la ansiedad que esos pensamientos conllevan. Dentro de esa etiqueta, también encontramos la de TOC por pedofilia, de la cual vamos a hablar en este artículo.

En primer lugar, debemos saber que hay una gran heterogeneidad en cuanto a los tipos de obsesiones y los rituales que se llevan a cabo. Existe por ejemplo una categoría diagnóstica dentro del espectro obsesivo compulsivo en el que están recogidos la tricotilomanía, el síndrome de Tourette y el trastorno dismórfico corporal.

También existen obsesiones sexuales, entre las que podemos encontrar el TOC por pedofilia. En este, una persona sufre pensamientos obsesivos relacionados con el establecimiento de relaciones sexuales con niños o la posibilidad de sentir atracción por ellos.

Lo más característico de esta patología es que no existe activación o excitación sexual alguna por los niños en particular. Por ello, la problemática se postula como un TOC por pedofilia, donde la posibilidad y duda de ser pedófilo resulta al individuo tremendamente insoportable. Esta duda le lleva a establecer conductas, compulsiones y rituales —usualmente de comprobación—, convirtiendo su vida en una realidad tortuosa y enrevesada.

“Hay infinidad de tipos de TOC, porque hay infinitos tipos de miedo”.

-R. Lafuente-

Hombre sentado

Tipos de obsesiones en el TOC

Según diversos estudios, se podrían agrupar las obsesiones más frecuentes en 5 grandes grupos:

  • Ideas de contaminación.
  • Necesidad de comprobación o duda patológica.
  • Necesidad de orden o simetría.
  • Agresivas y sexuales.
  • Religiosas.

De las mismas, se pueden extraer los rituales o compulsiones más frecuentes, que se relacionan de forma directa con las obsesiones anteriormente descritas: rituales de limpieza, de orden, de repetición, de acumulación, de comprobación y compulsiones mentales. Además, autores como Nardone y Portelli (2015) se refieren a tres clases de ritualidades compulsivas: preventiva, propiciatoria y reparadora, donde se podrían clasificar las anteriormente descritas.

El TOC por pedofilia

El TOC por pedofilia es una subcategoría dentro del propio TOC relacionado con obsesiones sexuales. Este se refiere a la obsesión relacionada con pensamientos, fantasías sexuales y orientación sexual. Este grupo de personas expresan preocupación preponderante sobre su ideación sexual, cuestionándose a su vez la moralidad y el significado de tener ese tipo de pensamientos.

Esos pensamientos sexuales repetitivos y persistentes pueden llevar a la persona a sufrir afecciones secundarias como baja autoestima, inhibición en la respuesta sexual, alteraciones del estado de ánimo, culpa o repugnancia por uno mismo.

Algunas temáticas centrales de este tipo de TOC son: homosexualidad, VIH y sida, infidelidad, perversiones sexuales, incesto, pedofilia y pensamientos blasfemos relacionando sexo y religión.

En este TOC es especialmente relevante la fusión acción-pensamiento (TAF, Rachman, 1993), que se define como un conjunto de sesgos cognitivos que asumen relaciones de causalidad incorrectas entre los propios pensamientos y la realidad. Esto quiere decir que la persona cree que solo por tener esas ideas, estas pueden volverse realidad. Además, piensan que el simple hecho de tener esas ideas es igualmente reprobable, aunque la acción no tenga lugar.

Las obsesiones sexuales que se presentan en este tipo de personas son el contrario a las fantasías del grueso poblacional. Mientras que estas producen placer, resultan eróticas y son inofensivas, en el caso de las personas con TOC la ideación sexual es desagradable. No quieren llevarlas a cabo, sino que desearían poder eliminar esos pensamientos; y, lo que ha de ser subrayado, rara vez producen activación sexual.

La duda cartesiana en el TOC sexual

Las obsesiones sexuales suelen plantearse en términos hipotéticos: “Tengo pensamientos repetitivos sobre dos hombres manteniendo relaciones sexuales, ¿soy homosexual?”. “¿Pensar en niños desnudos me convierte en un pedófilo?”. “¿Tendré VIH por masturbar a una prostituta?”.

