8 consejos para vivir con una persona con trastorno bipolar

¿Tienes a alguien cercano con trastorno bipolar? Aunque es una condición clínica tratable, el apoyo del entorno es clave. Te explicamos qué estrategias ayudan a ambos.
8 consejos para vivir con una persona con trastorno bipolar
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 27 agosto, 2023

Vivir con una persona con trastorno bipolar puede parecerte al principio un desafío. Sin embargo, es importante recordar que es una condición clínica tratable. Siempre que exista una adherencia al enfoque farmacológico y psicoterapéutico, los síntomas y altibajos estarán controlados. Es posible, por tanto, tener una buena calidad de vida.

No obstante, ello no evita que queden por abordar otras realidades. Están ahí el peso del estigma, los miedos e incluso el riesgo de que en algún momento deje la medicación. En estos contextos, es útil tener a mano una serie de estrategias para manejar cualquier necesidad. Asimismo, también es decisivo que salvaguardes tu salud emocional. En esta lectura, te explicamos cómo.

«Tales sensaciones se extendieron por mi columna y mi cabeza… Era un cansancio muy exagerado; con angustias y desesperaciones. Y después del celestial alivio y descanso, llegó otra vez la miseria».

~ Virginia Woolf (Diario de un escritor, 1928) ~

Estrategias para vivir con una persona con trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una condición del estado de ánimo crónica que cursa con periodos depresivos, fases de euforia, alteraciones en la energía, etc. Según la revista Medicine, la prevalencia está entre el 1 y 2,4 % de la población. Todo ello traza un cuadro clínico muy desgastante en el que carecer de un tratamiento adecuado ocasiona un gran impacto psicosocial.

En este tipo de pacientes el apoyo del entorno es decisivo. Tu presencia, afecto y validación garantizará su calidad de vida. Es esencial, a su vez, que también atiendas tu bienestar. Tener una comunicación sincera, fomentar unas rutinas básicas y procurar que siga la medicación y la terapia son pilares fundamentales. A continuación, te proponemos más estrategias.



1. Aprender sobre el trastorno bipolar

La bipolaridad es algo más que una condición en la cual el ánimo fluctúa. A la hora de vivir con una persona con trastorno bipolar, la psicoeducación te permitirá comprender y abordar mejor cualquier desafío. Ten presente que estás ante una afección psiquiátrica con múltiples matices y singularidades. Estas son las características más ilustrativas:

  • Susceptibilidad: además de las alteraciones bipolares, te encontrarás también con una persona que, a menudo, se muestra irritable, con poca paciencia y que se molesta por cualquier cosa. Es algo que debes tener en cuenta.
  • Fases depresivas: los periodos bajos pueden ser los más complicados para la convivencia. Estarás junto a alguien que no querrá levantarse de la cama o, más preocupante aún, presentará ideación suicida. Son periodos muy críticos.
  • Tipologías: los diagnósticos son: tipo I, tipo II, ciclotímico, inducido por sustancias o medicamentos, trastorno bipolar relacionado con una afección médica, otro trastorno bipolar y trastorno relacionado especificado; y trastorno bipolar y trastorno relacionado no especificado.
  • Periodos de hipomanía: se trata de una fase más acusada que el propio episodio maníaco y cuya aparición es frecuente. Los pensamientos están muy acelerados, aparecen sentimientos de grandiosidad, delirios y es común derivar en conductas arriesgadas en el tema económico, sexual, en la conducción en el coche, etc.
  • Episodios psicóticos: tal y como describen en World Journal of Psychiatry, más de la mitad de los pacientes con trastorno bipolar suelen presentar algún brote psicótico. Es decir, verán y escucharán cosas que no son reales. Si sucede, lo adecuado es consultar con los médicos para seguir un tratamiento farmacológico adecuado.
En las diversas maneras del trastorno bipolar, la depresión puede ser más severa o las fases de euforia más espaciadas.

2. Saber escuchar y comunicar

Lo que más necesita ese ser cercano con un trastorno bipolar es que lo escuches y entiendas. La validación emocional es esa piedra angular que toda persona con un problema mental agradece. En este sentido, es decisivo saber fomentar una comunicación cotidiana basada en la empatía, la asertividad y el respeto. Te damos algunas claves:

  • Animar al desahogo emocional cotidiano.
  • Fomentar una comunicación honesta y empática.
  • Evita juzgar y criticar cualquier comentario o reacción inesperada.
  • No tomar ciertos razonamientos y expresiones como algo personal.
  • Mantener la serenidad cuando su diálogo esté dominado por la euforia.
  • Hacer entender a la otra persona que puede expresar lo que siente y necesite.

