Usar el móvil de noche, un riesgo para los adolescentes

Los adolescentes pierden varias horas de sueño usando sus dispositivos a altas horas de la noche. Y esto tiene un serio impacto en su salud física y mental. Lo analizamos.
Usar el móvil de noche, un riesgo para los adolescentes
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 30 diciembre, 2022

¿Quién puede resistir la tentación de abrir el móvil cuando suena una notificación? La mayoría no podemos evitarlo, sin importar que sea de día… O de noche. En efecto, el uso de los dispositivos móviles en esos momentos en los que deberíamos estar durmiendo afecta a nuestra salud. Pasamos horas ante las pantallas y se nos va la vida sin que nos demos cuenta.

Esto que por sí mismo ya es un problema evidente en la población adulta, aún lo es más entre los adolescentes. Los estudios nos dicen que casi el 94 % de los niños entre 11 y 18 años revisan sus redes sociales cuando están acostados. Aún más, el 68 % admite que el tiempo que pasan con sus teléfonos en horas intempestivas afecta a su rendimiento académico.

Esta realidad no es nueva. Si hay algo que vemos cada vez más entre los adolescentes es su cansancio, los problemas para centrar la atención en clase y unos niveles más altos de estrés. La falta de una buena calidad del sueño entre los más jóvenes puede acarrear serios efectos sobre su salud física y también mental.

Los padres deben ser el mejor ejemplo para sus hijos. Por ello, dejar en un cajón los móviles por las noches y no llevarlo a las habitaciones es la mejor referencia que podemos darles sobre el buen uso de la tecnología.

Mujer mirando el móvil representando lo que es Usar el móvil de noche
La falta de sueño en los más jóvenes afecta a su estado de ánimo.

Tenemos que hablar sobre la calidad del sueño de nuestros adolescentes

Las Universidades de Murdoch y Griffith en Australia realizaron un interesante estudio en el 2018. Rastrearon el uso de sus dispositivos electrónicos de una muestra de 1000 estudiantes de entre 13 y 16 años.

Usar el móvil de noche es algo común en los adolescentes. No solo revistan sus notificaciones. Pasan tiempo en sus redes sociales, publican, responden mensajes y hablan con sus amigos.

Esto supone que, a lo largo de la noche, pueden dormir de media unas 6,5 horas; muchas menos de las que necesitan. Pensemos que, entre los 13 y 18 años, lo recomendable es descansar entre 8 y 10 horas diarias. De este modo, algo que vieron los investigadores de este trabajo es que esa falta de sueño se traducía en cambios profundos en su conducta y su personalidad.

El mal descanso nocturno a causa del uso del móvil se traduce en conductas más agresivas, baja autoestima y cambios en el estado de ánimo. Cuando estos hábitos se mantienen a lo largo de toda la educación secundaria, por ejemplo, es frecuente ver problemas en el ajuste psicosocial de los adolescentes. Dormir mal lo condiciona todo, desgasta, mina la motivación, la energía y hasta el carácter.

El uso del móvil se ha arraigado tanto en la vida de los jóvenes que hasta les roba horas de sueño y la felicidad en muchos casos.

Estrés, depresión y una peor satisfacción vital

Usar el móvil de noche es como consumir una droga de la que uno no puede desengancharse. Lo peor es que uno no es consciente ni de su poder adictivo ni del coste que tiene para la salud. Al fin y al cabo, detrás de las pantallas se abre otro mundo en el que el adolescente tiene toda su atención centrada. Es ahí donde interacciona, descubre el mundo y hasta construye su identidad.

Ese es sin duda el mayor problema, la dependencia absoluta que tienen sobre sus dispositivos móviles. Si bien es cierto que de este hecho ya hablamos infinitas veces, no solemos hacer referencia al efecto de utilizar el teléfono cuando deberían estar descansando. Una investigación publicada en la revista Nature ofrece datos contundentes sobre el tema.

El uso nocturno de teléfonos inteligentes se asoció con un mayor estrés percibido y síntomas depresivos. Algo que suelen notar los padres y los profesores de los jóvenes es que los chicos y las chicas están malhumorados y tienen problemas de rendimiento en el colegio. Sin embargo, suelen atribuir estas características a la propia adolescencia y a los retos propios de esta etapa.

No siempre son conscientes de que, tras esa apatía, tras esa irritabilidad y cansancio, lo que hay es un trastorno del sueño por usar sus dispositivos electrónicos por la noche.

Niña pequeña con el móvil simbolizando lo que es Usar el móvil de noche
El mayor problema es que los niños imitan la conducta de los adultos. Nosotros también condicionamos su dependencia de los móviles.

Si usar el móvil por la noche afecta a la salud de los jóvenes… ¿Qué hacer?

Los adolescentes necesitan dormir entre 8 y 10 horas cada noche. Si se habitúan, por ejemplo, a descansar unas 6 horas o menos de forma mantenida en el tiempo, su salud se verá afectada de múltiples maneras. El cerebro experimenta cambios metabólicos y neurológicos. Se eleva el estrés y fallan las funciones ejecutivas: memoria, atención, resolución de problemas…

La falta de sueño y la depresión tienen una relación directa. Todo esto puede ser en un adolescente una absoluta bomba de relojería que se traduce en fracaso escolar, conductas desajustadas, baja autoestima, problemas psicosociales, etc. Pensar que el origen está en el uso del móvil por la noche puede parecer una ironía, pero no lo es.

Porque lo que hay en muchos casos es una dependencia, una adicción que hemos normalizado y que está alterando la calidad de vida de los jóvenes. ¿Qué podemos hacer?

Retirar todos los dispositivos electrónicos de las habitaciones por la noche

Si queremos salvaguardar la salud de los niños y los adolescentes, eduquemos en el buen empleo de la tecnología. Esto significa que, desde que son pequeños, deben aprender que usar el móvil de noche no está permitido. No es algo negociable y es por su bienestar.

Sin embargo, es decisivo que también nosotros seamos su mejor reflejo. No podemos pedirles algo si no predicamos con el ejemplo. Por ello, es bueno que nos vean dejando los dispositivos fuera de la habitación donde dormimos.

Apagar los dispositivos dos horas antes de acostarnos

La luz de las pantallas electrónicas son poderosos estimulantes para nuestro cerebro. Alteran la liberación de melatonina y, en consecuencia, afectan a nuestros ciclos del sueño. Sabiendo esto se recomienda que, dos horas antes de acostarnos, apaguemos todo dispositivo: ordenadores, tabletas, móviles.

Tanto los adultos como los niños y adolescentes deben cumplir con esta norma. Se trata de instaurar en el hogar una cultura del buen uso de la tecnología, haciendo de ella nuestra aliada y no un peligro para nuestra salud.

Para concluir, es cierto que lo más probable es que los adolescentes protesten y hasta nos desafíen. Cuesta mucho retirar el móvil de sus vidas cuando ya están habituados a él. Sin embargo, su bienestar es una prioridad y a veces, hay que tomar decisiones que duelen para promover su bienestar y su salud.


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