Como están planteados desde lo hipotético es complicado desmentir estas ideas; de hecho, la búsqueda de claves que les indiquen lo contrario puede llevar a cumplir rituales de comprobación y una duda que no tiene final. Aunque es remoto que el contenido de las obsesiones se vuelva realidad, hay no obstante alguna posibilidad (sí es posible haber contraído el VIH estando con una prostituta, por ejemplo).

Además, las obsesiones sexuales pueden venir acompañadas de compulsiones. Si estas aparecen, pueden ser conductuales o meramente cognitivas como, por ejemplo, contar números, repetir palabras “mágicas” y establecer un debate con uno mismo sobre la validez de esos pensamientos intrusivos. Lo interesante de las conductas de comprobación del TOC es que no acaban una vez el elemento ha sido comprobado, sino que existe la necesidad imperiosa de comprobar todo el rato.

Comprobación en el TOC por pedofilia

Una compulsión muy típica en el TOC por pedofilia es la comprobación de claves externas que demuestren que, en efecto, el individuo no es un pedófilo. Por ello, este puede pasarse 3 horas al día comprobando cada momento en el que ha estado con un niño a solas sin sentir deseo sexual. Repasará su historia de vida para convencerse de que no se excita sexualmente con niños. Esas horas invertidas irán probablemente a más, pasando de 3 a 7 horas hasta perder su vida en las compulsiones.

A pesar de que la persona piensa en su problemática, usualmente no se expone a ella. Esto quiere decir que la persona con TOC por pedofilia trata de evitar juntarse con hijos de amigos, alumnos, no quiere pasar por parques infantiles, etc.

Esto conlleva la duda de que si fuera a alguno de esos parques infantiles sentiría atracción sexual y por eso no lo hace. Evita esa situación, evitación que se ve reforzada por la ansiedad que deja de sentir cuando no va al parque infantil. El resultado de esa evitación agranda la problemática.

Hombre triste pensando en abusos sexuales

Tratamiento del TOC sexual: EPR

El tratamiento más habitual es la combinación de psicoterapia, terapia conductual y un tratamiento farmacológico. La psicoterapia ha reportado mejoría en las personas con TOC. Se busca respetar los valores del cliente y no tratar de convencerle de que el contenido de sus pensamientos es ilegítimo. Se quiere además hacer entender al cliente que el contenido de la obsesión es irrelevante, centrándose en la topología de los rituales, trabajando el insight —cambio real y profundo— y evitando formar parte de las compulsiones de comprobación del propio individuo.

Por otro lado, la terapia conductual se centra en la exposición con prevención de respuesta (EPR). En ella se busca que el cliente esté expuesto a esos pensamientos intrusivos sin poder llevar a cabo ninguna de sus compulsiones.

La EPR se basa en la idea de que las compulsiones son un tipo de evitación que reduce la ansiedad que los pensamientos producen, pero también se ven reforzadas negativamente por esa reducción de ansiedad. Con la EPR, aunque la ansiedad llegue a su pico más alto dado que la persona no puede reducirla con sus rituales, después menguará y se verá extinta. El objetivo es, por tanto, romper la relación entre la compulsión y la obsesión.

Esta última alternativa de tratamiento, la exposición con prevención de respuesta, parece ser en la actualidad la alternativa con mayor apoyo empírico, es decir, la que mayores éxitos ha cosechado en el tratamiento del TOC por pedofilia.


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  • Gordon, W. (2002). Sexual obsessions and OCD. Sexual and Relationship Therapy, 17(4), 343-354.
  • Nardone, G. y Portelli, C. (2015). Obsesiones, compulsiones, manías. Barcelona: Herder Editorial.
  • O’Neil, S., Cather, C., Fishel, A., Kafka, M. (2005). “Not Knowing If I Was a Pedophile...”. Diagnostic Questions and Treatment Strategies in a Case of OCD. Harvard Review of Psychiatry, 13, 186-196.
  • Rachman, S. (1993). Obsessions, responsibility and guilt. Behaviour Research and Therapy, 31, 149-154.
  • Welch, J., Lu, J., Rodriguiz, R., Trotta, N., Peca, J., Ding, J., Feliciano, C., Chen, M., Paige, J., Luo, J., Dudek, S., Weinberg, R., Calakos, N., Wetsel, W. Y Feng, G. (2007). Cortical-striatal synaptic defects and OCD like behaviours in Sapap3-mutant mice. Nature, 448, 894-900.

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