Violencia de género en la tercera edad: ¿cómo actuar?

La violencia de género en mujeres de más de 65 años ha sido invisibilizada durante décadas. No todas piden ayuda ni cuentan con la independencia económica suficiente como para dejar a esa persona que lleva maltratándolas toda la vida.
Violencia de género en la tercera edad: ¿cómo actuar?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 octubre, 2021

La violencia de género en la tercera edad es un fenómeno común, pero silenciado. Se estima que las mujeres de más de 65 años experimentan mayor discriminación, abuso y violencia que las generaciones más jóvenes. Sin embargo, el haber asumido durante tanto tiempo ese rol imposibilita en muchos casos que puedan denunciar y salir de esa situación.

Bien es cierto que en los últimos años estamos asistiendo a lo que los expertos denominan “divorcio gris”, es decir la disolución del matrimonio o la separación de parejas de más de 50 años. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esta cohorte de edad sigue siendo joven. Disponen de una visión actualizada de las relaciones afectivas y, en muchos casos, cada miembro goza de independencia económica.

Sin embargo, las generaciones de mujeres que cuentan ahora con 70 o 75 años que sufren agresiones por parte de sus cónyuges no saben cómo actuar. Es más, por término medio, llevan toda una vida normalizando esas dinámicas. No piden ayuda y son conscientes de que dependen económicamente de sus parejas.

La violencia contra las mujeres mayores aparece de muchas maneras. En buena parte de los casos, el abuso viene por parte de sus cónyuges, sin embargo, también puede aparecer por de cuidadores o en entornos institucionales.

Mujer mayor pensando en la violencia de género en la tercera edad

Las características de la violencia de género en la tercera edad

La violencia de género en la tercera edad es un fenómeno complejo que hay que saber analizar. Hay muchos factores que la orquestan.

Por ejemplo, un aspecto a considerar es el hecho de que la propia mujer no identifique determinadas dinámicas abusivas como maltrato porque a menudo operan mentalmente con narrativas sobre las relaciones claramente sexistas. Ideas como “ser pareja implica aguantar lo que sea” o “dónde voy yo a estas alturas si lo que me toca es estar en mi casa con mi marido” son verbalizaciones muy habituales.

De este modo, en un trabajo de investigación de las doctoras Sarah R. Meyer,  Molly E. Lasater y Claudia García-Moreno destacan algo significativo. La mayoría de las evidencias y documentación relativa a la violencia de género se centra en edades comprendidas entre los 15 y los 49 años.

Sin embargo, la investigación que comprende a las mujeres de la tercera edad ha estado descuidada durante mucho tiempo. A pesar de que los hallazgos recientes revelan que la violencia ejercida a la mujer de más de 65 es muy común y tiene un gran impacto en su bienestar físico y mental.

El maltrato que se cronifica y normaliza en la relación

Sabemos que en la violencia de género hay diversos tipos de maltrato. El más común son el emocional y el psicológico. Así, son muchas las mujeres de edad avanzada que vienen arrastrando durante décadas situaciones como las siguientes:

  • El menosprecio e infravaloración de la pareja a la mujer es algo habitual.
  • La violencia económica es otro ejemplo. El hombre es el que asume el control absoluto del plano económico, prohibiendo incluso trabajar a la mujer y decidiendo en qué se invierte el dinero.
  • El marido o pareja monopoliza toda decisión.
  • Chantajes y amenazas.
  • Insultos y comparaciones descalificadoras.
  • Control absoluto de la imagen de la mujer: ellos deciden cómo debe vestir.
  • Aislamiento de la mujer: se le restringe tener amistades, salir de casa para socializar, etc.
  • Comunicación agresiva, gritos y críticas.
  • Invalidar las emociones y necesidades de la mujer.
  • Indiferencia y conducta pasiva. El hombre pasa por alto cualquier problema y necesidad de ella.

Muchas veces, los propios hijos tienden a normalizar también esas situaciones de maltrato porque es lo que han visto desde niños. No obstante, llegada la edad adulta pueden tomar conciencia de la realidad en la que viven sus madres, pero resulta muy complejo sacarlas de esas dinámicas de sufrimiento cuando llegan a los 65 o 70 años.

Causas de la violencia de género en la tercera edad

La violencia de género en la tercera edad puede estar mediada por varios factores. El desencadenante más común es el relativo al sexismo y esos esquemas en los que el hombre se percibe en una situación de superioridad frente a la mujer. Esto es obvio y la gran mayoría lo tenemos claro.

Ahora bien, en lo que se refiere a la violencia en edades avanzadas, hay que ser sensibles a otros factores:

  • Puede llegar un momento en que el cónyuge desarrolle una demencia. Hay enfermedades neurodegenerativas que pueden impulsar el maltrato. Debemos tener presente que el alzhéimer y la demencia senil explican muchas agresiones y esto es algo que necesita de mayor atención psicosocial y asistencial por parte de la comunidad.
  • Hay otras situaciones de vulnerabilidad, como cuando la mujer es dependiente y depende del marido como cuidador. Estas situaciones de sobrecarga pueden derivar, a veces, en maltrato.

Asimismo, tampoco descuidemos la violencia de género en la tercera edad que puede suceder en entornos institucionales, como las residencias.

La demencia es un factor de riesgo de gran peso en los casos de maltrato entre las parejas de edad avanzada.

Mujer mayor que sufre Violencia de género en la tercera edad

¿Cómo se ayuda a la mujer mayor en situación de maltrato?

El entorno de la mujer es clave en toda situación de maltrato. Sin embargo, cuando se llegan a edades avanzadas es más difícil detectarlo.

Es posible que los hijos, familiares, allegados y vecinos no actúen ante esta situación o no se atrevan. Puede darse el caso de que la mujer esté cada vez más aislada en su hogar y no disponga de ninguna red social.

¿Qué pueden hacerse en estas circunstancias?

  • Los centros de salud y de atención primaria son entornos en los que se produce un contacto frecuente. Los profesionales deben tener preparado un protocolo para detectar tanto el abuso psicológico como el físico.
  • Los centros sanitarios deben disponer también de un documento con el que solicitar una orden de protección a la mujer si la situación lo requiere.
  • Por lo general, la mujer suele ser reacia a dejar la relación con la otra persona a causa de la dependencia económica absoluta respecto al mismo. Los profesionales deben valorar su situación y darles consejo.
  • Es importante asesorarlas y ofrecerles mecanismos de apoyo, como otro lugar donde vivir lejos del agresor. El apoyo del entorno, de estar disponible, es siempre esencial.
  • En estas situaciones ayuda mucho que la mujer maltratada hable con otras mujeres que han estado en la misma situación.

Para concluir, como bien podemos intuir, son situaciones de gran complejidad personal. Sea como sea, solo cabe recordar una vez más que la prevención de la violencia de género parte de la sensibilización.

Seamos sensibles a la realidad que pueden estar viviendo nuestros vecinos o nuestros familiares. En el interior de muchos hogares pueden estar viviéndose auténticos dramas.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Grunfeld, Anton & Larsson, D & Mackay, K & Hotch, D. (1996). Domestic violence against elderly women. Canadian family physician Médecin de famille canadien. 42. 1485-93.
  • Meyer SR, Lasater ME, García-Moreno C (2020) Violence against older women: A systematic review of qualitative literature. PLoS ONE 15(9): e0239560. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0239560

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.