Victimización sexual en niños: definición, causas y tratamiento

El abuso sexual infantil puede producirse a distintas edades. En específico, ¿cuáles son los síntomas entre los 3 y los 6 años? ¿Existen intervenciones eficaces? Analicemos el tema.
Victimización sexual en niños: definición, causas y tratamiento
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 13 abril, 2023

El abuso que gravita en torno a la esfera sexual es un problema que nos concierne a todos. En este artículo, nos enfocaremos en un rango etario particular, pues a pesar de que la victimización sexual en niños puede producirse a cualquier edad, son pocos los estudios focalizados de manera específica en el periodo que va de los 3 a los 6 años.

Para abordar tales casos, se disponen de tratamientos válidos, eficaces y seguros. Un ejemplo lo constituye la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma, cuyo potencial está en permitir que el menor procese su experiencia de abuso, para reducir el malestar y el sufrimiento derivado.

«El abuso sexual infantil es un problema que nos concierne a todos, y que debemos tomar medidas para prevenir y abordar».

-Daniel Goleman-

Victimización sexual en niños: ¿en qué consiste?

La primera infancia va desde el nacimiento hasta los 6 años (Woodhead, 2009). El abuso sexual circunscrito a este lapso es, en líneas generales, poco estudiado. En consecuencia, los profesionales con dificultad pueden formarse para detectar el problema, diagnosticarlo y abordarlo.

Una revisión publicada en la revista Psychologist Papers profundizó en este hecho (Pereda, 2023). El trabajo señala que el entorno de la familia juega un papel mediador crucial en lo que se refiere a abusos sexuales. No obstante, no hay que perder de vista que personas del contexto más cercano al infante suelen ser responsables de hasta un 70 % de casos de violencia (Finkelhor et al., 2000).

Niña arrinconada llorando víctima del síndrome de abuso infantil
Es posible que quienes tienen la responsabilidad de cuidar y proteger al niño aprovechen su autoridad para dañarlo.


Síntomas que pueden indicar la victimización sexual infantil

La violencia del trauma en este periodo es capaz de generar secuelas a menudo irreparables. Los síntomas de la victimización sexual en preescolares se agrupan en las siguientes categorías (Pereda, 2023):

  • Corporales: las secreciones vaginales, los hematomas, las enfermedades sexuales y el dolor en el abdomen.
  • Psicológicos: pesadillas, trastornos de conducta, excesiva dependencia, tristeza o manifestaciones frecuentes de terror
  • Conductas que gravitan en torno al sexo: juegos sexuales con objetos, introducción de cosas en los genitales o conocimientos en torno a la esfera sexual inadecuados para la edad.

De acuerdo con la revisión que mencionamos, un 30 % de los menores presentan síntomas corporales y un 24 % manifiestan alteraciones psicológicas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la perversión de dichos actos tiene el potencial de afectar la evaluación psicológica del menor (Pereda, 2023).

En este sentido, la disociación se ha encontrado como un factor que podría dificultarla. El rol de esta es el de proteger al niño del horror indescriptible experimentado, posibilitando que continúe con su vida cotidiana como si el abuso nunca se perpetró. Esto hace que los síntomas de malestar queden en estado de latencia y pasen inadvertidos (Pareda, 2023).

«El abuso sexual en preescolares va acompañado tanto de síntomas de malestar internalizantes como externalizantes según los padres de las víctimas».

-Noemí Pareda-

Importancia de la intervención precoz

Hay un factor que actúa como bote salvavidas para los menores. Podemos mencionar la forma o el modo en que responden las personas que rodean al infante, que constituyen verdaderas fuentes de apoyo, posibilitan enfrentar el trauma de la victimización sexual y promueven la resiliencia (Pereda, 2023).

Un análisis presentando por la International Journal of Child and Adolescent Resilience destaca que, bajo estas condiciones de ayuda, un 41,9 % de los menores victimizados en el contexto sexual presentan el potencial de desarrollar altos niveles de autoncontrol comportamental.

Asimismo, según Hébert et al. (2014), los menores manifiestan una mayor proactividad en su conducta y son más independientes. El estudio también reporta el incremento en la capacidad de las víctimas para afrontar el malestar.

«El abuso sexual infantil puede ser especialmente dañino para el desarrollo del cerebro y la salud mental de los niños».

-Bruce Perry-

Terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma

La terapia cognitivo-conductual es una modalidad de tratamiento que se desarrolla, de manera habitual, en grupo. Su objetivo es la intervención sobre el trauma que imprime el abuso sexual infantil en los chicos de entre 3 y 6 años. Entre sus beneficios, encontramos mejoras como las que listamos a continuación (Pereda, 2023):

  • Menos ansiedad y pesadillas.
  • Reducción del comportamiento sexualizado.
  • Decremento en los síntomas postraumáticos.
  • Los síntomas internalizantes y externalizantes.

Con frecuencia, esta técnica se realiza de manera no directiva. Es decir, a pesar de estar estructurada en sesiones, son los menores los que abordan los temas a tratar; el terapeuta respeta el tiempo que necesitan para ello y la forma elegida para expresarse.

Niño sentado de espaldas en un columpio mientras es observado por un adulto que se refleja en la sombra
El entorno del niño es esencial para enfrentar el trauma de la victimización.


Es esencial buscar ayuda profesional en casos de victimización infantil

La victimización sexual en niños tiene el potencial de producir secuelas terribles. Las pesadillas están dentro del cajón de síntomas que es capaz de generar un hecho traumático de estas características, pero también los problemas de conducta.

Asimismo, se han desarrollado intervenciones eficaces para abordar este problema y permitir que los menores reconstruyan su futuro. Además, el apoyo de los padres juega un rol fundamental. Buscar ayuda profesional siempre será favorable para el niño y su núcleo familiar.


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  • Hébert, M., Langevin, R., & Charest, F. (2014). Factors associated with resilience in preschoolers reporting sexual abuse: A typological analysis. International Journal of Child and Adolescent Resilience (IJCAR), 2(1), 46-58. Recuperado de https://ijcar-rirea.ca/index.php/ijcar-rirea/article/view/161/77
  • Sohmaran, C., & Shorey, S. (2019). Psychological interventions in reducing stress, depression and anxiety among parents of children and adolescents with developmental disabilities: A systematic review and meta-analysis. Journal of advanced nursing75(12), 3316–3330. https://doi.org/10.1111/jan.14166
  • Woodhead, M. (2009). Child Development and the Development of Childhood. In: Qvortrup, J., Corsaro, W.A., Honig, MS. (eds) The Palgrave Handbook of Childhood Studies. Palgrave Macmillan, London. https://doi.org/10.1007/978-0-230-27468-6_4
  • Finkelhor, D., & Ormrod, R. (2000). Characteristics of crimes against juveniles. Department of Justice. Office of Juvenile Justice and Delinquency Prevention. https://www.ojp.gov/pdffiles1/ojjdp/179034.pdf
  • Pereda, N. (2023). Victimización sexual en la primera infancia: Una revisión narrativa de aspectos clínicos. Papeles del Psicólogo, 44(1), 15-21. https://doi.org/10.23923/pap.psicol.3006

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