3. Establecer rutinas

Para un paciente con trastorno bipolar, la regularización de sus hábitos es una pieza decisiva con la que fomentar la estabilidad anímica. Esto significa que, en la medida de lo posible, es recomendable que establezcas unas rutinas claras a las que debería adaptarse. De este modo, algo tan básico como levantarse, comer y acostarse siempre a una misma hora supone gran ayuda.

Por otro lado, si acude al trabajo, también contribuye establecer tiempo para el ocio y procurar dosificar las obligaciones a lo largo de las jornadas. Fomentar el orden, la organización y tener momentos de descanso, reducirá la aparición de los episodios bipolares.

4. Aprender pautas de actuación

A la hora de convivir con una persona con trastorno bipolar es útil saber cómo actuar ante una crisis. Resulta esencial comprender los desencadenantes que propician un episodio de hipomanía o de depresión. El Journal of Affective Disorders acota en un artículo que el estrés y los eventos negativos de la vida suelen ser disparadores frecuentes.

La mayoría de las veces, verás unos indicadores que advertirán que está a punto de sufrir una variación en su estado de ánimo. Las alteraciones en el sueño, su actitud o la forma de comunicarse revelan el ciclo al que entrará. Enseguida, te exponemos algunos mecanismos de actuación:

Episodio maníaco

El episodio maniaco da forma a un periodo delimitado, pero intenso, en el que aparece una gran hiperactividad, preocupación delirante, verborrea, conducta arriesgada, insomnio, etc. Lo que deberías tener en cuenta en esta fase es lo siguiente:

  • Mantén la calma.
  • Prioriza la seguridad de esta persona.
  • Cuida de que tome los fármacos prescritos.
  • Evita que sufra estrés o se «hiperactive» más.
  • Conserva un ambiente y rutinas estructuradas.
  • Evita confrontar, pero demuéstrale tu preocupación.
  • No busques racionalizar o discutir, no sirve de nada.
  • Haz un registro de los síntomas para que su médico lo tenga en cuenta.

Episodio depresivo

Los episodios depresivos duran al menos dos semanas y se acompañan de gran desesperación, abatimiento, tristeza, desmotivación, falta de energía, etc. Durante estos momentos, es recomendable estar cerca y supervisar los comportamientos para prevenir desde autolesiones hasta intentos de suicidio.

  • Evita que recurra al aislamiento.
  • Demuestra empatía, cercanía y comprensión.
  • Ayuda a la persona en su autocuidado cotidiano.
  • Supervisa para que tome la medicación o acuda al médico.
  • Monitorea con el fin de evitar conductas autodestructivas.
  • Fomenta la activación conductual: salir a pasear, ir de compras y demás.

El episodio mixto

La revista Chonnam Medical Journal explica los episodios mixtos en el trastorno bipolar como estados de mayor gravedad y resistencia al tratamiento. Son cuadros clínicos en los que aparece una sintomatología depresiva y maníaca a la vez. Lo que percibirás, sobre todo, es una elevada ansiedad e irritabilidad. Lo mejor que puedes hacer en estos casos es lo siguiente:

  • Evita confrontar, discutir o juzgar.
  • Anima a que exprese lo que siente.
  • Ayuda en tareas de autocuidado cotidiano.
  • Evita que recurra al consumo de alcohol o drogas.
  • Pon límites para salvaguardar también tu bienestar.
  • Pide ayuda a otros familiares si te ves sobrepasado.
  • No minimices lo que siente y valida en cada momento.
  • Prioriza la seguridad de la persona y que no se haga daño.
  • Consulta con profesionales especializados en todo momento.
  • Monitorea con el fin de que siga el tratamiento farmacológico.

5. Asegurar la adherencia a los tratamientos

El tratamiento para el trastorno bipolar suele basarse en litio, anticonvulsivos, estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos. Cada individuo presenta unas características propias, pero con frecuencia estos son los enfoques farmacológicos más comunes. Ahora bien, ten en cuenta que, en ocasiones, los pacientes suelen abandonar los tratamientos.

Usarán las más variadas justificaciones, como el hecho de que los efectos secundarios son muy molestos. Ante este tipo de contextos es bueno hacerles ver qué ocurriría si dejaran la medicación. Explica con serenidad lo que implicaría esto no solo para él o ella; sino también para ti o el resto de la familia.

Por otro lado, y no menos importante, es recomendable que lo animes a continuar en terapia psicológica. La ayuda profesional le proporcionará herramientas para regular las emociones, mejorar la convivencia, las habilidades sociales, controlar la impulsividad, etc.

Si tu ser querido habla de dejar la medicación por los efectos adversos que le ocasiona, recomiéndale hablar con su médico. Hay múltiples opciones farmacológicas y es frecuente probar varias hasta dar con el medicamento más adecuado.

6. Crear una red de apoyo

Vivir con una persona con trastorno bipolar no es fácil. Es más, desde la Revista de Psiquiatría Clínica inciden en que, por lo general, estos pacientes reciben poco apoyo social. Son hombres y mujeres con quienes la convivencia puede ser complicada. Sin embargo, insistimos, una vez más, en el hecho de que la medicación y la terapia asientan las bases para una buena calidad de vida.

Si amas, aprecias y te une un vínculo con alguien definido por este cuadro clínico, construye tu propia red de ayuda cotidiana. Deja que otros familiares y amigos compartan contigo pesos y tareas. Ten cerca a figuras significativas con las que hablar y desahogarte. Al mismo tiempo, procura que ese ser amado no se quede aislado y tenga sus propias conexiones sociales.

7. Atender el propio autocuidado

La bipolaridad es una condición crónica que puede tratarse. Ten en cuenta que es una realidad que siempre formará parte de la relación que mantienes con esta persona. Esto significa que, si bien es esencial ser su mejor soporte, no puedes pasar por alto tu propia salud mental. Si te descuidas por priorizar a esa figura, tarde o temprano te romperás; te vendrás abajo.

Atender tu bienestar emocional y salvaguardar el equilibrio psicológico requiere llevar a cabo una serie de estrategias. Con ellas, te sentirás mejor contigo y la relación se mantendrá más fuerte. Toma nota de algunas pautas:

  • No abandones tus metas y objetivos personales.
  • Establece cada día un tiempo de descanso y soledad.
  • Disfruta de instantes de ocio con amigos y otros familiares.
  • Delega responsabilidades en otras figuras de vez en cuando.
  • Recuerda que tienes necesidades que merecen ser atendidas.
  • Acuerda límites y deja claro qué conductas no puedes aceptar.
  • No te culpes por las conductas autodestructivas de la otra persona.
  • Aprende a manejar el estrés y pide apoyo profesional si lo necesitas.

8. Disfrutar y valorar los buenos momentos

Vivir con una persona con trastorno bipolar no conlleva a centrarse en exclusiva en su afección psicológica. Ese hombre o esa mujer es mucho más que su problema de salud mental. Es alguien que ama, que tiene sueños, pasiones, proyectos que cumplir. Es, también, esa presencia que aprecias y que forma parte ti por muchas razones.

Por otro lado, nadie niega que aparecerán instantes complicados; pero habrá buenos momentos. Procura disfrutar el presente junto a él/ella y aprecia los instantes en que hay armonía y complicidad. La felicidad de los pequeños ratos trazados en común, te dará fuerzas y ánimos en caso de que llegue algún desafío puntual.



Amor, paciencia y psicoeducación del trastorno bipolar

Vivir con alguien que tiene trastorno bipolar supone ofrecer comprensión, alimentar la paciencia y reforzar el apoyo en el día a día. Asimismo, enfrentar tal reto juntos requiere de la supervisión constante de psicólogos, psiquiatras, médicos y hasta trabajadores sociales. Tal confluencia de profesionales será tu mejor alianza para comprender esta afección.

Por otro lado, si bien es cierto que el amor actúa como el material más efectivo en este tipo de realidades, hay otro componente nuclear. Evita descuidar tu bienestar psicológico y no dejes que ciertas conductas atenten contra tu integridad. Poner límites es una herramienta indiscutible, como también lo es el afecto incombustible.


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